Líbano recibió el lunes suministros médicos de emergencia para equipar sus hospitales ante posibles heridos de guerra y el aeropuerto de Beirut estaba abarrotado de personas que intentaban abandonar el país ante el temor de que se avecinara un conflicto a gran escala.
La tensión en la región se ha disparado en la última semana tras el asesinato en Teherán del jefe del grupo miliciano palestino Hamás y un ataque israelí en los suburbios de Beirut que mató a un alto mando del grupo armado libanés Hezbolá.
Hezbolá e Irán han prometido tomar represalias contra Israel por los asesinatos, lo que hace temer que los múltiples frentes que se libran en paralelo a la guerra de Gaza se conviertan en una auténtica guerra regional.
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Los hospitales del sur de Líbano, donde se han producido la mayoría de los intercambios de golpes entre Hezbolá y el ejército israelí, están agotados por una crisis económica que dura ya varios años y han tenido dificultades para atender a heridos durante los últimos 10 meses.
El lunes, la Organización Mundial de la Salud entregó 32 toneladas de suministros médicos al Ministerio de Sanidad libanés, incluidos al menos 1.000 equipos de traumatología para tratar a posibles heridos de guerra.
"El objetivo es hacer llegar estos suministros y medicinas a varios hospitales y al sector sanitario de Líbano, especialmente en los lugares más expuestos (a las hostilidades) para que podamos estar preparados para hacer frente a cualquier emergencia", dijo a la prensa el ministro de Sanidad, Firass Abiad, en la pista de aterrizaje del aeropuerto donde llegó la ayuda.
En la sala de embarque del aeropuerto, familias de origen libanés que habían venido a su patria a pasar el verano hacían cola para facturar sus vuelos de salida, tristes por partir antes de lo previsto.
Países como Francia, Reino Unido, Italia y Turquía, entre otros, han instado a sus ciudadanos a abandonar Líbano mientras queden vuelos comerciales disponibles.
"Es muy triste, oh Dios, la situación es realmente triste. Salimos de una crisis y entramos en otra", dijo Sherin Malah, una ciudadana libanesa residente en Italia que había venido a Líbano a visitar a su madre y se dirigía a casa antes de tiempo.
Estados Unidos ha instado a sus ciudadanos que quieran abandonar Líbano a "reservar cualquier billete disponible", mientras que Naciones Unidas ha pedido a las familias de su personal que abandonen el Líbano y la embajada sueca ha trasladado temporalmente a su personal a Chipre.
Sin embargo, otros libaneses aparentaban más calma. A lo largo de la costa arenosa de la ciudad portuaria libanesa de Tiro, a unos 20 kilómetros (12 millas) de la frontera con Israel, varios niños chapoteaban en el agua mientras las columnas de humo negro de los bombardeos israelíes más al sur surgían de las colinas detrás de ellos.
"En cuanto a la situación actual, como pueden ver, toda la gente está en la playa, esta tierra es nuestra y no la abandonaremos", dijo Galib Badawy, residente en Tiro.
Con información de Reuters