La Asociación Leucemia Mieloide Argentina (Alma) difundió hoy que el tratamiento de la leucemia linfocítica crónica (LLC), la más frecuente en adultos, recibió la aprobación de la indicación del uso combinado de dos terapias dirigidas, libres de quimioterapia, y celebró que se trata de dos medicaciones que "están aprobadas y disponibles en el país".
El avance más reciente consiste en la aprobación local de la indicación del uso combinado de dos terapias dirigidas, ambas de toma oral, con mecanismos de acción diferentes, pero complementarios, que obtuvieron resultados sinérgicos, superando los beneficios que lograban cada una individualmente, precisaron desde Alma al destacar que esta fue una de las novedades presentadas en el XXVI Congreso Argentino de Hematología, que comenzó este miércoles y durará hasta el sábado en Mar del Plata, organizado por la Sociedad Argentina de Hematología.
"La quimioterapia que se utilizaba años atrás ha sido ampliamente superada por opciones como anticuerpos monoclonales, inmunoterapia y, más recientemente, terapias dirigidas, que inhiben determinadas proteínas que intervienen en el desarrollo de esta leucemia", consideraron desde Alma.
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Sobre este punto, la jefa de hematología del Instituto de Oncología Ángel Roffo, Silvana Cugliari, sostuvo que "se debe ser optimista sobre esta enfermedad porque sigue en el candelero de la investigación" y "existe una amplia comunidad científica investigando en LLC y la última tendencia es a estudiar los beneficios de combinar las distintas terapias existentes y aprobadas".
En ese sentido, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) en Argentina aprobó en los últimos años las indicaciones de tratamientos finitos, por períodos de tiempo acotados, de dos años o un año, combinando anticuerpos monoclonales con terapias dirigidas, logrando incrementar significativamente el control de la LLC, con elevadas tasas de respuesta profunda, también llamada 'enfermedad mínima residual negativa', que es la ausencia de enfermedad detectable en sangre, completaron desde la institución.
"El tratamiento finito tiene beneficios significativos, además de su elevada eficacia, porque permite a los pacientes períodos libres de tratamiento, evita resistencias a los fármacos y evita la toxicidad acumulada del tratamiento, en comparación con los que se administran en forma continua", describió Cugliari.
El "mejor tratamiento" también es aquel que el paciente puede recibir y cumplir, lo que hace que, en ocasiones, la decisión terapéutica se vea influida también por aspectos no médicos, sino administrativos y burocráticos vinculados a las posibilidades de acceso a la salud, consideraron en el comunicado.
"Se debe trabajar para que las posibilidades de acceso a las terapias innovadoras sean igualitarias y universales, independientemente de la cobertura médica, geografía y la situación socioeconómica del paciente", subrayaron.
Por su parte, el paciente y director ejecutivo de la asociación, Fernando Piotrowski, dijo que "enfermarse hoy de LLC es muy diferente de haberlo hecho 20 o 30 años atrás. Las claves son realizarse controles de salud para detectar cualquier enfermedad a tiempo, forjar un buen diálogo con el equipo médico tratante una vez que se llegue al diagnóstico y, luego, cumplir con sus indicaciones para lograr el mejor manejo posible de esta enfermedad".
Y concluyó que "la llegada progresiva de estos avances fue brindándoles a los pacientes la posibilidad de vivir más, lograr una mejor calidad de vida, proyectar un futuro, recuperar su rutina, volver a trabajar y retomar todas sus actividades cotidianas: algo impensado para una enfermedad así y que refleja el aporte de la ciencia para mejorar salud".
Con información de Télam