Los habitantes de la localidad de Grindavik, al sur de la capital de Islandia, comenzaron a recuperar hoy poco a poco su “vida cotidiana” luego del anuncio de las autoridades locales que indicaron que la erupción del volcán, que comenzó el lunes pasado, ya bajó su intensidad.
"La fuerza de la erupción ha disminuido con el paso de las horas, así como el impacto sísmico y la deformación del suelo", indicó la oficina meteorológica islandesa en un mensaje de actualización, publicado poco antes de las 11:00 GMT (8:00, hora argentina).
Según precisó la agencia de noticias AFP, el organismo añadió: "En las últimas imágenes de observación, la actividad se limita ahora a dos cráteres, mientras que antes eran tres, en el sudeste de Stóra-Skogafell".
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El volcán había entrado en erupción la noche del lunes en una zona donde la actividad sísmica era muy intensa, y el pasado 10 de noviembre el jefe de la policía nacional declaró “el estado de emergencia para la defensa civil debido a la intensa actividad sísmica en Sundhnjukagigar, al norte de Grindavik", según había anunciado el departamento de protección civil y de emergencias en un comunicado.
Como consecuencia de esta actividad que provocó grietas en carreteras y edificios, fueron evacuados en distintos centros la totalidad de sus 4.000 habitantes, que días después pudieron volver a sus hogares, muchos de los cuales fueron gravemente dañados por el desplazamiento de magma y los reiterados sismos.
La erupción registrada en la cuidad al sur de Reikiavik representa la cuarta en los últimos años.
Islandia está entre las placas tectónicas euroasiática y norteamericana y es una de las regiones volcánicas terrestres más activas, con 33 volcanes o sistemas volcánicos catalogados como activos.
Con información de Télam
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