Cada vez más trabajadores migrantes en América Latina son mujeres y encaran "doble vulnerabilidad": OIT

15 de mayo, 2024 | 15.07

SANTIAGO - La migración de mujeres trabajadoras va en aumento en América Latina y las políticas deben atender a temas ligados al género, como la carga de cuidados domésticos o asuntos de violencia y acoso, dijeron el miércoles representantes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En la presentación de la "Estrategia regional de la OIT de migración laboral y movilidad humana en América Latina y el Caribe 2023-2030", los funcionarios indicaron nueve ejes estratégicos para garantizar los derechos laborales e impulsar la productividad de los países de la región donde, según señalaron, la población migrante se duplicó en los últimos 15 años.

"El 40% de las personas trabajadoras migrantes de la región son mujeres, un número que va en aumento y evidencia la feminización de la migración. Estas mujeres que cada vez más migran solas y no como parte de una unidad familiar requieren respuestas diferenciadas ", dijo Ana Virginia Moreira, directora del organismo para América Latina y el Caribe.

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Moreira señaló que una persona migrante tiene tres veces más posibilidades de ser víctima de un trabajo forzoso que una no migrante. También indicó que el trabajo forzoso de personas trabajadoras migrantes genera beneficios ilegales por 37.000 millones de dólares, y un 73% proceden de la explotación sexual forzosa, principalmente de mujeres, niñas y adolescentes.

Uno de los ejes de trabajo de la Estrategia de la OIT busca incorporar la perspectiva de género e interseccional con personas trabajadoras, migrantes y refugiadas para reducir brechas en términos de educación, empleo y teniendo en cuenta el trabajo de cuidados y las cuestiones de violencia y acoso.

" (Las mujeres migrantes) realmente tienen una doble vulnerabilidad. Como mujeres y como migrantes, son víctimas de violencia y de acoso en el tránsito y en el destino, víctima también de una hipersexualización de la mujer migrante. Luego tienen esa sobrecarga de responsabilidades de trabajo de cuidado no remunerado", dijo Francesco Carella, especialista de la OIT.

Carella señaló que en muchos casos y "en particular en el caso de las mujeres venezolanas, donde tenemos más datos en este momento", suelen tener más altos niveles de educación o formación profesional, pero también más altos niveles de subempleo, por lo que deben trabajar en tareas para las que están "sobrecalificadas". 

Otro factor es que en los países donde la regularización migratoria tiene un costo y las familias sólo pueden pagar la regularización de una persona, esa persona suele ser el hombre, como jefe de familia, "para que pueda salir de casa e ir a trabajar mientras la mujer se queda en casa haciendo trabajo no remunerado", dijo Carella.

"Y vemos que la experiencia migratoria lo que hace es reforzar la división sexual del trabajo tradicional entre las mujeres y trabajo doméstico y el hombre que salga a trabajar", agregó.

(Por Juana Casas desde Santiago de Chile, editado por Marion Giraldo)

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