Los líderes del Grupo de las 20 principales economías comenzaron a llegar el lunes al Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro para su cumbre anual, preparándose para un cambio en el orden mundial con el regreso al poder del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva recibió a los jefes de Gobierno en una alfombra roja en el museo, donde se reunirán hasta el mediodía del martes.
Sus discusiones sobre comercio, cambio climático y seguridad internacional chocarán con los bruscos cambios en la política estadounidense que Trump, que asumirá el cargo en enero, ha prometido, desde aranceles hasta acabar con la guerra en Ucrania con una solución negociada.
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Mientras que el presidente estadounidense, Joe Biden, llega como un pato cojo al que sólo le quedan dos meses en la Casa Blanca, el presidente de China, Xi Jinping, será un actor central en una cumbre del G20 agitada por la tensión geopolítica creada por las guerras en Gaza y Ucrania.
Los diplomáticos que redactan un comunicado conjunto para los líderes de la cumbre han luchado por mantener unido un frágil acuerdo sobre cómo abordar la escalada de la guerra de Ucrania, incluso un vago llamamiento a la paz sin críticas a ninguno de los participantes, dijeron las fuentes.
Un ataque aéreo ruso masivo sobre Ucrania el domingo sacudió el poco consenso que había, con los diplomáticos europeos presionando para revisar la redacción previamente acordado sobre los conflictos globales.
Estados Unidos también ha levantado los límites anteriores sobre el uso por parte de Ucrania de armas de fabricación estadounidense para atacar en lo más profundo de Rusia.
La seguridad en Río de Janeiro se ha reforzado con tropas que refuerzan a la policía durante la cumbre.
Una patrulla del ejército brasileño fue tiroteada cerca de una favela de Río de Janeiro en las horas previas al inicio de la cumbre, según informó la policía. Nadie resultó herido en el incidente, ocurrido en la comunidad de Cidade de Deus, a unos 20 kilómetros al oeste de la sede del G20.
NUEVAS PRIORIDADES DE LA CASA BLANCA
Las autoridades brasileñas reconocieron que su agenda para el G20, centrada en el desarrollo sostenible, la aplicación de impuestos a los súper ricos y la lucha contra la pobreza y el hambre, pronto podría perder fuerza cuando Trump comience a dictar nuevas prioridades globales desde la Casa Blanca.
El impulso de Brasil a la reforma de la gobernanza mundial, incluidas las instituciones financieras multilaterales, también puede toparse con obstáculos con Trump, según funcionarios brasileños.
Biden, que visitó la selva amazónica de camino a Río, tiene previsto anunciar un compromiso para reponer el fondo de la Asociación Internacional de Fomento del Banco Mundial destinado a los países más pobres del mundo, y lanzar una asociación bilateral de energía limpia con Brasil, dijo a la prensa un alto funcionario estadounidense.
Se espera que Xi promocione la iniciativa china de la Franja y la Ruta en el marco de su ascenso económico. Brasil hasta ahora no se ha unido a la iniciativa global de infraestructuras, pero hay muchas esperanzas puestas en otras asociaciones industriales cuando Xi concluya su estancia en el país con una visita de Estado a Brasilia el miércoles.
La decisión de Brasil de no unirse fue "un gran golpe para las relaciones", dijo Li Xing, profesor del Instituto Guangdong de Estrategias Internacionales, afiliado al Ministerio de Asuntos Exteriores de China. "China se sintió muy decepcionada", afirmó.
Las conversaciones comerciales en torno al G20 se verán avivadas por la preocupación de una escalada en la guerra comercial entre Estados Unidos y China, ya que Trump planea imponer aranceles a las importaciones de China y otros países.
El brío de Trump en la reducción de impuestos se sumará a las dificultades para debatir la propuesta de Brasil de un impuesto a los superricos, un tema muy querido por el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que lo incluyó en la agenda del G20.
El nuevo aliado de Trump en América Latina, el libertario presidente argentino Javier Milei, ya ha trazado una línea roja en este asunto. Los negociadores argentinos se negaron a aprobar la mención del tema en el comunicado conjunto de la cumbre, dijeron diplomáticos.
(Informes de Lisandra Paraguassu, Andreas Rinke, Eduardo Baptista, Jarret Renshaw y Elizabeth Pineau en Río de Janeiro, y Anthony Boadle en Brasilia. Edición de Brad Haynes, Michael Perry y Alison Williams, editado en español por Juana Casas)