Los minoristas franceses tendrán que notificar a los compradores la reducción del tamaño de los productos sin el correspondiente recorte de precios, en un esfuerzo por controlar la reduflación, anunció el viernes el Ministerio de Economía.
La reduflación se ha convertido en un quebradero de cabeza tanto para los consumidores como para los Estados, ya que en los últimos años los hogares han luchado por hacer frente a la disminución del poder adquisitivo ante el aumento de la inflación.
A partir de julio, los minoristas franceses tendrán que exhibir durante dos meses los alimentos y otros productos de consumo corriente —como el detergente— cuyo precio unitario haya bajado, según el ministerio.
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"La reduflación es una estafa, vamos a ponerle fin. Quiero recuperar la confianza de los consumidores y la confianza va de la mano de la transparencia", dijo el ministro de Economía, Bruno Le Maire.
Los precios de los alimentos se convirtieron el año pasado en un tema político de primer orden en Francia, después de que la inflación alimentaria alcanzara la cifra récord del 16% tras las negociaciones anuales de precios entre proveedores y minoristas.
Como reacción, el Gobierno aprobó una ley para adelantar las negociaciones a este año y presionar a las empresas para que limitaran las subidas de precios.
La cadena de supermercados Carrefour advirtió voluntariamente de los precios de algunos productos el pasado mes de septiembre para presionar a los grandes productores de bienes de consumo, como Nestlé, PepsiCo y Unilever, antes de las negociaciones anuales de precios.
Con información de Reuters