Estados Unidos lanzará próximamente su primera nave espacial desde la era Apolo para intentar un alunizaje suave, en colaboración con el sector privado, frente a lo cual la Nación Navaja, la tribu indígena más grande de Estados Unidos, expresó su preocupación porque el vehículo lleva restos humanos cremados que para su cultura profanarían la Luna.
El 8 de enero, el módulo de aterrizaje Peregrine, de Astrobotic, con sede en Pittsburgh, viajará en un cohete gigante Vulcan Centaur de la United Launch Alliance, que realizará su viaje inaugural gracias a una asociación comercial con la NASA destinada a ahorrar dinero a la agencia espacial estadounidense.
Los instrumentos científicos de Peregrine explorarán la radiación de la superficie lunar, ayudando a la NASA a prepararse mejor para las misiones tripuladas que tendrán lugar a fines de esta década bajo el programa Artemis.
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Pero el manifiesto del robot también incluye cargas útiles de dos compañías (Elysium Space y Celestis) que contendrán restos cremados y ADN dentro del módulo de aterrizaje y que están destinados a permanecer en la Luna de manera permanente, consignó la agencia AFP.
Si bien Elysium no ha brindado detalles al respecto, Celestis cuenta con 69 "participantes" individuales, incluido el fallecido creador de la serie Star Trek, Gene Roddenberry, el escritor de ciencia ficción Arthur C. Clarke y un perro llamado Indica-Noodle Fabiano.
Los clientes pagaron un mínimo de 12.995 dólares, según el sitio web de la empresa.
En una carta emitida el 21 de diciembre dirigida a funcionarios de la NASA y del Departamento de Transporte, el presidente de la Nación Navaja, Buu Nygren, expresó la "profunda preocupación y profunda decepción" de su comunidad y pidió a la NASA que retrasara el lanzamiento.
"La Luna ocupa una posición sagrada en muchas culturas indígenas, incluida la nuestra. El acto de depositar restos humanos y otros materiales en la Luna, que podrían percibirse como descartes en cualquier otro lugar, equivale a la profanación de este espacio sagrado", escribió Nygren, y añadió que la situación recordaba a la misión Lunar Prospector, lanzada en 1998 por la NASA, que estrelló intencionalmente una sonda contra la superficie de la Luna, la cual contaba con los restos del geólogo Eugene Shoemaker; y por esta situación la NASA se disculpó en aquel momento y se comprometió a consultar con los indígenas en el futuro.
El viceadministrador asociado de exploración de la NASA, Joel Kearns, dijo ayer que un equipo intergubernamental había organizado una reunión con la Nación Navaja, pero agregó que la agencia no tenía control sobre su socio privado.
En tanto, la compañía Celestis señaló que "ninguna cultura o religión debería ejercer un veto sobre las misiones espaciales basándose en principios religiosos", negó que la misión esté "profanando la Luna", y subrayó que el material permanecería a bordo del módulo de aterrizaje en lugar de depositarse en la superficie.
Con información de Télam