La OTAN necesitará entre 35 y 50 brigadas adicionales para llevar completamente a cabo sus nuevos planes de defensa frente a un ataque de Rusia, dijo una fuente militar a Reuters.
La fuente, que habló bajo condición de anonimato, declinó dar más detalles sobre los planes, que son secretos. Una brigada consta de entre 3.000 y 7.000 soldados, por lo que generar entre 35 y 50 unidades más de este tipo supondría un reto importante.
En otro indicio de la magnitud del desafío al que se enfrenta la OTAN, que está renovando su postura para tomarse más en serio la amenaza de un ataque ruso tras la invasión de Ucrania en 2022, una fuente de seguridad afirmó que Alemania por sí sola tendría que cuadruplicar sus capacidades de defensa antiaérea.
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En una cumbre celebrada en Vilna el año pasado, los líderes de la OTAN acordaron los primeros grandes planes de defensa de la alianza en más de tres décadas, y desde entonces los responsables han estado trabajando para traducir los documentos en demandas militares concretas.
Se espera que los líderes de la OTAN reciban una actualización de los planes esta semana en Washington, en una cumbre para conmemorar el 75 aniversario de la alianza de seguridad transatlántica.
En respuesta a una pregunta, un cargo de la OTAN declaró que los planificadores militares de la Alianza habían identificado "necesidades detalladas de tropas y armamento para defender la Alianza".
"Las defensas antiaéreas y antimisiles, las armas de largo alcance, la logística y las grandes formaciones terrestres de maniobra figuran entre nuestras principales prioridades", añadió el responsable.
"Es probable que la OTAN establezca objetivos de capacidad más exigentes para los aliados, a medida que desarrollemos fuerzas que puedan poner en práctica nuestros planes y hacer frente a las amenazas a las que nos enfrentamos. Confiamos en que nuestra disuasión es y seguirá siendo fuerte."
El Ministerio de Defensa de Berlín declinó hacer comentarios sobre los planes futuros de la OTAN, ya que son clasificados. Dijo que todos los aliados estaban llamados a coordinar con la OTAN los requisitos de capacidad, y que estos esfuerzos se extenderían durante el próximo año.
PERSONAL ADICIONAL
No está claro de dónde podrían sacar los aliados de la OTAN el personal adicional para 35 a 50 brigadas. Podrían trasladarse tropas de otras partes de las fuerzas armadas, reclutarse soldados adicionales, o los miembros de la alianza podrían optar por una combinación de ambos planteamientos.
La defensa antiaérea es otra de las grandes carencias que han identificado los planificadores militares de la OTAN, pues la guerra de Ucrania ha demostrado la importancia de estos sistemas para proteger las infraestructuras militares y civiles críticas.
Estos sistemas serían especialmente importantes para Alemania como gran centro logístico y zona de escala en cualquier posible conflicto con Rusia.
Alemania contaba con 36 unidades de defensa antiaérea Patriot cuando era el Estado de primera línea de la OTAN durante la Guerra Fría, e incluso entonces dependía del apoyo adicional de los aliados.
En la actualidad, las fuerzas alemanas sólo cuentan con nueve unidades Patriot, tras donar tres a Ucrania desde la invasión rusa de 2022, y el Gobierno ha empezado a hacer pedidos de Patriot y otros sistemas de defensa antiaérea para aumentar las existencias.
Los sistemas de defensa aérea basados en tierra, como el Patriot de Raytheon, se construyen para interceptar misiles entrantes.
Tras la Guerra Fría, muchos aliados de la OTAN redujeron el número de unidades de defensa antiaérea al considerar que en el futuro sólo tendrían que hacer frente a una amenaza limitada de misiles, procedente de países como Irán.
Esta percepción cambió drásticamente con la invasión rusa de Ucrania, que hizo que los aliados de la OTAN se apresuraran a aumentar sus reservas de munición y a hacer frente a las carencias de los sistemas de defensa antiaérea.
El acuerdo sobre los primeros grandes planes de defensa desde la Guerra Fría, denominados "planes regionales" por la OTAN, supuso un cambio fundamental para la alianza militar occidental, que no había visto la necesidad de elaborar nuevos planes de defensa a gran escala durante décadas por considerar que la Rusia postsoviética ya no suponía una amenaza existencial.
Con información de Reuters