El presidente de Francia, Emmanuel Macron, tenía previsto visitar el viernes los barrios de chabolas de Mayotte asolados por el ciclón Chido, en el segundo día de una visita en la que se ha enfrentado a peticiones para acelerar la ayuda al archipiélago del océano Índico.
Las autoridades del territorio de ultramar más pobre de Francia solo han podido confirmar 31 víctimas mortales más de seis días después del ciclón, el más fuerte que ha azotado Mayotte en 90 años, pero algunos han dicho que temen que hayan muerto miles de personas.
Los equipos de rescate aún no han podido acceder a algunos de los barrios más afectados de las islas, barrios de chabolas en las laderas de las colinas formado por endebles chozas habitadas en su mayoría por inmigrantes indocumentados.
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Macron decidió prolongar su estancia y pasar la noche en Mayotte después de que los residentes le rogaran que lo hiciera.
"Creo que es una señal de respeto y consideración, que me importa y que me permite ver un poco más por lo que está pasando la población", dijo a los periodistas a última hora del jueves.
Durante el primer día de su visita, Macron se enfrentó a las críticas y abucheos de algunos residentes de Mayotte por lo que calificaron de lentitud en la respuesta de su Gobierno al ciclón.
Macron dijo que las autoridades estaban aumentando rápidamente la ayuda y pidió unidad. Por la noche, en un acalorado intercambio con una multitud que le abucheaba, defendió al Gobierno de las acusaciones de que descuida Mayotte.
"Están contentos de estar en Francia. Si no fuera por Francia, estarían 10.000 veces peor", dijo, profiriendo un improperio.
Aboubacar Ahamada Mlachahi es una de las muchas personas que luchan por cubrir sus necesidades básicas.
"Lo primero es el agua, para los niños. Antes de arreglar las casas, antes de arreglar nada, la vida cotidiana. (...) Necesitamos agua", declaró a Reuters.
Este trabajador de la construcción de 34 años, originario de Comoras, dijo que su casa fue destruida por el ciclón y que ahora está en cuclillas en una ladera de Longoni, el puerto de carga de Mayotte.
"Todo ha desaparecido", afirma.
(Redacción de Aaron Ross; edición de Angus MacSWan; edición en español de María Bayarri Cárdenas)