Líbano elegirá a un nuevo presidente en medio de la tensión geopolítica y un Hezbolá debilitado

08 de enero, 2025 | 10.38

El Parlamento libanés intentará elegir un presidente el jueves y las autoridades ven más posibilidades de éxito en un panorama político sacudido por la guerra de Israel contra Hezbolá y el derrocamiento del aliado del grupo, Bashar al-Asad, en la vecina Siria.

El cargo, reservado a un cristiano maronita en el sistema sectario de reparto de poder del país, está vacante desde que Michel Aoun finalizó su mandato en octubre de 2022. Ninguno de los grupos políticos del Parlamento de 128 escaños tiene suficientes para imponer su elección y hasta ahora han sido incapaces de ponerse de acuerdo sobre un candidato de consenso.

La votación supone la primera prueba del equilibrio de poder en Líbano desde que el grupo chií Hezbolá, apoyado por Irán y que impulsó a su entonces aliado cristiano Aoun a la presidencia en 2016, saliera muy golpeado de la guerra con Israel.

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Se produce en un contexto de cambio histórico en todo Oriente Próximo, donde el Estado sirio dirigido por Asad ejerció su dominio sobre Líbano durante décadas, tanto directamente como a través de aliados como Hezbolá.

Como reflejo de estos cambios, Hezbolá y su aliado, el movimiento chií Amal, liderado por el presidente del Parlamento, Nabih Berri, han abandonado su insistencia en Suleiman Frangieh, su candidato declarado durante los dos últimos años, y están dispuestos a optar por una figura menos divisiva, según han declarado tres fuentes conocedoras de sus ideas.

Entre los candidatos que se barajan figuran el general Joseph Aoun, comandante del ejército, que según los políticos libaneses cuenta con la aprobación de Estados Unidos, Jihad Azour, alto funcionario del Fondo Monetario Internacional que fue ministro de Finanzas, y el general de división Elias al-Baysari, jefe de Seguridad General, una agencia de seguridad del Estado.

El primer ministro provisional, Najib Mikati, dijo sentirse feliz porque "si Dios quiere, mañana tendremos un nuevo presidente", según un comunicado de su oficina.

El ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Noel Barrot, también se mostró esperanzado en declaraciones a la radio France Inter, afirmando que las elecciones eran "un requisito previo para la continuación de esta dinámica de paz" y también para la recuperación económica y social de Líbano.

Sin embargo, dos de las fuentes y un analista advirtieron que aún no era seguro que ningún candidato fuera elegido. Para ganar, un candidato debe obtener 86 votos en la primera vuelta, o 65 en la segunda.

Como reflejo del interés occidental y regional por la votación, enviados franceses y saudíes se reunieron el miércoles con políticos libaneses en Beirut. Cuatro fuentes políticas libanesas que se reunieron la semana pasada con el enviado saudí, el príncipe Yazid bin Farhan, afirmaron que éste expuso las calificaciones preferidas que señalan el apoyo saudí a Aoun.

Arabia Saudí fue una vez un actor importante en Líbano, compitiendo con Teherán por la influencia en Beirut, antes de ver su papel eclipsado por Irán y Hezbolá.

(Información adicional de John Irish en París, Simon Lewis en Washington y Pesha Magid en Riad; redacción de Tom Perry; edición de William Maclean; edición en español de Mireia Merino)