Los argentinos Varela y Banegas, partícipes de la última grabación de la Filarmónica de Ucrania

07 de mayo, 2022 | 12.42

(Por Sergio Arboleya) Los músicos argentinos Francisco Varela, como director, y Fabio Banegas, como pianista, participaron en noviembre pasado de la hasta ahora última grabación de la Orquesta Filarmónica Nacional ucraniana en un registro que puede disfrutarse gracias a que el ingeniero de sonido de la grabación burló el toque de queda por la invasión rusa al país y pudo enviarlo a Gran Bretaña, donde se publicará a fines de junio.

"La verdad que toda esta tragedia que está viviendo el pueblo ucraniano ciertamente resignificó la experiencia", señala a Télam el director Varela.

El pianista Banegas, en tanto, subraya la ligazón de esa experiencia personal y musical con el hecho de que el compositor elegido para ese concierto haya sido el francés de origen belga César Franck.

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"Ecos del pasado resuenan en el presente porque César Franck también sufrió el horror de la guerra y las pérdidas humanas que ella trae. Siendo joven Franck vivió la Revolución de Febrero de 1848 en París donde murieron miles de personas (y que dio paso a la gran Segunda República Francesa). Más tarde, ya siendo mayor, fue afectado por la guerra franco-prusiana, en la que murieron ciento de miles de personas y en la que el desplazamiento humano de civiles y heridos fue atroz", repasa Banegas a esta agencia.

Ante esa memoria del horror, el músico rosarino radicado en Estados Unidos, agrega que "no es de extrañarse entonces que la música de Franck tenga un dejo de tristeza ya que perdió varios alumnos en esa guerra y como hombre híper sensible hubiera sufrido mucho por el pueblo ucraniano".

Desde Estados Unidos y además de sus labores como intérprete, Banegas está haciendo conocer a compositores clásicos argentinos como su maestro José Antonio Bottiroli (plasmado por ahora en dos álbumes), pero también a Nicolás Afredo Alessio, Eduardo Grau, Jacobo Ficher y Edmundo Pallemaerts.

En el caso de Varela, hasta el año pasado fue coordinador general y artístico de la Orquesta Sinfónica Nacional y actualmente lidera el desarrollo de la Red Iberoamericana de Orquestas Sinfónicas.

Los dos músicos argentinos grabaron con la Filarmónica de Ucrania en Lviv las cinco obras sinfónicas de Franck (1822-1890), un material que fue rescatado y transferido por el ingeniero de sonido Andreii Mokrystkyi y así llegó a Londres, donde lo publicará el sello británico Guild Music.

"Fue muy conmovedor cuando después de que Mokrytskyi nos informara que debido al toque de queda no podía ir a su estudio a terminar el master de nuestra grabación un día, casi dos semanas después y cuando dábamos nuestro trabajo por perdido ante tanta incertidumbre, nos sorprendió enviándonos el master por mail, deseándonos suerte y despidiéndose con un '¡Gloria a Ucrania!'", apunta el pianista.

Télam: ¿Siguen en contacto con los músicos de la Filarmónica? ¿Qué noticias tienen de la situación personal de algunos de ellos?

Fabio Banegas: Hemos dejado muchos amigos en Ucrania y estamos en contacto con ellos con frecuencia. Los músicos de Lviv están bien y tocando en grupos reducidos para mantener la moral de la población. La sala de la Asociación Filarmónica la vemos convertida en un depósito de víveres y nos han enviado videos en donde se escuchan las sirenas que avisan que tienen que ir a resguardarse.

Francisco Varela: Los extranjeros volvimos a nuestros países y muchas mujeres también dejaron el país, pero los hombres no está permitido que lo hagan. En estos últimos tiempos están empezando a hacer algunas actividades, más que nada con grupos pequeños. Y recientemente hicieron un concierto con poco público y transmisión online para juntar fondos para apoyar a uno de los fagotistas que se alistó a combatir y está participando en la defensa armada de su país.

T: ¿Qué relación anterior tenían con la Filarmónica y con artistas ucranianos?

FV: Yo había tomado contacto con la orquesta por intermedio del colega ucraniano Theodore Kuchar, quien me recomendó a la orquesta, así que cuando surgió el proyecto por suerte fue bastante sencillo todo. La única cuestión fue encontrar fechas en el medio de la pandemia.

T: ¿Qué recuerdos tienen de esa participación con la Orquesta Filarmónica Nacional de Ucrania en Lviv?

FV: La verdad que fue una experiencia excelente en todo sentido: artísticamente por la calidad de la orquesta y el trabajo de Fabio en el piano, pero también por la seriedad y el compromiso con el que se trabajó y que permitió que lo que era un proceso muy intenso se pudiera llevar adelante de la mejor manera.

FB: Fue increíble. Pude palpar desde el primer momento el profesionalismo y perfección de estos músicos.

T: ¿De qué manera les llegó la convocatoria para ser parte de ese homenaje a Franck?

FB: Francisco sabía de mi afición por la obra de César Franck, admiración que él mismo comparte. Además sabía que había estudiado y tocado ante el público toda su obra importante para piano, incluyendo las obras de música de cámara y las variaciones sinfónicas para piano y orquesta. De hecho el tema de mi tesis en la Universidad de California Fullerton había sido César Franck. En una de nuestras charlas en las que planeábamos y trabajábamos en otros proyectos nos dimos cuenta de que en este año, 2022, se cumplían los 200 años de su nacimiento. Pusimos a un lado otros proyectos y pocos meses después nos encontramos en Ucrania para grabar este disco homenaje.

T: ¿Cómo describirían esas cinco obras sinfónicas que debieron abordar para el registro?

FV: La música de Franck es un caso interesante porque logró combinar la complejidad contrapuntística y la estructuración formal de la tradición germana, con la riqueza tímbrica y los colores armónicos característicos de la música francesa.

FB: En cuanto a las dos obras para piano solista, el poema sinfónico "Les Djinns (Los Genios)" para piano y orquesta y "Variaciones sinfónicas para piano y orquesta", son obras monumentales y de gran desafío. En lo pianístico requieren una gran extensión de las manos. Una mano normal apenas puede alcanzar de ocho a nueve teclas, pero Franck tenía unas manos gigantes y podía alcanzar la duodécima y no pensó en la mayoría de los pianistas, yo por suerte alcanzo con comodidad la décima y después de haber tocado toda su obra aprendí a solucionar este obstáculo. Al desafío físico se le debe agregar que en lo interpretativo fue un compositor muy profundo, de un alto contenido espiritual y lleno de simbolismos.

Con información de Télam