El trovador y escritor Pau Riba, una voz discordante y a la vez saliente de la cultura catalana donde devino en referencia del movimiento contracultural, murió hoy a los 73 años, víctima de un cáncer de páncreas que hizo público en diciembre pasado.
Nacido en Palma de Mallorca en 1948, en el seno de una familia burguesa, cristiana, culta y catalanista, Riba desarrolló la mayor parte de su carrera en Cataluña, donde se erigió en una voz saliente de la cultura alternativa.
Riba inició su carrera en los años 60 y se convirtió en una de las voces más reconocidas de la música en catalán, con una treintena de discos, a la vez que publicó una quincena de libros, entre ellos algunos poemarios.
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Tras conocerse la noticia de su muerte, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, expresó sus condolencias y destacó a Riba como un "personaje iconoclasta, que iba en la línea contraria de lo que todo el mundo esperaba" y que "deja huella".
Mientras que el ministro de Cultura, Miquel Iceta, subrayó la "gran influencia, trayectoria transgresora e impulso a la innovación musical" y la Sociedad General de Autores de España (SGAE) en Cataluña, de la que Riba era socio, lo definió como "compositor, letrista y todo un referente para la música y la cultura de nuestro país".
El poeta y periodista argentino Pipo Lernoud lo recordó en un posteo de Facebook y señaló que en sus encuentros desde fines de los 60s, él me contaba de los primeros músicos catalanes que trataban de recuperar su idioma y al mismo tiempo explorar el rock, la psicodelia, la música progresiva. Se parecía mucho a lo que hacíamos nosotros.
Con información de Télam