Recuerdos de Eugene O'Neill en Buenos Aires y el clima del Centenario en "Elsa Tiro"

28 de marzo, 2023 | 16.51

Luciano Cáceres es el director y uno de los protagonista de "Elsa Tiro", obra teatral escrita por Gonzalo Demaría que imagina un Eugene O'Neill mayor internado en una clínica que, entre los vapores de los fármacos y la anestesia, recuerda su estancia en Buenos Aires entre agosto de 1910 y mayo de 1911, adonde llegó como marinero de un buque mercante antes de transformarse en dramaturgo y escritor.

La obra, que se puede ver de jueves a domingos en el Teatro Regio, se divide en dos tiempos: el presente en la sala de un hospital con un O'Neill aquejado de apendicitis y el pasado que evoca su estadía en Buenos Aires.

Además de la ficción que transcurre en la sala hospitalaria, "Elsa Tiro" e vale, bajo la pluma de Demaría, de aquel imaginado Centenario jubiloso, decante y festivo, donde la embajada de Estados Unidos, el Jockey Club y los burdeles podían tener vasos comunicantes estableciendo cercanías espirituales y sociales.

Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.

SUSCRIBITE A EL DESTAPE

No más empezar, suenan en audio estrofas de unas no tan conocidas canciones picarescas, algunas rozando lo pornográfico, de Ángel Villoldo, creador de "El choclo" y uno de los pioneros del tango, que por entonces trajinaba los piringundines de La Boca con un cancionero procaz y divertido a tono con los locales donde se presentaba.

La estupenda Alejandra Radano (en un doble papel de madama-presentadora y esposa de O'Neill) y Josefina Scaglione (como "la Renguita" porteña y la enfermera que lo asiste), acompañan a Cáceres en el protagonismo de la puesta con logradas personificaciones que tocan distintas cuerdas.

"Elsa Tiro" propone una interesante escenografía para retratar una sala de hospital, donde unos tules de gasa casi trasparentes sirven para dividir el espacio escénico en dos, a la vez que proyectan imágenes que suceden detrás de ellos y, posteriormente, un cortometraje, el primero pornográfico rodado en Argentina, supuestamente entre 1907 y 1912 y "supuestamente" escrito por O'Neill, que juega con el título de la obra.

Algunas coreografías (Federica Wankiewicz y Rosina Heldner como enfermeras bailarinas) y canciones (Gabriela Bernasconi enfermera y pianista en escena) terminan de darle al mundo de "Elsa Tiro" la vitalidad de la escena de un Buenos Aires que nunca abandona el carácter artificioso de una construcción acaso soñada de aquel Centenario porteño a través de esporádicas intervenciones del music-hall, terreno que Demaría indaga en algunas de sus creaciones ("Deshonrada", "Happyland", ambas con puesta de Alfredo Arias).

El texto se basa en sucesos reales y poco documentados sobre la estancia del padre del drama realista del teatro norteamericano en Buenos Aires por algo menos de un año, época en que padeció enfermedades, vivió bajo los efectos del alcohol y frecuentó los burdeles cercanos al puerto, de cuyas experiencias podría haber obtenido material que luego volcaría en uno de sus primeros drama, "Anna Christie", con el ganó uno de sus cuatro premios Pulitzer, en forma casi explícita.

"Entré en Buenos Aires como un caballero, y terminé desolado como una piltrafa humana en las dársenas del puerto", dijo de sí mismo el ganador del Premio Nobel de Literatura sobre su estancia porteña.

Sobre estos pilares, el supuesto amor de O'Neill por una prostituta ("la Renguita"), su vida licenciosa y una decidida búsqueda existencial que luego coronaría con una carrera literaria brillante, se asienta "Elsa Tiro", dominada por unos juegos escénicos que no prescinden del movimiento y donde presente y pasado se suceden en forma permanente para ir delineando un trama que teje toda la estructura y que se revela a cuenta gotas.

"Elsa Tiro", escrita por Gonzalo Demaría y dirigida por Luciano Cáceres cuenta con diseño sonoro de Rubén de la Torre, diseño y puesta audiovisual de Iván Grigoriev, diseño sonoro de Gustavo Rodríguez, diseño de movimiento y coreografías de Damián Malvacio; música original y musicalización de Diego Vila; vestuario de Sofía Di Nunzio; escenografía e iluminación de Gonzalo Córdova: Se puede ver de jueves a domingo a las 20 en el Teatro Regio (avenida Córdoba 6056).

Con información de Télam