Liliana Vitale entrega nuevas canciones como "Pistas" para "curar y calmar"

15 de abril, 2023 | 11.29

(Por Sergio Arboleya) A seis años de su anterior disco, la artista Liliana Vitale estrenará el reciente repertorio reunido en "Pistas", mañana a las 20 en el porteño Café Berlín, donde como vocalista de un cuarteto asume un cancionero argentino actual que, asegura, "llega a lugares del alma al que solo llegan las canciones".

"Las canciones que finalmente conforman este álbum siento que van a curar y a calmar. Al ver el repertorio terminado y tomar distancia concluyo que son 'pistas' para curarse en salud, desde y hacia allí hablan", sostiene Vitale durante una entrevista con Télam.

Pianista, cantante, autora y docente forjada en el universo de Músicos Independientes Argentinos (MIA), en una familia promotora de cultura y como inquieta hacedora, reafirma la necesidad de unas canciones que conecten "con la urgencia de este tiempo que es tener presente el lugar que nos toca en lo colectivo".

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"Las heridas privadas - sostiene- tienen modos de cicatrizar, pero en lo global tenemos todavía mucho que hacer. La conciencia es lo primero para salir de este laberinto y su enfermedad".

En busca de antídotos, "Pistas" reúne los temas "Fe" (Palo Pandolfo), "Vamos a levantarnos para ver las flores del jardín" (Edgardo Cardozo), "Por eso el canto" (Nora Benaglia), "A pique" (Juan Quintero), "El corazón es el lugar" (Pablo Dacal), "Reverdecer" (Perotá Chingó), "Lo Peor" (Ezequiel Borra), y "Mi amor" (Florencia Ruiz).

La nómina se completa con dos aportes propios: "Vero Vero", un tributo a su amiga Verónica Condomí; y "El marco", para el que compuso la música junto al pianista Alejandro Manzoni y cuenta con texto de Georgina Hassan.

La placa la reúne, además de con Manzoni, con otros dos reconocidos instrumentistas: el contrabajista Guido Martínez y el percusionista Facundo Guevara. Todos los músicos desarrollaron sus partes dentro del arreglo.

Mientras que su hermano Lito Vitale se encargó de la producción general, la grabación y la mezcla, en este último caso junto a Adrián Charras.

La presentación será mañana desde las 20 en la sala ubicada en Av. San Martín 6656 del barrio porteño de Villa Devoto, donde Liliana anticipa "una verdadera celebración".

"Vuelvo a confirmar que lo mío no es el mundo del espectáculo, cada evento es único e irrepetible y así con esa expectativa lo abordaremos", anuncia de cara a la presentación que sumará las presencias de Florencia Ruiz y Georgina Hassan.

Télam: ¿Cómo se fue forjando "Pistas"?

Liliana Vitale: Durante el año 2022 tocamos varias veces en Pista Urbana, un bello club de música en San Telmo que sentimos como nuestra casa. Ahí fuimos probando canciones, arreglos y sobre todo el sonido del grupo en el que esta vez me reservé el rol de cantante, ya sin acompañarme al piano como lo venía haciendo habitualmente en espectáculos anteriores.

T: ¿Lo pensaste como una suerte de antología de la canción argentina actual?

LV: La verdad es que fui encontrando estas y otras canciones en un intento de responder algunas preguntas formuladas por Julio Cortázar en su texto "Me caigo y me levanto", donde nos habla sobre la caída y la rehabilitación. A la vez es cierto que tenía una urgencia de anclar en el presente de la canción argentina, ya que había realizado anteriormente algunos proyectos retrospectivos: uno llamado "Uanantu" con canciones que tocábamos en la infancia con mi hermano Lito Vitale, y otro llamado "Modo Muñoz", con textos y canciones de Alberto Muñoz, compañero de tiempos del grupo MIA y de mi primera etapa como solista.

T: ¿El trabajo compartido con los músicos fue juntarse a encontrar una lengua común o la idea madre fue hacer un disco con repertorio actual?

LV: Mi gran apuesta fue salir de atrás del piano y ocupar el espacio escénico de modo de poder expresar no sólo con la voz sino también con el cuerpo todo. No soy actriz pero disfruté siempre de la performance y la poesía y la música a su servicio. La presencia y compromiso de los músicos que me acompañan en esta epopeya fue y es determinante. La propuesta fue tocar y que los "arreglos" surgieran del recorrido sobre las pistas que nos proponían las canciones. De hecho las versiones aún siguen sorprendiéndonos, nunca tocamos lo mismo, aunque por supuesto respetamos la forma que las canciones nos ofrecen; otra manera más de estar en sincro con el presente.

T: ¿De qué manera transitás hoy ese delicado equilibrio entre la compositora y la intérprete?

LV: En este trabajo sobre todo se muestra la intérprete, sólo hay una canción mía. Reversionar, poner en tu cuerpo musical y poético canciones de otrxs, no es hacer covers. Hay algo de componer ahí, aunque desde ya no es lo mismo. Abordé las obras de otros como quien se deja transformar por un nuevo ingrediente en su torrente vital. Así estuvieron por bastante tiempo haciéndose un lugar en esos circuitos internos que tienen nuestros sistemas. Tocar el piano también me permitió bocetar lo que quería como ambiente, marca rítmica y forma para cada una de ellas. No siento una diferencia entre la autora y la intérprete, aunque a veces metí la mano cambiando alguna palabra o dando vuelta la forma, o "rearmonizando".

La compositora hace tiempo no es tan prolífica, espero que después de este trabajo pueda conectarme con hacer nuevas canciones que expresen tantos "senti-pensamientos" que habitan mis momentos de meditación.

T: ¿Y qué desafíos te planteaste como "voz cantante" de este cancionero?

LV: La verdad estoy disfrutando mucho de interpretar con todo el cuerpo y la voz a disposición. A través de mi vida, la liberación de eso tan misterioso que tenemos para dar, eso que la voz vehiculiza, fue una constante. Pasaron muchas cosas en ese sentido, con mi voz y con nuestra voz colectiva. Siempre me gustó enseñar, acompañar el proceso de encuentro con su canto en otrxs y me dediqué profundamente a formarme con diferentes propuestas técnicas de diferentes disciplinas. En mi caso y hoy en particular, estoy feliz porque este lugar en la cancha me permite justamente liberar más aún ese cuerpo etéreo y mágico que no necesita que lo empujemos sino que lo soltemos, que lo dejemos escapar, descubrirse, y conocerse y seguir trabajando sobre desprenderse de estereotipos, prejuicios y mentiras.

Con información de Télam