La cantante argentina de jazz Karina Corradini, quien vive desde hace 20 años en Los Ángeles, vuelve a la Argentina para presentar "Bridge to Infinity. Tribute to Zane Musa", disco que grabó en Estados Unidos con producción musical del contrabajista Christian McBride.
Corradini estará tocando este material con los músicos argentinos Dante Carniel (piano), Leonel de Francisco (trompeta), Leonel Cejas (contrabajo) y Sebastián Groshaus (batería) y Ramiro Penovi (guitarra) como invitado, mañana a las 20 en el porteño club de jazz de Palermo ( Uriarte 1.658).
El recorrido de Corradini en la música y su residencia en Los Ángeles es particular. En Buenos Aires era activa en la escena de jazz de los 90 pero en 1997 partió a Estados Unidos atraída por una búsqueda espiritual e invitada por el famoso antropólogo, chamán y escritor peruano Carlos Castaneda ("Las enseñanzas de Don Juan"). Luego de esa experiencia, volvió a la Argentina y en 1999 decidió viajar nuevamente a Los Ángeles, ahora para quedarse definitivamente, donde hizo pequeños trabajos de camarera y oficinista hasta que pudo establecerse cantando, mientras estudiaba.
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"Fue maravilloso porque acá la vara de talento es muy alta y eso me obligaba a exigirme, a dar lo mejor para poder trabajar profesionalmente. Acá están las grandes ligas del jazz y toda la historia viva donde pisaron los grandes maestros en muchísimos lugares por la ciudad. La posibilidad de tocar con músicos de altísimo nivel para los shows más pequeños a los más importantes te motiva, inspira y dispara y la posibilidad de estudiar con los mejores", relata Corradini en charla con Télam.
Después de haber estudiado en la Argentina con Norberto Maza se formó en Los Ángeles en The
World Stage, un centro cultural que es un templo del jazz fundado por el legendario baterista Billy
Higgings, en el barrio negro de Los Ángeles, y con varios reputados maestros de la escena.
Télam: ¿Cuáles son las ideas del disco que estás presentando?
Karina Corradini: Es mi primer disco, es una producción independiente y, como primera obra, necesitaba que fuera una síntesis mía como artista. Si bien el jazz es la columna vertebral del disco, también están muy presentes otros estilos, como el bolero y la música brasileña. El disco se volvió un tributo a mi saxofonista Zane Musa -músico de Arturo Sandoval y estrella en ascenso- quien falleció en un accidente después de grabar en todos los temas del proyecto.
T: ¿Cómo fue el encuentro con Christian McBride y cuál fue su aporte del él en la elaboración del disco y de su sonido?
KC: He forjado una amistad con Christian desde 2008, antes de sus 8 Grammys y la dirección
del New Port Jazz Festival.Para mí, él es una especie de sucesor de Quincy Jones, una persona que genera sin parar y una leyenda viva del jazz a los 55 años. Cuando le conté inocentemente sobre mi proyecto fue él el que quiso ser parte. Para mí fue una hermosa y alegre sorpresa que no me esperaba, ya que él se encontraba en el nivel más alto de la industria y yo recién empezaba. Su apoyo y aprobación como cantante de jazz siendo latina fueron fundamentales para mí. Me dio un torrente de confianza. Christian puso su marca inigualable en el sonido del disco, arregló 9 de los 15 temas, además de tocar y dirigirlos. Otros cuatro temas fueron arreglos de Eric Bulling, el arreglador chileno del legendario disco Ella Abraca Jobim.
T: ¿Cómo pensás el concierto en Buenos Aires?
KC: Será un concierto muy especial para mí. Un poco como una muestra del trabajo que vengo haciendo en los Estados Unidos todos estos años. Me enorgullece representar al jazz argentino en Estados Unidos. Siempre detrás de mi nombre viene mi país y me encanta que así sea.
Con información de Télam