Pilar Gamboa se suma a la segunda temporada de "Inferno"

18 de febrero, 2023 | 13.16

(Modifica título y primer párrafo)

La actriz Pilar Gamboa asumirá el remplazo de Andrea Garroto durante marzo y abril en la segunda temporada de "Inferno", la última creación teatral de Rafael Spregelburd que está en cartel en el Teatro Astros para su segunda temporada.

Escrita, dirigida y actuada por Spregelburd, el elenco se completa con Violeta Urtizberea, Guido Losantos y, durante marzo y abril, Pilar Gamboa, junto al músico Nicolás Varchausky en escena.

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Producida por la Compañía El Patrón Vázquez, fundada por Garrote y Spregelburd hace casi 30 años, las funciones de "Inferno" se desarrollarán jueves y viernes a las 20.30.

"Inferno" es un texto comisionado a Rafael Spregelburd por el Vorarlberger Landestheater Bregenz de Austria para celebrar los 500 años de El Bosco, en el que el autor argentino elige trabajar sobre las siete virtudes a través de siete siete escenas para reordenar el intrincado crucigrama entre Fe, Esperanza, Caridad, Templanza, Prudencia, Justicia y Fortaleza o -más bien- la falta de todas estas virtudes borroneadas por una moral que se diluye en el tiempo y el lenguaje.

La obra despliega una paleta de numerosos personajes haciendo uso de apenas cuatro actores. El espacio y la iluminación son de Santiago Badillo, mientras que el vestuario es de Lara Sol Gaudini y el fotógrafo Marcos López es responsable de la fotografía y diseño de gráfica y carteles, imponiendo

su impronta de personales fotos pintadas a mano.

Definida por su autor como "una comedia amarga, donde el equívoco y el caos tienen cierta gracia", la obra se torna de a momentos hilarante, en otros divertida y sobre el final oscura.

"Inferno" comienza como un juego de las almas cuando dos catequistas irrumpen en la habitación de un periodista de notas turísticas en su resaca matutina luego de una trasnoche de alcohol para informarle que el Infierno fue abolido por decreto Vaticano.

Lo que podría ser un alivio se transforma sin embargo en una encrucijada existencial por cuanto el pasaje de la materialidad a la metáfora del infierno supone su presencia absoluta en la Tierra y en el presente ante lo cual es necesario escapar de él.

Para esto, las catequistas proponen al periodista una suerte de juego de postas-escenas en las que deberá ir consiguiendo cada una de las siete llaves de la virtud a través de distintas situaciones.

Hábilmente, el texto de Spregelburd esconde sus verdaderas intenciones y todo lo que parece ser, recién muy sobre el final se revela como tal y asume la cara más descarnada de su crudeza material, permitiendo que en la obra, el horror subyacente al estado del periodista pueda ser transitado bajo la forma de la risa, la burla, la exageración, la comedia y el salto de sentido.

"Yo quería trabajar con la idea del infierno como un espacio moral convencional que de pronto se disuelve y debe encontrar otro lugar, más incómodo, entre las palabras", explicó Spregelburd en charla con Télam en la previa del estreno de la obra, a comienzos de septiembre.

Con información de Télam

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