Gastón Soffritti protagoniza Ustedes deciden, película de comedia que llega mañana a la plataforma Star+ y en la que se inspiró en experiencias propias para dar forma a un aspirante a actor que se sumerge en el disparatado y volátil mundo de influencers y celebrities de las redes sociales para tener éxito, asegura que ser famoso no está tan bueno.
Muchas personas que están afuera de este medio pero quieren serlo piensan que está bueno ser famoso y en realidad lo que está bueno son todos los procesos adentro, propone el intérprete que hace más de dos décadas inició de la mano de Cris Morena y que a sus 31 años hace casi 10 que también produce. Con este filme también incursiona en el guion.
Dirigida por Esteban Rey Cazes, Ustedes deciden cuenta la historia de Nico Romero, un joven que paga las cuentas con su trabajo como delivery en bicicleta pero que lucha hace años por conseguir su gran oportunidad como actor.
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Sin suerte en el ciclo interminable y exasperante de los castings, ve una chance de trascender cuando Rolly (Luciano Leyrado), un mánager tan turbio como avezado en los vericuetos del ambiente, le propone convertirlo en un as de las redes.
Lanzado a la búsqueda del éxito a cualquier costo, Nico se embarcará en una seguidilla de absurdos y excentricidades producto de su inmediata popularidad. Erigido en un insumo caliente para un medio voraz, el chico deberá enfrentar ahora las consecuencias de sus elecciones.
Rodada en Uruguay y con un elenco que también lidera Bárbara Lombardo, la cinta le permitió a Soffritti no solo profundizar el camino de la producción -antes produjo la versión local de la obra de Broadway Sexo con extraños y la serie Millenials- sino también volcarse al papel de guionista, que compartió con Rey Cazes, Leyrado, Mariano Marquevich y Agustín Rolandelli.
El filme también fue producido por Rodolfo Lamboglia, Juan Lamboglia y Patricio Di Salvio.
Télam: ¿Cómo fue ocupar el rol de guionista?
Gastón Soffritti: Arrancó en 2018, con una idea que tuvimos con Mariano Marquevich, que es mi amigo y mi socio en una productora que tenemos juntos que en ese momento todavía no la teníamos. Yo ya venía de producir algunas otras cosas, pero nunca había escrito en sí, sino que me dedicaba más a encontrar ciertos proyectos que me gustaban y me metía más desde el lado de la producción netamente creativa. Esto fue un desafío bastante más grande, nos tiramos un poco a la pileta con esta idea y empezamos a desarrollarla.
Es una experiencia diferente en donde de entrada te podés permitir volar muchísimo y después a mí me gana un poco a veces el lado más del productor y me empiezo a poner más mental y digo no no, pero pará, estamos escribiendo una boludez, esto no se va a poder hacer con el presupuesto que hay. Así que tengo que disociarme un poquito también del actor.
T: La película satiriza este momento en que el oficio del artista está tan influido por la tecnología y las redes. ¿Por qué eligieron ese abordaje?
GS: La historia tiene mucho de cosas que a mí me fueron pasando a lo largo de mi carrera y que le pasaron también a muchos amigos míos, en donde está siempre esta imagen que es la del equilibrista. Ahí caminando en el medio de la nada, un precipicio de un lado y del otro y vas por la cuerda tratando de hacer equilibrio en una profesión muy inestable.
Yo tuve la suerte de que me tocó laburar con continuidad durante muchísimos años, pero la verdad que conozco muchísima gente que era buenísima y les costaba mucho vivir de esto. En particular entonces un poco habla de ese lado B y de esta mezcla con la actualidad y la tecnología en donde cualquier cosa te puede llevar puesto. A Nico un poco se lo lleva puesto en su labor, y hay un vuelco en la historia en donde se vuelve un poco más Black Mirror, se pone más oscuro.
T: ¿Alguna vez sentiste que al medio le importaba más el personaje mediático que se podía construir que el buen actor que pudieras ser?
GS: La verdad que es una industria como cualquier otra, pero tiene algo más cruel; o sea, es una industria en la que hay que facturar básicamente porque no deja de ser un negocio, y ahí es donde lo artístico muchas veces pende de un hilo y el número está por delante de cualquier cosa y no es tan sencillo.
T: ¿Qué es para vos la fama?
GS: Es algo que te acompaña, que un poco no te pertenece sino que es más de los demás, porque es una construcción del otro. Vos podés pensar una cosa pero de afuera se ve otra totalmente distinta y se potencia más o menos según el momento que estés viviendo. A mí me tocó vivir proyectos de mucho éxito como fueran los de Patito feo y Graduados, en donde no podía caminar por la calle, y años en donde no pasaba nada y era mucho más tranquilo. Creo que es algo que se construye a lo largo del tiempo en el inconsciente colectivo; cuando de ese personaje por el cual a vos te hablaban en la calle, como Matías o Martín, dos muy emblemáticos que me tocaron hacer a mí, pasás al Gastón hay un salto en eso que es medio abismal.
Ser famoso no está tan bueno, está bueno solamente para sus resultados o las puertas que se te abren más fácil alrededor, pero en sí no, no es lo que importa, no es interesante.
T: Sos muy joven pero ya llevás varias experiencias en otros roles que no son los de solamente intérprete. ¿Qué te falta?
GS: Me gustaría seguir creciendo desde este lado más como productor creativo, seguir creando proyectos; me gusta mucho ver cómo se desarrolla todo un proceso. Es un largo recorrido, hace 23 años que trabajo como actor. Hace ocho que estaré metido en la parte más de la producción, y mi idea es poder dirigir en algún momento también.
Con información de Télam