(Por Hernani Natale) "Serú Girán", el álbum debut de 1978 de la homónima histórica banda, regresa a las bateas en formato de vinilo, con sonido restaurado por el propio Pedro Aznar y en una edición especial que recupera el arte de tapa original, pero además incluye en su sobre interno fotos inéditas de aquellas sesiones realizadas en la ciudad brasileña de San Pablo.
Se trata de un trabajo similar al presentado en marzo de 2020 con La grasa de las capitales, segundo opus del cuarteto integrado por Charly García, David Lebón, Aznar y Oscar Moro, posibilitado a partir de la recuperación por parte del Instituto Nacional de la Música (Inamu) del catálogo completo de la desaparecida discográfica Music Hall, que incluía estas dos placas entre otras obras indispensables para la cultura popular de distintos géneros.
Nuevamente, el reconocido ingeniero de sonido Gustavo Gauvry hizo una bajada de las cintas de resguardo para que luego Aznar y el ingeniero Ariel Lavigna trabajaran con ellas en la restauración y remasterización del sonido.
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Así se logró que clásicos como Eiti Leda, Seminare, El mendigo en el andén y Autos, jets, aviones, barcos, entre otros, recuperaran el brillo y la nitidez sonora original.
Pero además, a pedido de Charly García cuando conoció el proyecto, se recuperaron las fotos tomadas en las sesiones de grabación del disco por José Luiz Pederneiras, hermano de Zoca, la entonces novia del músico.
El disco, del que hoy se lanza una preventa a través del sitio serugiran.mitiendanube.com y mañana llegará a las bateas y tiendas digitales, es acompañado por una copia en CD que no podrá obtenerse de manera separada.
Son momentos en los que comprobamos que la felicidad existe, dijo Diego Boris, titular del Inamu, al presentar esta reedición de lujo en el auditorio Horacio Negro Fontova, de esta institución.
Entusiasmado, el directivo detalló los pormenores de esta realización, a la vez que recordó el procedimiento para recuperar legalmente el catálogo de Music Hall, lo cual se anunció en el verano de 2016, y sus consecuentes beneficios para los artistas involucrados, quienes de esta manera se hacían del control de sus propias obras.
Muchas ediciones de discos muy importantes se hacen como chorizo. Nunca se los convoca a los artistas para hacer una reedición, así que es un valor en este caso que participen de esta actividad, celebró Boris.
De esta manera se refirió a la ardua labor realizada por Aznar, que necesitó en este caso el doble de tiempo que el insumido en la restauración de La grasa de las capitales, pero también al esfuerzo por cumplir con el pedido de Charly García de recuperar las fotos originales.
Cuando fuimos a ver a Charly, nos pidió si podíamos conseguir las fotos que José, el hermano de Zoca, hizo en las sesiones en San Pablo. El asunto era que José pudiera encontrar los negativos y sucedió que buscando otras cosas, dio con un sobre blanco con todos los negativos, reveló Boris.
En esa época, durante las grabaciones de la primera edición del disco, tuve la oportunidad de oír canciones inéditas, bellísimas, y también de convivir con la banda por muchos días. Recuerdo que en los intervalos de las grabaciones, caminábamos por las calles y parques de la ciudad de Sao Paulo y registraba esos encuentros, rememoró el propio fotógrafo brasileño a través de un video especial realizado con motivo de este lanzamiento.
Allí también se puede ver a Aznar, primero anunciando el inicio del proyecto y más adelante compartiendo el momento en que abre por primera vez el sobre con la nueva edición finalizada; como así también a un emocionado David Lebón escuchando el material recuperado.
Miren lo que es esto. Una locura. ¡Viva Serú!, expresa el guitarrista en el video; quien además en una gacetilla de prensa remarcó que ese disco es un encuentro entre cuatro amigos y se emocionó al entender que esta reedición es una manera de hacer que ese amor y esa música no se pierdan nunca.
"Estoy muy emocionado, me dejó muy contento cómo quedó el disco", expresó en esa misma gacetilla Charly García, mientras que Aznar definió su paso por Serú Girán como un antes y un después en su vida.
Tenía 18 años y encontrarme con estos tres monstruos de los cuales tocaba sus canciones con amigos con la guitarra criolla, y estar de igual a igual componiendo, ensayando, arreglando, grabando, cantando, en los escenarios, era muy fuerte. Fue una oportunidad única. Forjó en nosotros una hermandad muy importante que nos hizo crecer a los cuatro, nos puso en contacto con pares, manifestó el bajista.
Y arriesgó: Verse espejado en alguien que tiene exactamente el mismo nivel de pasión por la música, es una cosa muy importante, es algo que te da alas para volar más lejos. Eso creo que es lo que significó Serú Girán para cada uno de nosotros.
Registrado en 1978 en San Pablo, con producción de Billy Bond, Serú Girán fue la presentación en sociedad de lo que ya podía ser considerado un supergrupo, a partir de las trayectorias con la que contaban Charly (Sui Generis, La Máquina de Hacer Pájaros), Lebón (Pappo´s Blues, Color Humano, Pescado Rabioso, Polifemo) y Moro (Los Gatos, Color Humano, La Máquina de Hacer Pájaros).
Sin embargo, el álbum no fue bien recibido en un primer momento por el público, que no entendió la propuesta presentada en vivo en el Luna Park, en el marco del bizarro Festival de la Genética Humana, organizado por Alicia Raquel Hartridge, esposa del genocida Jorge Rafael Videla, debido a que una serie de factores -entre ellos, un defectuoso sonido- no permitieron que la banda desplegara su potencial.
La situación cambiaría con el paso de los meses y la llegada del segundo disco La grasa de las capitales, que finalmente puso las cosas en su lugar y ubicó a Serú como uno de los grupos más importantes en la historia del rock argentino.
La nueva edición de Serú Girán fue realizada en conjunto entre el Inamu y Altafonte Argentina, contó con la producción de Diego Boris y Gustavo Gauvry; y la restauración del arte de tapa estuvo a cargo de Pali Muñoz.
Con información de Télam