(Por Agustín Argento) "De algún modo, esta es una producción con mucha suerte", le dice a Télam Martín Basterreche, director de "El último zombi", cinta que se estrena este jueves tras un exitoso paso por festivales y que aborda un clásico del cine de género, pero como un "horror metafísico".
"En la película la epidemia viral es la primera hipótesis que manejan los personajes y es sorprendente el parecido con la Covid que estaba por llegar. Pero nada de eso buscamos nosotros. Nos interesó que se desate de repente una fuerza universal, algo inesperado, impensado, un miedo olvidado, una fuerza natural, impredecible y maligna. Como en los cuentos de Lovecraft o Poe", dijo Basterreche,
Con un elenco encabezado por Matías Desiderio, "El último zombi" presenta a un científico que, encomendado por un gabinete de colegas, va en busca de un médico que desapareció y, se especula, se encuentra experimentando con humanos. En su pesquisa, este científico llega a un pueblo costero, cuyo atractivo es un spa. Sin embargo, es a partir de ese spa y un extraño suceso desde el interior de la tierra, que todos comienzan a transformarse en zombies.
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"Un día mi amiga y coguionista Melina Cherro -explicó el director sobre el germen de la cinta- me retó: ¿Qué es lo más extraño que podríamos hacer dentro de los géneros? Yo respondí: una de zombis, pero desde el punto de vista de los zombis. Más aún: una película en la que todos son zombis pero nadie se ha percatado aún. 'Estás loco', me respondió, `ni en pedo vamos a hacer eso´. Y acá estamos, a punto de estrenarla".
"El último zombi" llega a la pantalla grande tras un importante recorrido que incluyó al Blood Window Lab de Ventana Sur en 2019, el Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Sitges en 2020, la competencia internacional del Buenos Aires Rojo Sangre 2021 y el festival de Cine Fantástico Sombra, de España, en 2022.
"Durante años, con mis compañeros Daniel Ibarrart, Mónica Amarilla y Mariano Oliveros, hemos aprendido a trabajar bajo presión, a adaptarnos a las circunstancias. Es lo que nos tocó y lo seguimos eligiendo. Por otro lado, este rodaje terminó 8 días antes de que se declare la cuarentena. Hubiera sido una catástrofe irremontable suspender el rodaje, así que, de algún modo, es una producción con mucha suerte", señaló el director de "Punto Ciego" y "Devoto: La invasión silenciosa".
T: El cine atraviesa una crisis, pero ¿creés que el cine de género es un nicho que se mantiene y tiene un mercado internacional?
MB: Sí. Se mantiene y crece. Acá y en todos lados. Fijate que desde hace algunos años le decimos "género" al cine de horror, pero géneros son todos, western, comedia, policial, etc. El cine de horror es un nicho estable en permanente crecimiento, pero todos los géneros fueron, son y serán el código de reconocimiento mutuo, la conexión con el público y la mejor herramienta para que los autores le den forma a sus ideas y las representen de la manera más sofisticada. Por otro lado, hoy, que los grandes estudios sólo parecen querer seguridad y han transformado al cine en un bien de consumo tendiente a riesgo cero como si fuera una gaseosa, el cine de género les ofrece ese piso de éxito seguro que esperan para sus negocios. Hay muchas películas, alta calidad técnica y mucho público sobre todo adolescente. A veces también hay mucha repetición de ideas, pero ese es otro asunto. El horror siempre fue exitoso y popular. Lo bueno, en todo caso, es que este fenómeno llegó a la Argentina cuando hace apenas 10 años era inimaginable.
T: En cuanto a la historia, los personajes demuestran que el amor es el principal motivo por el que mueven.
MB: De alguna manera esta no es una película de zombis sino una película con zombis. Creemos que es para todos los públicos, porque es sobre todo un thriller y un drama y porque utiliza elementos del género zombi pero no privilegia el miedo ni el asco, sino la emoción y la empatía con los personajes. Desde el asedio a Troya, venimos contando siempre la misma historia emocionante de un grupo heterogéneo de personas luchando solas contra una fuerza superior que los oprime.
T: ¿Por qué eligieron que los humanos se conviertan en zombies por inhalar un humo y no por ser mordidos, lo que es un clásico del género?
MB: "El último zombi" se parece a las primeras películas de zombis como "I Walked with a Zombie" de Jacques Tourneur, 1943. El zombi pertenece a la tradición centroamericana del vudú. Son no muertos, almas en pena que deambulan como fantasmas mientras esperan acceder a su descanso final. Ánimas benditas, como dice la canción "La farolera". Luego, a partir de George Romero se fue forjando en Hollywood el subgénero zombi que creó estos seres putrefactos más fuertes y más veloces que los humanos y que se alimentan de carne viva. De este modo, no nos interesa mucho que la conversión masiva zombi se de por una involución biológica, una manipulación científica inmoral o por un virus descontrolado como generalmente pasa. De hecho, esa profundidad e irracionalidad del horror verdadero, del horror metafísico.
Con información de Télam