(Por Agustín Argento) "Piedra Noche" es la nueva película de Iván Fund, que se estrena hoy y que tiene a Mara Bestelli y Marcelo Subiotto, pareja en la vida real, como el matrimonio protagonista de una tragedia y la reconversión del amor con lo fantástico como telón de fondo.
"Mi idea era poder mostrar la transición de una persona que cree tener todo acomodado frente a una tragedia para poder seguir adelante y cómo inesperadamente se le cambian las piezas y está obligado a mirar de otra forma. La película nos invita a poder mirar de otra manera la realidad, no de la manera que uno cree que es", detalló Bestelli a Télam.
"La película -amplió Subiotto- no está instalada en la tragedia. Hay una invitación para acercarse más a un género de lo fantástico y que permite que la transición o la narrativa de ese duelo sea mucho más amplio para a ver de manera diferente cómo uno puede reaccionar con una situación que es nueva. Lo trágico tiene esa característica, no hay vuelta atrás pero adelante es mucho más amplio".
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Bruno (Subiotto) y Greta (Bestelli) despiertan un día en su paradisíaca casa en la playa y descubren que su hijo no está. Al año, regresan para venderla y, para ello, llaman a Sina (Marisel Álvarez), una amiga de la infancia para que ayude con la mudanza. Greta asume el duelo mirando al futuro; Bruno, en cambio, dice escuchar que su hijo lo llama.
Ambos personajes tienen un recorrido diferente, pero jamás pierden el amor por el otro. Se convierten en testigos del sufrimiento ajeno, sin dejar de lado el suyo propio. En el medio, la leyenda de un monstruo submarino envuelve el duro trance por el que pasan.
Fund había trabajado con Bestelli en "Una escuela en Cerro Hueso", de Betania Cappato, y a partir de allí surgió el interés del director por sumarla a "Piedra Noche" junto a su pareja. "Supongo que el hecho de ser pareja algo le debe haber sumado, pero no fue con certeza la invitación", aventuró Subiotto. "Quizá fue para poder organizar mejor las agendas de trabajo", acotó entre risas la actriz.
Ambos trabajaron sin guion, metodología que usa Fund. El director les entrega la historia y así se van armando las escenas y los diálogos, con algunos "pedacitos" que se les iba dando. Fue un trabajo "colectivo, pero preciso", explicó Bestelli. "Yo no puedo pensar al cine, sino como un hecho colectivo", argumentó Subiotto.
Télam: Pareciera que la idea de lo fantástico es la de vincular a los protagonistas con su niño interior.
Mara Bestelli: Sí, porque los niños tienen menos condicionamientos y se pueden permitir ver la realidad con muchas más facetas que las que nos permitimos los adultos. El personaje de Marcelo nunca soltó algo de ese niño, ella sí.
Marcelo Subiotto: Hay algo del juicio racional del adulto que cierra las posibilidades de encuentro con otras cosas. En un chico ese universo lúdico es mucho más amplio y ese juicio racional no es represor de otras posibilidades.
T: Cada personaje es un testigo de lo que le sucede al otro.
MS: Es una película de miradas. Uno mira al otro, el otro mira al mar, el mar los mira a ellos y lo sobrenatural los observa. Es un punto de partida fundamental porque es donde se está contando todo. Lo que hay en esa pareja dentro del duelo que viven es una forma de amor muy profunda y muy nueva dadas las circunstancias.
T: ¿Cómo manejan el trabajo en la casa?
MS: Nosotros amamos el oficio. Aunque no estamos hablando de lo nuestro hablamos de otros actores o actrices. Es un tema que entra y sale de nuestra relación con fluidez. Es un trabajo que se relaciona directamente con el deseo de hacer algo que no guarda las lógicas de la industria. Tenemos miradas que se retroalimentan; siempre estamos compartiendo.
MB: Además cada uno tiene sus cosas y por ahí no hablás tanto de lo que estás haciendo, pero si lo estás compartiendo es difícil no seguir hablando de eso.
T: ¿Cómo se hace después de tantos años de trayectoria para mantener viva la llama del amor por la profesión, pero a su vez saber que es tu trabajo?
MS: Si no te llaman para determinada cosa, te juntás con otro en tu casa y actuás. Eso es lo que no tenés que perder y así lo entendemos. Lo demás son las reglas del juego, cuánto salgo, cuánto me pagás. El mundo va cada vez más hacia una fracción matemática de ofertas y demandas y este lugar nosotros lo entendemos como fundamental. Es como tener una actividad espiritual y humana de encuentro. Si hacés una obra, lo que importa es que invitás a alguien y después hay un diálogo. Ese universo es casi como una responsabilidad.
MB: No en todos los trabajos que uno puede liberarse al 100 por ciento porque hay reglas, pero ese lugarcito de la pasión no te la quita nadie. No es que vos elegís porque te conviene, lo único que sabés es que querés eso. Después se empieza a organizar.
T: Contraponen lo matemático con lo espiritual y, en el medio, meten la palabra "conciencia".
MS: Es complejo porque nos vamos a cualquier lado, pero leés "El Timeo", de Platón, y él lo junta todo ahí (risas). En lo matemático me refiero a ese universo cada vez más de mercado, de oferta y demanda, de individualidad, qué es lo que gano, lo que pierdo, lo que apuesto, lo que doy y lo que me das. Es como ir a comprar al mercado de la plaza.
MB: Y ahí entra lo espiritual y la conciencia. Cuando vos sos consciente de que no sos el rol, ya ahí te estás corriendo de una identificación que te separa de lo espiritual. Si yo sé y tomo conciencia de que no soy ese rol, que ese es un rol que juego, yo ya ahí me estoy desidentificando de ese rol.
T: Se es uno mismo.
MB: Ahora... ¿qué es uno? Qué se yo. La pregunta que vendría es qué soy yo o quién soy yo y es una pregunta para toda la vida y que va variando. Hay que levantar la bandera de no olvidar que somos seres humanos.
MS: Le decimos espiritual pero es humano, es de personas. Por eso me parece que está bueno lo colectivo en un mundo que va hacia otro lado, hacia lo individual.
T: ¿Te referís a la vorágine?
MS: Al tipo de sujeto que va construyendo la época. Es eso, es un sujeto metido en sí mismo, individualista, que se va construyendo una moral para que vos entiendas que está bien que te valorizás y este doble filo de las redes sociales. Me parece que al final nos propone a todos lo mismo y no sé si somos tan individuales o una masa de mismos que nos vamos repitiendo uno al otro. Alguien nos está proponiendo eso, no es inocente. Es un momento bastante complejo y la pandemia puso muy en evidencia eso.
MB: Se puso en evidencia algo que ya estaba, algo que ya venía. Algo que estaba y que salió. La individualidad, el no poder ver al otro diferente que yo, lo diferente a mí es un enemigo. Te quedás con tu rebaño que piensan de la misma manera, que aplauden todos.
Con información de Télam