(Por Hugo F. Sánchez) La investigación a cargo de una brigada policial de un cruento femicidio en una ciudad francesa es el eje de "La noche del crimen", de Dominik Moll y protagonizado por el actor Bastien Bouillon, quien habló con Télam sobre las características de este policial con perspectiva de género que estrena mañana en cines argentinos.
Ganadora de seis Premios César que entrega la Academia de Cine Francés (incluyendo Mejor Película y Actor Revelación para Bouillon), "La noche del crimen" es un preciso y riguroso registro del derrotero de la pesquisa sobre el asesinato de una joven a cargo de un aguerrido grupo de policías comandado por el joven Yohan, que se obsesiona con el crimen.
"Yo intuía que como actor no tenía que ir más arriba ni superar la intriga, lo que sentí es que debía responder y servir a esa historia", cuenta Bastien Bouillon a esta agencia en un hotel del barrio porteño de Recoleta: "Sentía que tenía que tener los ojos muy vivaces, que observan e intentan escudriñar las cosas, además de ser una puerta de entrada hacia el interior de mi personaje", describe.
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Reconcentrado y a la vez atento y dispuesto a entender las características de un crimen que se explica solo desde la perspectiva de género -y que como bien señala el relato, es investigado por hombres-, el protagonista muestra un lado obsesivo, un rasgo que el actor francés trabajó con dedicación.
"Está el lado muy humano de la obsesión, que es un tema gigante que se representa de manera alegórica con las vueltas que da mi personaje, Yohan, en el velódromo -explica-, que también es una alegoría de ese lugar rodeado por las montañas de la ciudad de Grenoble, que oprimen a los que viven en el valle".
Télam: ¿Cómo fue el trabajo previo para ponerte en la piel de Yohan, el policía a cargo de la investigación del crimen que aborda la película?
Bastien Bouillon: Sabía que la autora del libro, Pauline Guéna, había pasado un año con la Brigada Criminal de Versalles y que Dominik Moll también estuvo en una comisaría durante varios días para saber cómo actúan los oficiales, así que confié en el guion fuertemente, y como yo no tenía que manipular armas ni nada muy preciso con respecto a la profesión de policía, si tenía preguntas de orden práctico, se las planteaba directamente al director.
Por ejemplo, hay una escena donde se hace un allanamiento en un departamento y se detiene a uno de los personajes, se lo agarra y en ese momento había dos policías que nos estaban aconsejando. Y lo mismo la escena en donde se está manipulando el cuerpo, son policías científicos de verdad. La única preparación que tuve fue andar en bicicleta.
Yo intuía que como actor, no tenía que ir más arriba ni superar la intriga, lo que sentí es que debía responder y servir a esa historia, entonces fui muy recto y lineal en la palabra y por el otro lado, sentía que tenía que tener los ojos muy vivaces, que observan e intentan escudriñar las cosas, además de ser una puerta de entrada hacia el interior de mi personaje. El pasaje entre la palabra y la mirada fue mi principal preparación.
T: El protagonista que interpreta tiene mucho de hierático y a la vez demuestra una determinación muy fuerte. ¿Le sorprendió esta carácter obsesivo del personaje?
BB: Yo mismo soy muy obsesivo; para mí la historia tenía muchas cosas interesantes, por ejemplo la relación hombre-mujer, la realidad social y económica de la policía que carece de los recursos necesarios. Pero está el lado muy humano de la obsesión, que es un tema gigante que se representa de manera alegórica con las vueltas que da mi personaje, Yohan, en el velódromo, que también es una alegoría de ese lugar rodeado por las montañas de la ciudad de Grenoble, que oprimen a los que viven en el valle.
T: ¿Cómo trabajaron la relación entre personajes que en la pantalla transmiten una lograda relación de camaradería?
BB: Dominik (Moll) dice que el 80 por ciento de la dirección de actores es el casting. Creo que en la dinámica de grupo, o se desdibujaban demasiado los personajes o al revés, trataban de sobresalir para tener un rol preponderante. Justamente, la inteligencia del director consistió justamente en crear un grupo que funcionara bien, aunque llevó mucho crearlo.
T: ¿Como artista le sorprendió el enfoque si se quiere atípico de "La noche del crimen", un policial que centra su mirada sobre el crimen de género?
BB: Lo que me gustó es que la película se apoderó de este tema, sin intentar sacar provecho de este efecto de moda, va corriendo de manera delicada, sin dar respuestas sino planteando preguntas.
Tengo la impresión de que soy abierto y que estoy educado en cuanto a estos temas, pero a los hombres nos va a llevar mucho tiempo deconstruirnos, lo mismo a las mujeres, que también están construidas en el patriarcado desde la noche de los tiempos.
Desde hace unos años la palabra de las mujeres fue liberada, pero ahora vamos a tener que aprender a escuchar esa palabra.
T: Por esta película recibió un César, el premio del cine más importante de su país. ¿Este reconocimiento le abre alguna puerta real a otros trabajos?
BB: El César que recibí fue a la "Mejor Esperanza Masculina", una categoría en donde estuve junto a actores que tienen 15 años y yo tengo 37, entonces la primera frase en mi discurso fue: "Me dieron el premio por haber conservado la esperanza".
Aunque no es una regla absoluta, el César abre puertas y al menos a mí me está cambiando la carrera.
Pero luego, lo más difícil está por venir, porque una carrera se va construyendo con el tiempo y ahora que aparecen un montón de opciones porque estoy sobre le tapete, voy a tener que orientarme en la mejor dirección.
Con información de Télam