(Por Hugo F. Sánchez) La vida de Carlos Gesell, que desafiando toda lógica fundó una ciudad en los médanos a orillas del Océano Atlántico en la costa bonaerense, es retratada en "Carlos Gesell, mi padre", de Marina Zeising, que se estrena mañana en el Cine Gaumont y la plataforma Cine.Ar.
Con el disparador de la lectura de "Carlos Idaho Gesell. Su vida", el libro escrito por Rosemarie Gesell, la realizadora Marina Zeising desarrolló un relato desde la visión de la hija del pionero alemán presente en la voz de la actriz Cecilia Rossetto, que cuenta la epopeya del hombre que invirtió su dinero para construir una comunidad que tenía como premisa una relación intensa con la naturaleza.
A Zeising ("Lantéc Chaná", "La Lupa", "Reformadores"), la historia de cómo se fundó Villa Gesell le parecía "asombrosa y extraordinaria, sobre todo porque se diferencia respecto a otras historias de la fundación de otros pueblos".
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
En ese sentido, la directora reflexiona sobre el carácter del fundador, al que define como "una persona que pese a haber recorrido el mundo buscando un destino, lo encuentra en esas dunas despobladas de la costa atlántica argentina".
Lo cierto es que el documental, además de tener como hilo narrativo la voz de Rosetto, utiliza de manera inteligente fragmentos de películas mudas contemporáneas a la época en la que el precursor comenzó a planear su pueblo soñado -cuya fundación data entre 1931 y 1932- y, además, complementa la historia con imágenes de ficción con el fotógrafo Oskar Molek dando vida a Carlos Gesell.
Télam: ¿Cómo nació el proyecto de contar la vida de un pionero como Carlos Gesell?
Marina Zeising: En 2019 visité el Museo Histórico Villa Gesell y redescubrí su historia, que me pareció asombrosa y extraordinaria, sobre todo porque se diferencia respecto a otras historias de la fundación de otros pueblos. Comencé a investigar y leí todas las biografías de Carlos Gesell, pero hubo una puntual que me llamó la atención, porque era la versión de la hija, Rosemarie. La contacté, le hice una larguísima entrevista en su casa y de ahí surgió el guion, que es un relato de Carlos Gesell desde el punto de vista de Rosemarie, quien me dio la autorización para realizar la película.
T: ¿Por qué la elección de Cecilia Rossetto para darle voz a la hija de Gesell?
MZ: Como la película es contada desde Rosemarie pero ella ya tenía una voz muy cascada por su edad avanzada y los problemas de salud que tenía, consideré que el relato iba a sostenerse mejor con una actriz que recreara su voz. Pensando en quién podría representarla, me surgió Cecilia por su rol de artista integral como actriz y cantante. Por su talento y trayectoria me imaginé que iba a captar con su voz el espíritu de Rosemarie.
Trabajamos juntas sobre el texto y grabamos con mucha emoción su relato, que fue la espina dorsal de la película. Sobre esa voz monté el resto de la película, que la fui filmando durante la pandemia en la medida que se podía.
T: ¿Cómo fue conformándose la puesta, que entre otros recursos tiene fragmentos de películas de Keaton, Chaplin o "Nosferatu", de Murnau?
MZ: Para mí fue un desafío realizar una película histórica con poco material de archivo sobre sus protagonistas. Como percibí que Rosemarie tenía mucho humor, se me ocurrió ilustrar la historia del principio del siglo XX con películas mudas en blanco y negro que ya están liberadas. Fue un placer resignificar y cruzar los materiales que se filmaron en la misma época en la que Carlos Gesell vivió. De alguna manera permite ver desde la actualidad cómo era vivir a principio de siglo desde el humor y utilizando el lenguaje audiovisual en un sentido lúdico, que es la forma en la que también Carlos Gesell experimentaba con su propia vida; una persona que pese a haber recorrido el mundo buscando un destino, lo encuentra en esas dunas despobladas de la costa atlántica argentina.
T: ¿Hay una voluntad en el relato de contar el sueño imposible de Gesell de un pueblo utópico en donde la naturaleza fuera la protagonista excluyente?
MZ: Absolutamente, es así. Inicialmente él pensaba que ese territorio y sus plantaciones de pinos podían servirle para proveerle materia prima para su empresa de muebles "Casa Gesell", pero la naturaleza lo cooptó y reconfiguró su sentido renunciando a ese negocio e invirtiendo sus capitales en crear un pueblo diverso e inclusivo, que terminó siendo una gran ciudad balnearia y también cuna de la cultura bonaerense y nacional. Si bien cambió en muchos sentidos desde aquel entonces, yo percibo que aún mantiene la mística original que soñó Carlos Gesell.
Con información de Télam