Sam Raimi experimenta con el horror y la locura de los multiversos en la secuela de "Doctor Strange"

04 de mayo, 2022 | 16.27

(Por Victoria Ojam).- El estadounidense Sam Raimi, conocido como el responsable de la primera trilogía de películas centradas en Spider-Man a principios del milenio, vuelve a ese género con "Doctor Strange y el multiverso de la locura", la segunda entrega del superhéroe interpretado por Benedict Cumberbatch que estrena este jueves en cines con una muy efectiva convivencia entre la fórmula Marvel y el terreno exagerado y de terror que domina el realizador.

"Mi responsabilidad fue entender en qué situaciones había estado Doctor Strange, por qué cosas había pasado Wanda, y presentarlos con desafíos que fueran relevantes para los personajes en este momento", dijo el director en diálogo con Télam sobre su llegada al conocido como Universo Cinematográfico de Marvel, que con esta secuela suma el título número 28 a su lista de filmes.

Justamente, Raimi desembarcó en la franquicia -tras la baja de Scott Derrickson- con la tarea de dar en la tecla de cara a todo un séquito de exigentes fans de la enorme narrativa, iniciada en 2008 con el estreno de "Iron Man". Para mayor vertiginosidad, el proyecto sucede en la línea de lanzamientos a otro tanque de la saga, "Spider-Man: Sin camino a casa", que elevó las expectativas del público en niveles inesperados.

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Así todo, el cineasta estuvo lejos de achicarse y puso a disposición del proyecto las herramientas y los estilos que cultivó a lo largo de su carrera para llevar a la pantalla esta nueva aventura, ahora complejizada definitivamente con la apertura de universos paralelos que se cruzan, afectan y expanden al infinito.

En ese sentido, además de la exitosa traducción de los cómics del joven arácnido protagonizado por Tobey Maguire que propuso en 2002, 2004 y 2007, Raimi ya había tenido un paso por el género de terror en 1981 con "Evil Dead: Diabólico", una clásica historia de jóvenes que durante una escapada en una cabaña abandonada despiertan a un malvado espíritu que significó su debut en el mundo de los largometrajes.

"Evil Dead" se convertiría en un ícono del cine clase B y tuvo no solo dos secuelas sino una serie del canal Starz, gracias a una puesta que jugaba con la violencia en formas excéntricas, con una exageración atrapante diferente a la de otros clásicos un poco menos atrevidos, como "Halloween" o "Martes 13".

Esas expresiones se sumarían más tarde a los movimientos de cámara veloces e impetuosos y a la estética algo caricaturesca y graciosa, típica de las historietas, que puso en práctica en la trilogía de "Spider-Man" -que ayer cumplió dos décadas- para convertirlas en sus marcas distintivas. Cuando le tocó la hora, introdujo su combo en el molde repetitivo y establecido por el gigante Disney para desarrollar sus filmes de Marvel. Y la sumatoria fue fructífera.

Así, Doctor Strange llega a esta ocasión luego de tener un pequeño atisbo de los universos paralelos tras su participación en la última cinta del superhéroe adolescente encarnado por Tom Holland, cuando de manera repentina conoce a América Chávez (Xochitl Gomez), una jovencita que tiene el poder de trasladarse físicamente entre dimensiones .

El encuentro se produce en medio de una amenaza hasta ese momento desconocido, que persigue a América para extraer su habilidad. Sin embargo, la premisa en apariencia común y corriente toma otro cariz cuando se devela la verdad detrás del problema: es Wanda Maximoff (Elizabeth Olsen), transformada en la Bruja Escarlata, la que ambiciona sus capacidades con tal de reunirse con sus hijos, algo ya visto a principios de 2021 con la tira de Disney+ "Wandavision".

De esa manera, Strange y América, con la ayuda del querido y simpático hechicero Wong (Benedict Wong), se adentrarán en un viaje entre universos en los que se encuentran con versiones inesperadas, bizarras y hasta terroríficas de sus propias realidades en busca de ponerle fin al desastre fatal que podría desatar la ahora temible Bruja.

A poco de su lanzamiento en salas, Raimi conversó con esta agencia sobre lo que pueden esperar las audiencias y sobre su mirada del género de superhéroes, en tiempos en que la sobreoferta le exige renovarse para sobrevivir.

Télam: ¿Cuál es exactamente el nivel de locura con el que se va a encontrar el público?

Sam Raimi: El momento en que abrís la puerta al más allá, a lo desconocido de otro universo y te enfrentás con versiones alternativas de vos mismo, creo que ese es probablemente el nivel de mayor locura en el que nos posicionamos. No solo el de viajar a otro universo, sino a tres o cuatro, que es el hilo de la película. Así que es bastante extraño para los personajes ver estas versiones mutadas de sí mismos, a veces con una cualidad amplificada, sea el egoísmo o la bondad. Pueden mirar representaciones en espejo de sí mismos, lo que me parece bastante interesante, especialmente cuando tenés un elenco de intérpretes tan buenos como Benedict y Elizabeth.

T: Hace tiempo se rumoreaba que esta podía ser la película más "terrorífica" de este universo. ¿Eran aspectos con los que esperabas experimentar?

SR: En principio fue una decisión de Kevin Feige (CEO de Marvel Studios y productor ejecutivo de todas sus entregas), quien al anunciar el título de la película adelantó que iba a ser el primer contacto de la franquicia con el género de terror. Para mí fue realmente muy divertido agregar estas secuencias de suspenso, de elementos de susto, aunque no es una forma de terror estremecedor, diría más bien que es simplemente aterradora de una forma divertida.

T: Pasaron casi 15 años desde el principio de esta saga. ¿Sentiste alguna responsabilidad en particular al tomar el proyecto?

SR: Sí, muchísima, porque hubo 27 episodios antes, y hay una base de fans muy leal ahí afuera, que quieren ver a sus personajes tratados con respeto y esperan que los narradores sepan dónde estuvieron. Fue un desafío muy interesante, porque no quieren ver temas y problemáticas con los que los personajes hayan lidiado antes, sino una progresión hacia el futuro.

T: ¿Cómo compararías la experiencia de trabajar en las primeras películas de Spider-Man y en esta secuela de "Doctor Strange"?

SR: En esa época tuvimos que crear las herramientas para crear otras herramientas que dieran vida a un superhéroe generado por computadora. Fue mucho desarrollo de tecnologías que no existían, y encontrar las formas de mostrar a un personaje que tampoco existía balanceándose a través de Nueva York, cómo íbamos a definir sus movimientos de cámara alrededor suyo. Ahora, esta tecnología sí existe y fue refinada, hay equipos de personas que se dedican exclusivamente a eso, así que ahora el trabajo se trata de tomar esas herramientas y volverlas únicas, ponerlas al servicio de la historia, en vez de tratarse solamente de un efecto visual impactante.

T: Después de estos veinte años, ¿cómo creés que evolucionó el género de superhéroes?

SR: Creo que creció de una manera muy saludable, gracias a Marvel los personajes mantuvieron su integridad, no son proyectos aislados. Realmente hay una supervisión general por parte de personas que aman el material en todos sus niveles, y creo que eso resulta en narrativas de muy alta calidad.

T: ¿Y su futuro? ¿Hacia dónde va?

SR: Creo que siempre fue el mismo, siempre y cuando haya gente que realmente ame a los personajes, que se de cuenta de qué es lo humano en ellos, y puedan traer esa humanidad, esa suerte de falencias, a la pantalla de una forma significativa para las audiencias. Si eso sucede, creo que su futuro es brillante, pero el momento en que se conviertan en copias exactas o no tengan ese espíritu, creo que será el fin.

Con información de Télam