(Por Sergio Arboleya) De paso por Madrid, adonde viajó para ver de cerca las versiones españolas de School of Rock y Legalmente rubia, dos piezas de teatro musical que producirá en 2024 en Buenos Aires, el empresario Carlos Rottemberg asegura que Madrid pasó a ser la nueva capital del musical de gran producción y marca una tendencia que puede llegar progresivamente a Argentina.
Hoy puedo decir que Madrid pasó a ser la tercera capital del musical de gran producción luego de Nueva York y Londres, algo impensado hace pocos años, y con ese espejo me permito ser optimista si en Argentina logramos continuidad y crear definitivamente el hábito en el público, como históricamente lo logró nuestro teatro de texto, observa Rottemberg desde España en charla con Télam.
En esa mirada donde conviven naturalmente el ojo profesional, la pasión y el compromiso por un desarrollo cultural capaz de generar más y mejores fuentes de trabajo en la escena local, el teatrista informa que en España ya compiten ¡14 musicales simultáneos!, a punto tal que hasta se crean nuevos espacios porque ya no hay teatros ni excines grandes disponibles. La ciudad está cubierta por publicidad de los musicales y el turismo ya lo toma como parte del plan.
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Como una buena muestra del fenómeno, la puesta española de School of Rock, uno de los títulos que llegarán a la cartelera porteña desde finales de mayo en el Gran Rex, está en Madrid también bajo dirección del argentino Ariel Dal Mastro, desplegándose en el Espacio Delicias, inaugurado hace dos años a cuadras de la terminal ferroviaria de Atocha y, por ende, alejado de la Gran Vía.
La imponente oferta madrileña en la materia incluye títulos de impacto global como El Rey León, Pretty Woman, Aladdín, El fantasma de la ópera, Chicago, Mamma mía y The Book of Mormon, entre otros, además de Matilda (un boom en Argentina), la citada School of Rock y Legalmente rubia (en España titulada Una rubia muy legal).
Desde su experiencia teatral del otro lado del Atlántico, Rottemberg quien viajó el miércoles y regresará mañana- apunta al respecto: Esta fortaleza del género musical era inimaginable hace 20 años atrás cuando por la crisis de 2001 traje varios espectáculos teatrales con artistas argentinos a Madrid y Barcelona como No seré feliz pero tengo marido, Acaloradas y Made in Argentina, entre otras.
Y también atento a los números y sus evidencias, añade: En promedio en España de una facturación teatral de más de 160 millones de euros en el año solo en Madrid, 110 millones correspondieron a los musicales y eso es más que lo que recaudan las salas de cine de todo el país.
Jesús Cimarro, presidente de la Asociación de Productores y Teatros de Madrid, dueño de tres salas en la ciudad y director del Festival de Mérida, asegura a Télam que este boom de los musicales en España se generó después de la pandemia. Antes había dos o tres musicales y en estos momentos estamos hablando de entre 15 a 18 títulos.
Sobre ese llamativo panorama, el empresario español grafica: Hace unos días declaré que podíamos morir de éxito y eso quiere decir que hay que ajustar, esto se ajustará y de aquí a dos años no habrá más de siete musicales como máximo en la ciudad porque no sé si toda la ciudad puede absorber tanta producción de teatro musical.
Más allá de este proceso, Cimarro indicó que creía que la ciudad seguirá siendo la capital del teatro musical en castellano por mucho tiempo porque han aparecido nuevas productoras que están haciendo que este género esté funcionando muy por encima del teatro de texto.
Pero hay que decir puntualiza- que los títulos que funcionan son aquellos grandes musicales que les resuenan a todos los espectadores y que son los que más van a tener una rentabilidad clara en el mercado.
Vivenciando aquel suceso y con el antecedente de Matilda, una apuesta que encaró junto a su hijo Tomás y un pool de productoras integrado por Valentina Berger de GO Broadway, Mariano Pagani de MP y Pablo Kohlhuber y Fernando Moya de Ozono Producciones, que vendió 140.000 localidades en apenas ocho semanas y tendrá una segunda temporada desde enero, nuevamente en el Gran Rex, Rottemberg va por más en su territorio.
Legalmente rubia, fruto de la asociación de Carlos y Tomás con Valentina Berger y Mariano Pagani, se estrenará en marzo; mientras que School of Rock será posible gracias a la reunión de los Rottemberg con Pagani y las firmas Ozono y Preludio.
Pero también los equipos creativos en torno a ambos títulos locales recogerán lo cosechado por la experiencia con Matilda, ya que repetirán rubros esenciales con Ariel Del Mastro en dirección general, Marcelo Caballero en dirección de actores y la producción a cargo de la dupla Maga Altman-Laura Casadiego.
Con el impulso que palpa en Madrid, Rottemberg arriesga que así como Matilda abrió un surco en 2023 y fue la primera superproducción pospandemia -equivalentemente a darla por terminada teatralmente hablando- ahora se multiplica por los estrenos de los otros dos musicales.
Pero subraya con una pasión que no reconoce solamente su propia camiseta- al mismo tiempo se anuncia para el verano Mamma Mía con el protagónico de Florencia Peña en Villa Carlos Paz y Kinky Boots en Mar del Plata, a la vez que Piaf anuncia sus semanas de despedida, pero confirma una gran gira nacional para 2024. Lo que implica seis producciones para el nuevo año y no tengo dudas que habrá alguna sorpresa más.
Con el mismo entusiasmo, Rottemberg insiste: Por primera vez en la historia, en un país en el cual reconocemos importantes insatisfacciones de tantos conciudadanos, media docena de títulos de musicales de gran porte ya están confirmados y sin dudas serán más con el correr de estos meses. Un primer envión de aliento que indica que estamos en el inicio de algo que podría convertirnos en el principal país de América Latina en este rubro.
Télam: Tomando nota de lo que estás viviendo con el teatro musical en España, ¿por qué te parece importante poder potenciar el género en Argentina?
Carlos Rottemberg: La misma ciudad que tuvo este año el récord de público histórico de los veranos y una temporada toda superadora de la anterior, tiene para el musical una materia prima de un nivel humano excepcional como lo ratifica el hecho de que hay mucho talento argentino del género trabajando aquí, pero en el país tiene funciones sueltas en cooperativas, pero muy pocos musicales de producción, siendo que las producciones de esa escala son las que les permitiría vivir de la profesión a artistas, creativos y técnicos.
T: ¿O sea que debe pensarse al musical como un impulso multiplicador para la escena?
CR: Totalmente. La importancia desde lo laboral de los musicales se mide en puestos de trabajo directos e indirectos para la profesión: un musical mediano conlleva para la producción entre cuatro a cinco veces las contrataciones de una comedia de texto; mientras que uno de gran porte multiplica por ocho a diez veces la cantidad de participantes, además de costosos montajes contra una comedia de decorado fijo.
Con información de Télam