El violinista y compositor Ara Malikian, una voz propia en el crisol de músicas del mundo, vuelve a Argentina después de tres años para tocar en Buenos Aires y Córdoba haciendo eje en un repertorio que compuso en pandemia e inspiró su hijo Kairo, tal vez como antídoto a un mundo donde, advierte, todo es interés y importan poco los derechos humanos y los débiles.
Además de la invasión de Rusia a Ucrania que interesa política y económicamente, hay otras 35 guerras activas en el mundo y eso es algo que me preocupa mucho, asegura Malikian durante una entrevista con Télam.
De ascendencia armenia, nacido en Líbano hace 54 años y residente en España donde está nacionalizado y vive con su esposa, la actriz y artista visual zaragozana Nata Moreno (autora, además, del laureado documental Ara Malikian: una vida entre las cuerdas) y el pequeño Kairo, el músico retomó las giras mundiales con Ara su más reciente y personal álbum entre manos.
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El disco enteramente inspirado en su hijo lo devolverá al país después de tres años para presentarse el viernes 21 en el estadio porteño Luna Park y dos noches después en Quality Espacio de la ciudad de Córdoba, para luego cruzar el Río de la Plata y actuar el 25 y 26 en el Auditorio Nacional del Sodre de Montevideo, Uruguay.
El The Ara Malikian World Tour lo une a un cuarteto de músicos cubanos integrado por Iván Melón Lewis en piano, Iván Ruiz Machado en bajo, Georvis Pico Milán en batería y Dayan Abad en guitarra con quienes aborda ese repertorio surgido de la intimidad.
Antes de la pandemia tenía un ritmo de vida de 120 conciertos al año y estaba todos los días en los aeropuertos, en las carreteras y en los aviones, pero por la pandemia y de un día al otro tuve que volver a casa como todo el planeta y me inspiré muchísimo en mi hijo y pude recuperar la propia niñez que no pude vivir por la guerra en el Líbano, repasa el artista.
Como fruto de esos reencuentros, Ara asegura que me he metido en su mundo en su fantasía y aparecieron pianos voladores, un calamar robótico y cosas así y aunque no sea un disco para niños ni familiar, sí que está inspirado en él y en su imaginación.
Télam: ¿Esa cuestión más introspectiva modificó el pulso de tu obra siempre tan energética?
Ara Malikian: Yo tengo la personalidad de siempre ser muy inquieto y buscar nuevos caminos, nuevas vías, y para ello siempre tengo la suerte de contar con músicos que conozco y con músicos que descubro para hacer un estilo de música de base clásica que derivó hacia otros ámbitos y otros mundos. Al principio me avergonzaba tocar en bodas o tocar en bares y restaurantes, pero sin saberlo y sin estar consciente, todos esos trabajos que hice fueron experiencias muy valiosas y aprendizajes que forjaron mi personalidad para hoy día poder empezar un tema que tiene carácter clásico y acabar con un son cubano, pero no todo es posible ni se trata de fusionar por fusionar sino de sentirlo y hacerlo a mi manera.
T: ¿Esa manera tuya está siempre ligada al violín y a la manera que tenés de ejecutar ese instrumento?
AM: Cuando compongo siempre lo hago pensando e imaginando mi violín, mi propia manera de tocar, mi propio sonido y mi propia personalidad. Y esa es una ventaja y una desventaja al mismo tiempo porque como compositor me asegura que haya un violinista que va a tocar mis temas y ese soy yo mismo, y la desventaja es que solamente me enfoco en un tipo de sonido.
T: ¿Y cómo definirías ese sonido o ese estilo que aplicas a tu violín y que aparece en tu música?
AM: Llevo tocando el violín desde que nací prácticamente porque mi padre era violinista y fanático del violín. Así que al nacer solo vi violines y solo escuché violines y así como de muchas cosas no se absolutamente nada, del violín soy un experto. Sé cómo se toca el violín en Japón, cómo se toca el violín en Irlanda y cómo se toca el violín en cada rincón del mundo. Entonces sé sacar el máximo provecho de este instrumento maravilloso del que estoy enamorado.
T: ¿Ese lenguaje te posibilitó llevar a la música tu carácter de ciudadano del mundo y de entender como decía el poeta cubano José Martí que Patria es humanidad?
AM: Yo me fui de Líbano a Alemania cuando tenía 15 años y sufrí muchos prejuicios y mucho racismo también por ser muy inseguro y muy inexperto y tuve que aprender a sentirme a gusto en el papel de ser el eterno extranjero, el eterno de afuera. Y desde entonces siempre me siento la persona que no es de aquí, pero por donde vaya me siento en casa.
T: ¿Y cuán en casa te sentís en la escena musical actual?
AM: Es una es una muy una pregunta muy difícil de responder aunque yo mismo me la hago a diario porque a mí me gusta un tipo de música compuesta hace 300 años. Y me pregunto a diario si debería empezar a tocar algo que le guste más a las masas, que esté de moda y lo he intentado porque tengo 54 años y tengo que respetar lo que a los jóvenes les gusta y no simplemente decir eso es una mierda y punto, pero la verdad es que a mí todavía no ha llegado a convencerme la música del reggaetón y yo quiero hacer músicas que gozo sin seguir modas. He llegado a un punto donde quiero tocar solo las cosas que me que me motivan, que me inspiran que me apasionan, como en verdad vengo haciendo desde cuando tenía 20 años.
T: En España trabajaste mucho con el guitarrista argentino Fernando Egozcué ¿por él conociste la música de Astor Piazzolla?
AM: Gracias a Fernando conocí el tango no tan contemporáneo y también la manera de interpretar Piazzolla a quien considero uno de los 10 genios más importantes de la historia de la música. Así que para mí fue un encuentro muy importante en mi vida, me ha inspirado mucho y me sigue inspirando porque como compositor es uno de los músicos más importantes del panorama musical actual aunque todavía no esté reconocido mundialmente.
Con información de Télam