El compositor y acordeonista misionero Chango Spasiuk se presentó por primera vez en Cuba, donde tomó parte en la 38va. Edición del Festival Internacional Jazz Plaza de La Habana y el viernes pasado compartió escenario con la legendaria cantante cubana Omara Portuondo.
Acompañado por Julieta Duret en violín, Marcos Villalba en guitarra y percusiones y Diego Adolfo en guitarra y voz, el artista dijo a Télam que la experiencia cubana es maravillosa porque me encuentra con un pueblo muy musical y súper refinado.
El nivel de cualquiera de los músicos es muy estimulante y los conciertos son muy movilizadores. La gente es muy receptiva y muy agradecida por descubrir por primera vez el chamamé, una música que desconocía y eso ha sido como algo increíble para mí, confesó Chango.
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Aunque los lazos culturales entre Cuba y la Argentina saben ser fecundos, Spasiuk relató que la mayoría de los cubanos no conocen el chamamé pero sí las músicas de Fito Páez, de Astor Piazzolla y de Mercedes Sosa, además de a escritores como Jorge Luis Borges y Julio Cortázar.
En ese repaso por la visita a la isla, agregó que no es un país que se conozca mucho el acordeón tampoco. De hecho las charlas en el Conservatorio de Música y en el Simposio, también organizadas en el marco del Festival, arrancaban explicando cómo funciona el acordeón y en qué se parece con el bandoneón.
Spasiuk celebró la vivencia de haber descubierto que una vez terminados esos encuentros, estudiantes de cuerdas y vientos ponían chamamé o googleaban a (Tránsito) Cocomarola.
El estreno del músico en tierras cubanas para ser parte de la cita jazzera lo reunió con su coterráneo, el vientista Rodrigo Sosa radicado en Cuba e impulsor de la visita.
De la mano de Sosa, además, y en una de las tres presentaciones previstas dentro del festival, Chango pudo compartir en la Sala Covarrubias con la cantante Portuondo, de 92 años, diva del proyecto Buena Vista Social Club y con más de siete décadas de trayectoria.
Como Rodrigo repasó- había grabado en discos de Omara, ella aceptó la invitación pero no pudimos proponerle música nueva porque está con una edad muy avanzada y solamente recuerda las canciones que siempre ha cantado y entre ellas elegimos Yo vengo a ofrecer mi corazón, de Fito, que ella en algún momento grabó y recordaba.
El artista subrayó que Omara aceptó el convite, ensayamos un día antes y vino al concierto y cantó y lo tomamos como una bendición a este viaje porque tampoco es que ella esté cantando mucho en Cuba.
Por último, Spasiuk contó que el Jazz Plaza reúne a músicos de todo el mundo que hacen ese género y sus variaciones pero al que nunca había llegado el chamamé. Y para mí y salvando grandes distancias, también me animó a participar el tener como referencia a Astor Piazzolla que demostró que es posible ocupar estos espacios y estos escenarios con nuestros propios mundos sonoros.
Con información de Télam