La Bella y la Bestia es un cuento de hadas tradicional francés pero que tiene múltiples variantes procedentes de otros lugares.
La primera versión se publicó en 1740, obra de la escritora francesa Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve. Otros dicen que el italiano Gianfrancesco Straparola publicó antes, en 1550. Sin embargo, el libro más conocido es el de Jeanne-Marie Leprince de Beaumont, de 1756. Se trata de una versión abreviada de la de Villeneuve.
En materia cinematográfica, tuvo varias reversiones. La más conocida, es la cinta animada de Disney, de 1991, una película que junto a La Sirenita de 1989 marcó el inició de la llamada Era del Renacimiento de Disney donde brilló la música de Howard Ashman, fallecido poco antes del estreno por VIH.
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Ashman fue quién le dio la impronta Broadway a las películas de Disney. Ganó el Óscar a la mejor canción original y a la mejor banda sonora, y hasta fue nominada a mejor película, algo inédito. En 2017, la compañía presentó la versión con actores y algunos elementos animados.
Pero la primera versión cinematográfica es de 1946, del director francés Jean Cocteau. Unos años después, en 1952 el prestigioso estudio soviético Soyuzmultfilm realizó una adaptación de la versión de Sergei Aksakov: La flor escarlata, realizada con la técnica de rotoscopía que hace que se luzcan paisajes y vestimentas.
En 1978, el director de cine checoslovaco Juraj Herz presentó su propia versión terrorífica, Panna a Netvor.
Con información de Télam