Gasoducto Néstor Kirchner: la obra que Macri no pudo concretar y se construyó en seis meses

El gasoducto para transportar más gas de Vaca Muerta era una necesidad del sector. El gobierno de Macri lanzó una licitación en 2019, pero no recibió ninguna oferta. El acto de inauguración será el 9 de julio, no sin internas oficiales.

26 de junio, 2023 | 14.25

Después de 8 meses vertiginosos de obras y a un promedio de 5 kilómetros de soldadura de caños por día, este martes 20 de junio se abrió la válvula para comenzar a llenar el Gasoducto Néstor Kirchner (GNK), una obra central para desarrollar Vaca Muerta que abre la posibilidad para que el sector energético argentino piense en grande. Son 573 kilómetros de caños, en su mayoría de 36 pulgadas. El tiempo que demanda una obra de una dimensión similar es de alrededor de 24 meses, según estimaciones del sector, pero esta “hazaña”, como definió la secretaria de Energía, Flavia Royón, logró que este invierno el país comience a ahorrar u$s 1700 millones en importaciones de energía


La obra fue impulsada por Energía Argentina (Enarsa), empresa presidida por Agustín Gerez, y la llevaron a cabo las constructoras Techint–Sacde y la firma BTU. Permitirá evacuar 21 millones de metros cúbicos de gas por día (MMm3/d) desde la localidad de Tratayén (Neuquén) hasta Salliqueló (suroeste de Buenos Aires). El gobierno planea lanzar un segundo tramo hasta el sur de Santa Fe en las próximas semanas.

En estos momentos se está llenando el ducto entre los kilómetros 29 y 61. El proceso completo demora 20 días. El 9 de julio se termina de llenar y se hará la inauguración formal. Definida la interna de cara a las PASO, es probable que todo el peronismo esté presente en la puesta en marcha del primer tramo del GNK, que generó 10.000 puestos de trabajo directos y 40.000 indirectos, entre la construcción de la obra y la mayor producción de gas en Vaca Muerta, según Enarsa. 

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Demoras

Es bastante común que las obras de infraestructura en el país demoren, sobre todo en el sector energético. Este ducto, que demandó 47.700 caños de acero de 12 metros de largo, fue una excepción. Desde el inicio había escepticismo en la meta que se había puesto el gobierno, que era llegar a este invierno con el ducto operativo. El gobierno se anota mucho más que un poroto, ya que es una de las obras de infraestructura más importante de los últimos años.

El sector energético venía demandando hace tiempo un nuevo caño troncal para aprovechar la producción de Vaca Muerta. El gobierno de Mauricio Macri intentó construirlo, pero no pudo. Primero lanzó una manifestación de interés el 8 de marzo de 2019, algo habitual en el sector. Luego, el gobierno de Cambiemos le pidió al Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) que realizara estudios básicos para diseñar la obra, pero no llegaron a aprobarse oficialmente, según confió una fuente con conocimiento del proceso consultada por El Destape. 

El gobierno de Macri finalmente intentó a último momento avanzar con una licitación para construirlo. En ese momento no llevaba el nombre de Presidente Néstor Kirchner, pero el trazado era el mismo: Tratayén – Salliqueló. La licitación, apurada, fue publicada en julio de 2019 y preveía que esté operativo recién para el invierno de 2022. El proyecto del macrismo dejaba a los privados para cubrir el financiamiento.

La licitación de Macri para construir el gasoducto nunca recibió ofertas formales del sector privado. La derrota oficial en las PASO de 2019 y la crisis económica desatada un año antes fue un escenario demasiado revuelto para que las compañías privadas se animen a afrontar los montos de la obra. El proyecto de Macri y del entonces secretario de Energía, Gustavo Lopetegui, tenía previsto que el financiamiento corra por cuenta de la licenciataria, pero el decreto aclaraba que podía aplicar financiamiento del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses. 

GNK

Alberto Fernández derogó la licitación de Macri a fines de 2020 y abrió un nuevo proyecto, ahora con el nombre de Gasoducto Presidente Néstor Kirchner. Este proceso también sufrió demoras y no le faltó las peleas internas características del Frente de Todos (hoy Unión por la Patria). Incluso el propio Alberto Fernández llegó a anunciar el inicio de la obra para julio de 2022, algo que no ocurrió. 

Esta interna se sigue expresando en el presente. Hace pocos días, Agustín Gerez, titular de Enarsa, criticó al ex ministro de Economía Martín Guzmán: “Fue uno de los impedimentos más grandes que tuvo el gasoducto. Tuvo en su despacho 84 días paralizado el decreto que nos instruía a nosotros a comenzar con este proyecto”. Por su parte, Sergio Massa, actual ministro de Economía y candidato a presidente del peronismo para las PASO, prefirió apuntar a Juntos por el Cambio y remarcó que el gasoducto “se paró durante años por falta de visión estratégica y coraje”. 

El nuevo ducto tuvo como financiamiento al Impuesto a las Grandes fortunas, aportes del Tesoro y emisión de deuda en pesos. Se llenará bajo el paraguas normativo del Plan Gas.Ar, un programa de incentivos que lleva distintas ediciones pero que se mantuvo durante los últimos tres gobiernos argentinos. Este plan tuvo una edición especial para garantizar el fluido del GNK: la ronda 4.2 del Plan Gas.Ar permitió que las petroleras como Pampa Energía, TotalEnergies, PAE o Tecpetrol, entre otras, presenten ofertas que van desde 3,2 dólares por millón de BTU (US$/MMBTU) hasta los 3,6 u$s/MMBTU. Los cálculos de Enarsa y la Secretaría de Energía estiman que el ahorro para el invierno de 2024 será de u$s 4200 millones.