Elecciones 2023: a gravedad de frenar el proyecto Carem en un próximo gobierno

El Destape entrevistó a Sol Pedre, gerenta del Carem, la iniciativa del sector nuclear desde donde la Argentina hace punta a nivel mundial. Explicó los beneficios que generará y lo que significaría que un nuevo Gobierno la suspendiera.

19 de septiembre, 2023 | 00.05

El proyecto de la Central Argentina de Elementos Modulares (Carem) hace punta en el sector nuclear a nivel mundial. Se trata de la construcción del primer reactor de generación de energía eléctrica con diseño, ingeniería y fabricación argentina. Está en el mismo predio de las centrales Atucha I y II, en la provincia de Buenos Aires. El reactor tiene un nivel de avance de 62% y la obra civil de 80%. La semana pasada se terminó de construir el hormigonado de contención del edificio nuclear, una de las partes más complejas de la obra civil.

La energía nuclear a nivel mundial está cambiando de tendencia. Ya no sé proyectan grandes centrales nucleares como las del siglo XX. Ahora se piensa en unidades más pequeños y seguras. Se las conoce como small modular reactors (SMR, por sus siglas en inglés) y, se cree, van a dominar a la energía nuclear en el siglo XXI. De 80 desarrollo de este tipo que ya hay en el mundo, el Carem argentino es el más avanzado, seguido recién por un proyecto de China.

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Sol Pedre es la gerenta general del proyecto Carem desde junio de 2021 y el martes pasado recibió el premio de la Fundación Konex en el rubro Energía y Sostenibilidad. Nació en Necochea hace 42 años, pero vivió toda su vida en Bariloche. “Por supuesto que es un orgullo para mí recibir este premio. Fue una sorpresa, pero estoy muy contenta porque realmente es muy prestigioso. Conociendo a muchos de los que ganaron en esta edición, realmente se nota el nivel del desarrollo científico y tecnológico de la Argentina”, señaló en una entrevista con El Destape. .

Luego de la premiación, Pedre y otros científicos reconocidos fueron recibidos por el ministro de Economía, Sergio Massa, y el de Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus. El Carem está a cargo de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), que en esta edición tuvo al menos 10 científicos ganadores del Konex. “El premio también da visibilidad en un momento donde necesitamos garantizar la continuidad del proyecto y de todas las políticas de ciencia que se vienen sosteniendo”, remarcó la doctora en Ciencias de la Computación recibida en la UBA.

“Sería de una gravedad enorme que se frenara en un próximo gobierno este desarrollo, no solamente por lo tecnológico e industrial y las capacidades acumuladas en el país, sino porque además es una oportunidad de negocios muy clara”, insistió Pedre, ante la pregunta de este medio por el riesgo de desfinanciamiento estatal al sector nuclear del país ante un triunfo electoral el próximo 22 de octubre de candidatos que proponen el achicamiento del Estado.

Además de estar a cargo del mayor proyecto nuclear del país, Pedre es miembro del Standing Advisor Group on Nuclear Energy (SAGNE), entidad que forma parte del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), y del Committee for Technical and Economic Studies on Nuclear Energy Development (NEA-OECD), ambos en representación del país. En la actualidad Pedre también es profesora del Instituto Balseiro.

De exportación

Al ser modular y permitir ampliaciones, la meta a largo plazo es exportar centrales de este tipo. “Presenta una oportunidad única porque estamos viviendo un renacimiento de la energía nuclear a nivel mundial, que tiene que ver con las necesidades de energía limpia para cumplir con los requerimientos de descarbonización y -además- con la necesidad de tener seguridad energética en un mundo particular después de la guerra de Rusia con Ucrania”.

El estudio de mercado que hacen en la CNEA y el Carem visualiza oportunidades de exportar entre 4 y 20 reactores hasta el 2050. Según esas estimaciones, la exportación de un reactor nuclear comercial de este tipo implicaría entre 5.000 y 7.000 millones de dólares de ingresos para el país.

Sobre la propuesta electoral de privatizar empresas públicas, sobre todo de energía, Pedre afirmó que “reactores así llevan a la Argentina a una liga a la que muy pocos países acceden y que implica un movimiento de divisas y trabajo argentino que también es un salto cualitativo. Por esto, sí preocupa lo que podría llegar a pasar con las declaraciones que se escuchan en uno de los candidatos. Sería un error no aprovechar esta oportunidad que tenemos por delante con el Carem”.

El Estado

Alrededor del proyecto hay empresas estatales que son claves para el sector nuclear. En palabras de Pedre: “INVAP (100% estatal de Río Negro) exporta reactores nucleares de investigación de producción de radioisótopos al mundo y hace un aporte muy importante en la industria aeroespacial del país y en soberanía con los radares. Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NASA), que produce el 7% de la energía eléctrica que consumimos (Atucha I, II y Embalse). CONUAR, que hace los combustibles nucleares y exporta componentes (por ejemplo, a China, India y Estados Unidos). DIOXITEK, que hace dióxido de uranio para nuestros combustibles. Y la PIAP, que es proveedora de agua pesada de nuestras centrales nucleares”.

Otra firma estatal es IMPSA, la empresa mendocina que en 2021 fue rescatada por el Estado y que fabrica los recipientes de presión del Carem., que cuenta con más de 1.500 personas trabajando en el proyecto. El impacto se siente también en el sector privado, ya que tiene a 1.400 empresas proveedoras y de servicios. En la actualidad cuenta con 660 contratos firmados con compañías privadas que son parte de la cadena de valor del proyecto.

Relanzamiento

La idea del Carem surgió en los 90s, pero comenzó en 2006 con el relanzamiento del sector nuclear argentino. La inversión es ciento por ciento estatal y se llevan desembolsados 600 millones de dólares. Se requiere alrededor de 300 millones de dólares más para concluirlo. La obra civil estará finalizada en diciembre de 2024. El Carem, que incluirá 12 generadores de vapor, podría estar listo a partir de 2028 y generará 32 MW. La clave, según explicó la gerenta general, es que este prototipo permitirá fabricar en serie más reactores similares de 120 MW modulares, donde podrían acoplarse hasta cuatro en un mismo proyecto. Es decir, la Argentina podría exportar centrales nucleares pequeñas de 480 MW.

Sol Pedre insistió con la preocupación ante la amenaza de recortes y freno al sector: “lo que se necesita es apoyo constante, mantener los equipos de trabajo que cuesta mucho formar y que son muy fáciles de destruir. Es muy importante no perder el capital humano, tecnológico e industrial acumulado en los 70 años de historia nuclear y en particular en las últimas dos décadas”. Y agregó que “el sector se vio afectado durante el gobierno de Macri, pero pudimos afianzarlo en este periodo y es importante que podamos mantenerlo”.

La gerenta del Carem señaló que “se trata ni más ni menos que del debate central de la Argentina de las últimas décadas, que es si vamos a ser un país meramente agroexportador o si vamos a ser un país con desarrollo industrial y productivo”.

- El sector nuclear argentino opera tres centrales de generación de energía, desarrolla proyectos como el Carem y realiza un aporte clave la medicina, entre otros sectores. ¿Qué necesita para seguir con este desarrollo para los próximos años?

- Lo que se necesita es que siga una política de Estado. El sector nuclear se afianzó porque durante muchas décadas, desde el primer gobierno de Perón hasta el principio del gobierno de Alfonsín, fue una política de Estado. Después tuvimos muchos años de abandono y a partir de 2006, con el gobierno de Néstor y de Cristiana, llegó el resurgimiento del sector nuclear, que permitió volver a formar equipos, concretar la extensión de vida de la central de Embalse (Córdoba) a la finalización de Atucha II.

- ¿Qué implica que una mujer esté a cargo del proyecto de construcción del Carem?

- No es habitual que una mujer dirija un proyecto como el Carem o del sector nuclear y energético. Es un ambiente muy masculinizado. Para que te des una idea, antes del nombramiento de Adriana Serguis como presidenta, la CNEA tenía 26 gerencias y ninguna mujer a cargo de una. Luego de la se reestructuraron, la mitad somos mujeres. Este tipo de cambios son muy difíciles de ver en el resto de las empresas energéticas como YPF, Nucleoeléctrica y todas las empresas del sector nuclear, que tienen directorios y gerencias prácticamente masculinas. Más allá desde un punto de vista de la igualdad y de los derechos de las mujeres, me parece que es un problema para las empresas, está bastante demostrado que los equipos más diversos son los equipos que tienen mejores performances. Yo me siento muy cómoda, hemos logrado ir incorporando cada vez más mujeres y diversidades, siempre con esta visión. Para mí es un sueño poder estar dirigiendo este proyecto.