El directorio de YPF se reunirá este martes para discutir la intervención de Vicentin y la eventual expropiación de una de las top 10 agroexportadoras del país, que pasará a operar dentro de su órbita. El Gobierno decidió meterse de lleno en la crisis de la cuasi-centenaria compañía para evitar una mayor extranjerización en el sector, lo que hubiera redundado en presiones devaluatorias aún más potentes. Desde el Banco Nación, Cambiemos le entregó préstamos más allá de sus posibilidades de repago luego de que la cerealera realizara el mayor aporte a la campaña presidencial de Mauricio Macri.
La petrolera con mayoría estatal se juntará hoy para tomar las primeras decisiones luego de que el presidente, Alberto Fernández, anuncie el lunes por la tarde la interveción de Vicentin, que estará a cargo de Gabriel Delgado, y el envío al Congreso de un proyecto de expropiación. La empresa trabajará bajo la órbita de YPF Agro, la filial que terminó de consolidarse en 2019 como proveedora del campo y acopiadora.
Vicentin entró en concurso de acreedores a comienzos de este año. Frente a un escenario de quiebra aumentaba la posibilidad de que el volumen agroexportador de 10 millones de toneladas, el 9% del total de la oferta exportable, pase a manos de sus competidores. Consecuentemente, el mercado se concentraría aún más en los mismos actores transnacionales, que especulan con la liquidación de divisas y transfirieren sus rentas a guaridas fiscales. Después de que el Frente de Todos elimine muchos de los beneficios que les regaló Cambiemos y que generaron ganancias extraordinarias, las cerealeras reaccionaron con una liquidación en el primer cuatrimestre que fue la menor en 13 años para especular ante la irresuelta negociación por la deuda externa.
Si la crisis de la cerealera se convertía en su caída definitiva, hubiera tenido resultados negativos sobre la actividad económica nacional, en primer lugar se verificará una mayor concentración y extranjerización del comercio exterior de granos. Asimismo, aumentaría el desempleo directo y generaría una cadena de impactos sobre las empresas afectadas, que puede crear un efecto dominó, lo que amplificará la resonancia económica y social de esa crisis.
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Es que no se trata de una compañía menos. Fue octava mayor exportadora de cereales en 2019, con 2,6 millones de toneladas sobre las 49,5 milones exportadas en 2019. Su principal fuerte fue el maíz, donde vendió 2,4 millones de toneladas, y también 199.300 toneladas de trigo. No transó sorgo ni cebada, de acuerdo a la información que cuenta la Subsecretaria de Mercados Agropecuarios del Goierno nacional.
Vicentin se posicionó el año pasado como la primera revendedora de aceites y subproductos desde Argentina al mercado internacional, con el 20% de lo vendido al resto del mundo. Exportó 7,5 millones de toneladas sobre las 36,5 millones totales. El grueso estuvo explicado por las 5,7 millones de toneladas de harina de soja, luego 1,2 millones de toneladas de aceite de esa oleaginosa y más de 500.000 toneladas de derivados del girasol.
Si se le adiciona la porción de YPF Agro, el conglomerado pasaría a controlar el 22% de las exportaciones de aceites y pellets. Es decir, administrará más de un quinto de todas las ventas al exterior una empresa que se maneja con las reglas del mercado capitalista pero con guía de objetivos estatal.
Vicentin, con más de 90 años en el campo, le aportó $ 13,5 millones a la campaña presidencial de Macri. Poco después de asumir, éste borró la obligatoriedad de que los exportadores liquiden las divisas y bajó las retenciones a la soja y eliminó la mayoría.