"Si tenemos primarios que no saben leer, ¿para qué tenemos universitarios?". La diputada L. Lemoine sabía que su frase no era una simple barrabasada inocua; con sus dichos, había dejado entrever otra de las facetas violentas de La Libertad Avanza al mutilar los recursos universitarios y multiplicar los salarios de hambre para los docentes y no docentes. Las universidades nacionales de Río Negro y San Martín presentaron un informe, publicado y avalado por el Comité Ejecutivo del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), en el que se concluye que más del 85% de los trabajadores universitarios se encuentra por debajo de la línea de pobreza.
Los salarios de hambre y el vacío de respuestas por parte del Gobierno nacional permiten entender los motivos de la nueva huelga universitaria de este jueves. No será la última. A Milei todavía le retumban los oídos por la movilización de abril, cuando más de un millón de personas de todo el país reclamaron en las calles por el derecho a trabajar y enseñar, con salarios y recursos dignos.
MÁS INFO
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
Paritarias en el congelador
Del acuerdo al informe de las universidades nacionales de Río Negro y San Martín, los trabajadores y trabajadoras universitarios perdieron más de un cuarto de su poder adquisitivo real y se encontrarían en emergencia salarial. Esta es la conclusión del trabajo presentado con el aval del CIN.
La última paritaria universitaria fue en noviembre de 2023, donde se acordó una recomposición en tres tramos, la cual llegaba hasta julio con un alza de 56,9%. Para el mismo período, la inflación acumulada arrojó una suba de 134%. La conclusión está a la vista: la diferencia es de 77 puntos porcentuales. “La pérdida real del poder adquisitivo de los sueldos fue del 33%”, indicaron en el informe citado.
Cronología
No fue el único ni será el último paro universitario. La calle ya le había avisado a Milei que a la universidad pública y gratuita se la defiende. La cronología de esta última huelga comenzó en febrero. Por entonces, con apenas dos meses de gestión de la casta mileista, las universidades advertían sobre las dificultades para afrontar pagos de gastos mínimos para su funcionamiento.
En marzo, próximos al inicio de clases, las casas de estudio y sus organizaciones presionaban para ser recibidos por el Gobierno nacional. Varios eran los temas urgentes: gastos de funcionamiento, salarios, becas, obras y presupuesto para ciencia y técnica.
El Gobierno respondía con la misma violencia verbal de siempre, al pretender instalar que en las universidades se “perseguía a libertarios”.
En abril, la calle gritó. El Frente Sindical Universitario convocó a una marcha federal, con la adhesión del CIN. El hito fue el 23 de abril, con más de un millón de personas movilizadas en todo el país.
Milei tomó nota, y el 15 de mayo se comprometió a transferir recursos, con la actualización correspondientes. Sin embargo, el Poder Ejecutivo acordó solamente con la UBA. El CIN reclamó, entonces, que cesarán los actos discriminatorios del oficialismo. El pacto con la UBA que dejó afuera al resto de las universidades ocurrió gracias a los servicios del radical Emiliano Yacobitti, otrora artífice de los ajustes presupuestarios en su rol de institucional dentro de la UBA. ¿Paga de favores?
El estado de alerta y movilización seguirá surcando cada una de las facultades de todas las universidades públicas del país.
Salarios de hambre
La casta mileista lleva adelante un programa de inanición económica y disciplinamiento social. Los salarios de hambre son violencia directa contra los trabajadores y trabajadoras. Según los datos de la universidad de Río Negro y San Martín, un docente categoría titular con dedicación simple y diez años de antigüedad gana alrededor de 326.700 pesos.
Los docentes con dedicación exclusiva y titulares de sus cátedras cobran alrededor de 1.300.000 pesos pero un titular de JTP (Trabajos prácticos), recibe de sueldo 700.000 pesos. El dato clave en todo este derrotero es que el 70% de los docentes posee dedicación simple.
Milei lo hizo. El 92% de los docentes sin antigüedad cobra un salario por debajo de la línea de pobreza; el 87% de los docentes con 10 años de antigüedad no alcanza a cubrir una canasta básica total; más del 60% de los no docentes universitarios están por debajo de la línea de pobreza.
Al sacar el promedio de todos estos guarismos, se concluye que el 85% de los trabajadores y trabajadoras universitarios reciben sueldos de hambre.
La huelga de este jueves no será la última. El Senado debe tratar con urgencia el proyecto para aumentar los recursos universitarios. Sin embargo, la calle seguirá teniendo la (última) palabra.