La Unión Europea replantea los presupuestos para la post pandemia del coronavirus

18 de octubre, 2021 | 07.43

La Unión Europea comienza el martes a revisar sus normas para los presupuestos nacionales, a menudo fuente de disputas entre sus miembros, con el fin de adaptarse a una realidad post-pandémica de mayor deuda pública y a los enormes costes de la transición a una economía de emisiones cero.

Durante la histórica revisión —que probablemente durará al menos hasta finales de 2022—, Gobiernos, economistas y académicos debatirán también cómo simplificar el llamado Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que se ha vuelto tan complejo que pocos lo entienden del todo.

Lo que empezó en 1997 como dos reglamentos y una resolución de unas 12 páginas en total se ha multiplicado desde entonces y va acompañado de un manual de uso de 108 páginas, actualizado cada año por la Comisión Europea.

El principal objetivo del Pacto es proteger el valor del euro frenando el endeudamiento de los Estados, ya que aunque la zona del euro tiene una política monetaria única que sostiene su moneda, cada uno de los 19 países del euro establece su propia política presupuestaria.

Esta ha sido la fuente de muchas fricciones a lo largo de los años. En 2002, el entonces presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, calificó de "estúpido" el Pacto, una opinión que aún mantiene.

"Me dio muchos problemas en su momento, pero después la mayoría de la gente dijo que tenía razón porque vieron que en tiempos difíciles el Pacto no funcionaba", dijo Prodi a Reuters. "No creo que me haya equivocado".

Los peligros de aplicar políticas fiscales nacionales con una moneda única salieron a la luz en 2010, cuando el excesivo endeudamiento de Grecia, ocultado a la oficina de estadística de la UE y a la Comisión, que vela por el cumplimiento de las normas, desencadenó la crisis de la deuda soberana que casi destruye la moneda.

El Pacto se ha modificado hasta ahora tres veces: en 2005, cuando Francia y Alemania no aceptaron aplicarse las normas a sí mismas, y en 2011 y 2013, durante la crisis de la deuda, para garantizar a los mercados que las inversiones en el euro eran seguras.

EL NUEVO 60 ES 100

Los cambios que se van a debatir ahora son también una reacción a una crisis, esta vez provocada por la pandemia del COVID-19, que ha elevado la deuda media de la zona del euro hasta cerca del 100% del producto interior bruto, frente al 60-70% de principios de los 90, cuando se redactaron las normas.

Las reducciones anuales de la deuda exigidas por las normas actuales simplemente no son realistas para países con deudas del 160% del PIB como Italia o de más del 200% como Grecia.

"Un objetivo de deuda del 60% tenía sentido cuando se negoció el Tratado de Maastricht, pero no lo tiene ahora", dijo Klaus Regling, jefe del fondo de rescate de la zona euro y exjefe del departamento económico de la Comisión

"La capacidad de carga de la deuda de los Estados es hoy mayor que la que se suponía en el Tratado de Maastricht, así que son elementos que hay que analizar", dijo Regling.

Sin embargo, aunque muchos ministros de economía creen que los requisitos de reducción de la deuda son demasiado estrictos en el mundo post-pandémico, aún no hay acuerdo sobre si pueden abordarse mediante la interpretación de las leyes vigentes o solo mediante cambios en los textos legales, algo más difícil.

INVERSIÓN PARA EL CLIMA

El otro gran reto es conseguir que las normas no aten las manos de los Gobiernos en un momento en el que la UE de los 27 necesita movilizar cientos de miles de millones de euros para llevar las emisiones netas de CO2 a cero en 2050.

Un análisis realizado por el centro de estudios Bruegel para los ministros de Economía de la UE en septiembre mostró que la inversión pública adicional para cumplir los objetivos climáticos de la UE tendrá que ser del 0,5% al 1% del PIB anual solo durante esta década. Bruegel propuso eximir la inversión para luchar contra el cambio climático del cálculo del déficit de la UE.

Aunque la idea cuenta con el respaldo general de España, Francia y otros países, altos cargos consultados señalan la dificultad de definir qué es y qué no es una inversión "verde". El vicepresidente de la Comisión, Valdis Dombrovskis, ha dicho que la idea de la exención de las inversiones formará parte definitivamente del próximo debate.

No obstante, algunos dirigentes también creen que el Pacto ya es lo suficientemente flexible y que cualquier otra relajación podría acarrear problemas en el futuro.

"La petición de flexibilización o reforma siempre ha existido, y siempre ha sido errónea. Sería un error relajar las normas ahora", dijo a Reuters el exministro de Finanzas alemán Theo Waigel, llamado el padre del euro por su papel en la creación de las normas en la década de 1990.

"Algunos países querían excluir de los cálculos del pacto de estabilidad las inversiones, otros los costes de las pandemias y otros los gastos militares. A lo largo de los años, siempre ha habido algo que los gobiernos han querido excluir. Pero siempre ha sido correcto resistirse", dijo.