El impacto de las medidas económicas en el bolsillo de las familias argentinas no se hace esperar, y el ajuste ya se siente en el primer verano que enfrenta la gestión de Javier Milei. Según un relevamiento privado, el 46% de las familias argentinas no podrá irse de vacaciones esta temporada y el guarismo escala al 60% en el caso de las y los trabajadores de bajos ingresos, al tiempo que un 17% aún no definió si podrá disfrutar de un merecido descanso.
¿Los motivos? La incertidumbre económica generalizada y los aumentos en los costos del sector, sumado a la inseguridad sobre las fuentes de trabajo y la persistente pérdida de poder de compra de los ingresos. Así las cosas, en este nuevo año gran parte de la población de los sectores medios y bajos no se tomará vacaciones o lo hará en muchos menos días que en otras ocasiones (la mayor parte no superará los 7 o 10 días). De hecho, desde el sector advierten que en temporadas anteriores, a esta altura del año la ocupación solía ya estar al 100%, y hoy logra solo en algunos lugares llegar al 60% de reservas.
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El panorama está marcado por consultas que no se concretan en reservas, cancelaciones de último momento, y una merma en el movimiento sectorial que pone en alerta a las ciudades más turísticas dado el rol central de estos meses en las economías locales. “Las estimaciones indican para el último mes de 2023 una inflación en torno al 28% y la inercia inflacionaria persistirá en enero, exacerbada por los aumentos de tarifas y el ajuste de precios hasta ahora regulados, como la medicina prepaga”, se indicó en el informe mensual de enero de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE).
En esa línea, el centro anticipó una coyuntura para nada alentadora ya que “hacía marzo prácticamente se habría evaporado el incremento real del poder de cambio generado por la fuerte devaluación de diciembre ya el mercado está previendo ajustes mensuales por encima de la pauta oficializada y no se puede descartar una nueva corrección hacia el fin del verano”.
Todo esto ocurre además en el marco del conjunto de derogaciones y desregulaciones impulsadas en el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023 del Gobierno nacional que incluyó la "desregulación del sector turístico eliminando el monopolio de las agencias de turismo", una medida rechazada por el sector que considera que existe un “desconocimiento de la actividad, siendo más del 80% de las agencias de viajes pequeñas y medianas empresas”.
El ¿privilegio? de vacacionar
Casi la mitad de las familias argentinas de ingresos medios afirmó que no se irá de vacaciones este verano debido, principalmente, a la incertidumbre económica del país y el impacto que las medidas anunciadas por la gestión nacional ya tienen en el bolsillo de las y los trabajadores. Según un informe, un 46% tomó la decisión de no irse de vacaciones en la temporada alta mientras que un 17% aún no sabe si podrá o no disfrutar de algún destino turístico. Un punto no menor, el porcentaje de quienes no podrá tomarse un descanso escala al 60% en el caso de hogares con ingresos bajos.
Los datos pertenecen al relevamiento “El ajuste no se toma vacaciones” realizado por la consultora de análisis de mercado D’Alessio IROL que indicó que “lo que se percibe del escenario económico sumado el costo final y valor del dólar turista, está condicionando la decisión de irse o no de vacaciones”. En detalle, los motivos que inciden en la decisión de irse o no de vacaciones se vinculan en un 40% con la percepción del panorama económico, en un 22% con los costos turísticos y en un 19% con otros motivos personales, a lo que se suman en menor medida el cobro o no del aguinaldo a finales del año pasado, la evolución del dólar, la existencia de programas y promociones y el acceso a financiación. Por grupo etario, lo que suceda en materia de empleo y salarios ocupa el primer lugar de preocupación para las y los jóvenes trabajadores por debajo de 30 años y de quienes tienen entre 45 y 54 años, al tiempo que el costo y gastos de los servicios turísticos tiene más peso entre los menores de 44 años (27%).
Por su parte, dentro del 37% que sí tendrá vacaciones, un 25% viajará dentro de la Argentina, otro 10% se irá al exterior y el 2% restante hará viajes afuera y adentro del país. A nivel interno son tres los principales destinos elegidos: la costa, el sur y las sierras. De esa manera, entre quienes estarán por el país el 35% irá a la costa, el 33% al sur (Bariloche, San Martín de los Andes y Calafate) y un 28% a las Sierras (Córdoba y San Luis).
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El informe de alcance nacional mostró también que, en relaciones con temporadas previas, se acortaron en gran medida los plazos en que las familias pueden tomarse vacaciones ya que “para la mayor parte no superarán los 10 días. Solo un tercio piensa que se tomará más de 15 días y los mayores de 40 años son los que tendrán las vacaciones más prolongadas”. En cuanto a los medios de pago de mayor uso, “coexistirán el efectivo (51%) con las tarjetas de débito (53%) y de crédito (52%)” y según los diferentes ingresos, en el segmento medio alto las preferencias van al efectivo “que puede ser sin comprobantes”, mientras que “en el nivel medio gana presencia la tarjeta de débito y en el medio bajo ingresa como forma de pago el financiamiento”.
Estos números tienen repercusión directa en las localidades más concurridas de la Costa Atlántica que ven con alarma el retroceso en el nivel de reservas para esta temporada de verano. En declaraciones a El Destape Radio el intendente de Villa Gesell, Gustavo Barrera, señaló que "fue un fin de año con una muy buena ocupación pero ahora se nota una gran baja, el año anterior en estas fechas estaba todo completo” y consideró que el escenario económico y la suba cercana al 90% en combustibles en solo dos meses “van a influir en los que quieran tomarse unos días”. Las reservas en la ciudad rondan el 60%, con consultas por precios que no se efectivizan en contrataciones y cancelaciones en los últimos días. Situación similar se vive en Mar Del Plata y Pinamar, con un porcentaje igual e incluso inferior de reservas, por falta de demanda.
Qué paso en los últimos años en el sector
El turismo fue uno de los sectores más golpeados por el impacto de la pandemia por Covid-19 y el cierre de actividades con menor circulación de personas. Este sector perdió un 19,5% de sus puestos de trabajo en el 2020: de los 268 mil trabajadores que se registraban en diciembre de 2019, 52 mil perdieron el empleo por la crisis sanitaria, según información de la Cámara Argentina de Turismo (CAT). En el marco de la recuperación postpandemia, la actividad logró acumular más de 20 meses consecutivos de crecimiento del empleo privado registrado, siendo una de las actividades más dinámicas de la recuperación del empleo general en el país hasta mediados del 2023.
Al respecto, de acuerdo a datos oficiales del ex ministerio de Trabajo, en julio pasado se registraron 288 mil trabajadores en Hoteles y Restaurantes, un 10,2% más que en el mismo período del año anterior, y superando en 82 mil trabajadores a junio de 2021, momento más crítico para el sector. Una de las claves, tuvo que ver con la implementación del programa PreViaje para potenciar la reactivación del sector y sostener la demanda laboral, sobre todo en las economías regionales. Uno de los ejes en el que hicieron hincapié las familias consultadas por el relevamiento privado para decir vacacionar o no fue justamente la existencia de promociones y programas como el entonces vigente: en sus cinco ediciones el Previaje alcanzó a 7,5 millones de turistas y generó impacto económico de $710 mil millones para las economías regionales así como impulsó la creación de más de 60 mil empleos, de acuerdo a datos oficiales.
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“El turismo desempeña un rol clave en la economía argentina, contribuye a la generación de empleo directo e indirecto, impacta en sectores conexos como agricultura, comercio local, ferias, congresos, actividades deportivas, y genera ingreso de divisas con los de visitantes extranjeros, impulsando la economía nacional y las economías regionales”, evaluaron desde CAC en el informe de evolución del 2023.
Que dice el DNU sobre turismo
El Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) del gobierno libertario, incluyó en sus más de 300 artículos la "desregulación del sector turístico eliminando el monopolio de las agencias de turismo". Según se lee en el texto de decreto se elimina el “derecho social y económico de las personas dada su contribución al desarrollo integral en el aprovechamiento del tiempo libre y en la revalorización de la identidad cultural de las comunidades” así como la intervención estatal en la promoción, regulación de precios, control de prestadores, obras públicas quedando las políticas del sector sujetas a “incentivar las inversiones privadas con propósito turístico en nuestro país, tanto nacionales como extranjeras”, entre los cambios principales.
Tras conocerse el DNU, desde la Federación Argentina de Asociaciones de Empresas de Viajes y Turismo (FAEVYT) que representa a las más de 5000 agencias argentinas emitieron un comunicado en el que resaltaron: "lamentamos profundamente el desconocimiento al referirse a nuestra actividad como monopólica cuando se trata, muy por el contrario, de uno de los sectores más diversos y descentralizados del turismo. Siendo, más del 80% de las agencias de viajes, PyMES que trabajamos con un registro abierto a la incorporación de cualquier empresa que cumpla con los requisitos para ejercer una tarea profesional y responsable”. Finalmente consideraron que “mejorar la competitividad no significa la eliminación de todo registro, ya que la existencia de un control concreto disminuye la cantidad de casos que van a defensa de consumidor y protege a los pasajeros garantizándoles que están contratando servicios en agencias habilitadas, capacitadas y constituidas por profesionales idóneos para dar respuesta”.