La tasa de desempleo de las mujeres fue la menor en cinco años. Si bien algunos indicadores muestran variaciones positivas, se mantienen las desigualdades de género con un carácter estructural, como los niveles y la brecha de informalidad respecto a los varones, que se profundizaron.
La situación laboral de la mujer "mejoró sensiblemente respecto de la verificada antes de la irrupción de la pandemia", señaló el último panorama mensual del trabajo registrado que elabora el Ministerio de Trabajo, que se publicó el 8 de marzo, en coincidencia con el paro internacional de mujeres. Los últimos indicadores, del tercer trimestre de 2021, reflejan tanto una mayor participación femenina en el mercado laboral como también un mayor acceso a puestos de trabajo.
La tasa de desempleo de las mujeres fue la menor desde 2017. El informe adjudica esto "como resultado del mayor crecimiento que experimentan mujeres ocupadas en comparación con el crecimiento de las mujeres que se incorporan a la población económicamente activa".
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En el tercer trimestre la tasa de desocupación de las mujeres fue del 9%. Implicó 1,9 puntos porcentuales por debajo de la verificada en el mismo trimestre de 2019 (10,8%) y 0,5 puntos porcentuales menor a la tasa relevada en tercer trimestre de 2017 (9,5%).
Un dato alentador dentro de la desigualdad estructural, el informe destacó que en "el escenario laboral emergente luego de superar la fase más compleja de la pandemia, muestra una mejora de los indicadores que dan cuenta de la inserción laboral de las mujeres en, al menos, dos dimensiones claves”. En primer lugar, la participación de las mujeres en el mercado de trabajo fue la más alta de la serie estadística que comienza en 2003, medida para los terceros trimestres de cada año.
Además, la tasa de actividad de las mujeres fue la más elevada de los últimos 18 años, detalló la cartera laboral. Antes de originarse la pandemia, era un 30% inferior a la tasa de actividad de los varones, en tanto en el período considerado alcanzó al 27%, la menor brecha desde el inicio de la serie estadística.
Por otra parte, la mayor participación laboral de las mujeres se produce en el mismo período en el que se verifica el mayor porcentaje de mujeres ocupadas. Al respecto, en los terceros trimestres del período 2017-2019 el porcentaje de mujeres que contaban con un puesto de trabajo oscilaba entre el 43,4% y el 43,9% y alcanzó al 45,9% en la última medición.
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Estos números están teñidos por las claras marcas del patriarcado. "La desigualdad de género está presente en múltiples aspectos de la realidad social en Argentina, siendo el mercado de trabajo una de las dimensiones donde la posición desventajosa de las mujeres se manifiesta con una manifiesta intensidad", planteó el informe.
Al respecto, advirtió que a lo largo del tiempo se observa que las mujeres tienen "menores tasas de participación en el mercado de trabajo y su contraparte en la mayor carga horaria en las actividades domésticas". También observó una "mayor incidencia de la informalidad y menores salarios", así como "concentración del empleo en unas pocas ramas de actividad y menor posibilidad de acceso a cargos de jerarquía".
"En materia de informalidad, la salida de la doble crisis generada por las condiciones macroeconómicas que dejó el Gobierno anterior y la pandemia del Covid-19, implicó recuperación del empleo registrado y también del trabajo informal de forma heterogénea según género", analizó CEPA en un informe que salió el día previo.
En el caso de los varones, la tasa de informalidad se recortó con respecto a niveles prepandemia (30,6% en el tercer trimestre de 2021 contra 34,2% en el mismo período de 2019). En tanto, en las mujeres, este indicador volvió al mismo punto que en 2019, al registrarse 36% de informalidad.
Por su parte, en las mujeres, no solamente se sostuvo el nivel de informalidad, sino que se profundizó el diferencial entre la informalidad de varones y mujeres, ascendiendo de 1,8 p.p. a 5,4 p.p. en los períodos analizados.
“La desigual distribución de los trabajos de cuidado no remunerado, implica que las mujeres dispongan de menos horas que prestar en el mercado de trabajo remunerado”, explicó el centro de estudios. Esta situación se evidencia al analizar las tasas de actividad: la tasa de actividad femenina al tercer trimestre de 2021 ascendió al 50,4%, mientras que la de los hombres se ubicó en 69%, sosteniendo una diferencia de casi 20 puntos.
“Resulta imprescindible y necesario que la recuperación económica contemple no solamente el acceso al mercado de trabajo de las mujeres y diversidades, sino que sea con igualdad y equidad. El acceso no alcanza, si no se promueven a mujeres en puestos con poder de decisión, si no se promueven políticas que distribuyan los cuidados de manera compartida e infraestructuras con perspectiva de géneros, que permitan a las mujeres y disidencias insertarse en el mercado de trabajo formal con salarios dignos”, concluyó CEPA.