(Por Miguel Ángel Rouco) El compromiso "incondicional" de bajar la inflación por parte del presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED), Jerome Powell, revela que el organismo va a volcar todas sus herramientas para tratar de neutralizar la suba de precios en el corto plazo y evitar que esto afecte al crecimiento económico.
Si bien muchos analistas en el mercado dan casi por descontado un ciclo recesivo, las autoridades de la FED apuestan a que el impacto no sea tan gravoso.
La evaluación del mercado y la decisión tiene dos patas de apoyo: Por un lado, las acciones todavía tienen precios significativamente altos respecto de las ganancias obtenidas por las compañías en sus últimos balances, lo cual permite inferir que todavía hay margen para la corrección.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
Por otro lado, el mercado laboral está mostrando una robustez pocas veces vista, y las casi 11 millones de vacantes disponibles revelan que existe una amplia oferta laboral que no encuentra respuesta en la demanda.
El jefe de la FED dijo en Washington que era posible "reducir la inflación sin dañar el mercado laboral", y que el objetivo era "aliviar la demanda y no causar desempleo", según la agencia Bloomberg.
La ex-subdirectora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Anne Krueger, advirtió días atrás que "aunque la guerra contra la inflación debe librarse en gran medida a través de la política monetaria y fiscal, la administración podría hacer mucho para ayudar a reducir las presiones inflacionarias. De hecho, la administración corre el riesgo de agregar aún más presión inflacionaria".
Para las autoridades, si se aumentan las tasas de interés con fuerza y se frena el crecimiento económico temporalmente, no habrá destrucción de puestos de trabajo sino menor oferta laboral. De allí que los gobernadores de la FED creen que el momento del apretón monetario es ahora.
La mayoría de los miembros del Comité Federal del Mercado Abierto de la FED se inclina por ganar terreno rápidamente y subir las tasas al máximo posible para derrotar la inflación, la más alta de los últimos 40 años.
Así, la gobernadora de la FED, Michelle Bowman, dijo a banqueros en Massachusetts que respalda un aumento de las tasas en 75 puntos básicos el próximo mes, y continuar luego con alzas de al menos 50 puntos básicos hasta que las presiones de los precios se enfríen.
En el mismo sentido otro gobernador del organismo, Christopher Waller, dijo que apoyaría otro movimiento de 75 puntos básicos en la reunión de julio, la última antes del receso estival.
El presidente de la FED de Minneapolis, Neel Kashkari, y su par de Chicago, Charles Evans, también han endurecido sus posturas originales y han sugerido que una medida de ese tamaño era razonable para debatir el próximo mes.
Hasta ahora la FED ha aumentado las tasas en 1,5 puntos porcentuales este año y los funcionarios pronostican una suba de alrededor de 1,75 puntos porcentuales de mayor ajuste acumulativo, con la idea de concluir 2022 con una tasa de referencia para los fondos federales del 3,5%.
Esta política pondría un freno a la inflación y encauzaría la economía aunque con algún costo en el nivel de actividad.
Sin embargo, no es la única preocupación que existe entre los inversores, ya que a partir del mes próximo la FED comenzará a devolver al mercado los Bonos del Tesoro y las hipotecas que se vio obligada a comprarle a los bancos, tras la crisis de las sub-prime en 2008.
El organismo anunció que devolvería unos US$ 35.000 millones en títulos públicos y otros US$ 17.500 millones en concepto de hipotecas, lo cual restará mayor liquidez al mercado.
Algunos inversores están bajo un estado de pánico. Es que durante el primer semestre, el mercado corrigió precios y los índices de capitalización bursátiles cayeron abruptamente.
Durante la primera mitad del año las empresas que cotizan en el S&P 500 dejaron en el camino alrededor de US$ 2 billones, de acuerdo con estimaciones privadas.
Los inversores temen que la FED pueda desencadenar una recesión, y Powell dijo a los legisladores que tal resultado era "ciertamente una posibilidad", aunque no es algo que la FED esté apuntando o crea que sea necesario para reducir la inflación al objetivo del 2% del banco central.
Un eventual ciclo recesivo podría costarle al Presidente Biden no sólo las elecciones legislativas de noviembre, sino también la reelección.
"Nuestras herramientas son contundentes, pero son las herramientas adecuadas para hacer frente a una amplia demanda agregada", dijo Powell.
Con información de Télam