En un demoledor informe, el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires reveló cómo la gestión de María Eugenia Vidal permitió que las grandes distribuidoras de energía eléctrica que operan en el territorio obtengan ganancias mayores al 600%. Con facturas que reflejaron incrementos mayores al 3000% en apenas tres años y un fuerte plan de desinversión, las compañías ganaron más de U$S 300 millones un lapso muy acotado.
La Subsecretaría de Energía del Ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos realizó el análisis de la última Revisión Tarifaria Integral (RTI) y del cumplimiento de las inversiones comprometidas por parte de las Empresas Distribuidoras de Energía Eléctrica de la Provincia de Buenos Aires. El resultado demostró cómo durante la gestión de los últimos cuatro años, Cambiemos avaló aumentos injustificados de las tarifas de energía eléctrica que no fueron acompañados con inversiones por parte de las empresas Eden (norte y centro), Edea (Costa Atlántica y centro), Edes (sur) y Edelap (La Plata y alrededores).
El documento al que pudo acceder El Destape, mostró que durante el período 2016-2019, las Empresas Distribuidoras de Energía aplicaron ajustes tarifarios que, sumados a la fuerte quita de subsidios a nivel nacional, representaron aumentos en las facturas finales de los usuarios que oscilaron en promedio entre 2.000% y 3.500% en apenas tres años. Sin embargo, este fuerte incremento no significó mayores inversiones en la red de distribución ni ejecución de obras en las instalaciones.
MÁS INFO
A pesar de que el monto reconocido de inversión incluido en las tarifas fue de $ 12.092 millones, no hubo un cronograma de ejecución de las obras pautadas, ni tampoco procedimientos sancionatorios en caso de incumplimiento de las mismas, según apuntó el informe oficial. De hecho, en los informes aprobados en ese período sobre el nivel de inversiones, se identificaron errores metodológicos que modificaron los resultados.
El extraordinario crecimiento patrimonial, producto de la RTI, tuvo su correlato en el crecimiento de los resultados: las cuatro distribuidoras de Energía Eléctrica aumentaron sus ganancias entre 2015 y 2018, entre 498% y 644%. La distribución de dividendos entre 2016 y 2019 acumuló un monto final de 309 millones de dólares.
La falta de control fue otro rasgo distintivo que se analizó en el informe. A partir del “abandono” durante los últimos cuatro años que sufrió el Organismo de Control de la Energía Eléctrica de la provincia de Buenos Aires (OCEBA), “no existió por parte del Estado la implementación de los controles establecidos por la normativa vigente”, señaló el documento. Las cifras hablan por sí solas: sólo se realizaron el 3% de las auditorías técnicas reglamentarias y el 10 % de las comerciales.
Falta de inversiones
Eden invirtió montos equivalentes al 70% del compromiso en el primer año, al 38% en 2018 y al 45% en el año 2019. En tanto, Edea no cumplió el compromiso en el primer año (15%), pero lo sobre cumplió en 2018 y 2019 con grados de ejecución del 185% y 189%. Asimismo, Edes es la que evidencia menor cumplimiento del compromiso, con niveles del 34% para 2017, 22% para 2018 y 31% para 2019.
Por su parte, Edelap cumplió el primer año con un 102% de ejecución, y en 2018 y 2019 se ubicó en el 85% y 60% del nivel de ejecución. Si se consideran las distribuidoras en su conjunto y se comparan los compromisos de inversión con la ejecución informada, el porcentaje de cumplimiento de las Inversiones en Recuperación/Catch Up, sería del 65% en 2017 y 61% para 2018 y 2019.
Una particularidad de la RTI de la provincia de Buenos Aires, es la inclusión de este último punto: las llamadas “inversiones de recuperación” o catch up. Las mismas son inversiones que deberían haberse realizado en años anteriores para mantener la red ajustada a la demanda y que, con motivo de la falta de ajustes de tarifas, las empresas no realizaron. Estos montos de catch up son incluidos en la base de capital valorizada, sin depreciar.
Para el cálculo de la cuota de rentabilidad se consideran los montos de catch up pero no se incluyen en la cuota de amortización. Esto implica considerar los montos de inversiones de recuperación, como inversiones ya realizadas, es decir como un adelanto de rentabilidad pre – inversión. Eso quiere decir que los usuarios pagaron en la tarifa desde el año 1 de la RTI la rentabilidad sobre un capital que, en los hechos, todavía no había sido invertido.
Un arreglo incomprensible
En febrero de 2016 se aprobó el recálculo de los cuadros tarifarios para las distribuidoras de energía eléctrica de la Provincia. Los nuevos valores en las tarifas implicaron incrementos superiores al 110% respecto de los cuadros tarifarios vigentes hasta ese entonces.
Los ingresos requeridos determinados en la RTI 2017-2022 para las distribuidoras representaron un incremento anual del valor agregado de distribución (VAD) del 51%, los cuales se aplican sobre el aumento de febrero 2016 de 112%, acumulando un incremento del 220%. El cálculo del requerimiento de ingresos contempló costos de capital y costos de explotación.
En el agregado de las cuatro empresas, el costo de capital representa el 54%, en tanto que los costos operativos alcanzan al 46% de los ingresos a recuperar a través de las tarifas. El costo de capital se distribuye entre rentabilidad (40%) y amortización (14%), permitiendo dimensionar el impacto en el requerimiento de ingresos resultante de aplicar la tasa de rentabilidad del 12,27% anual sobre la base de capital. En tanto que los costos operativos se componen de costos de personal (29%) y otros costos operativos (17%).
En el proceso de la RTI, no solamente la Autoridad de Aplicación (a través del CERTI) realizó sus cálculos de requerimientos de ingresos, sino que las empresas también realizaron presentaciones con cálculos propios. Los montos finalmente reconocidos se ubican entre un 7% y un 17% por debajo de lo solicitado y los ingresos reconocidos representaron un aumento para las empresas del 51% respecto de los ingresos que ya tenían reconocidos en la tarifa 2016, destacándose Edes con un aumento del 78%.
La obsesión de Cambiemos con el dólar
Cuando se fijó el mecanismo de ajuste anual del VAD, en la fórmula polinómica la ponderación del índice de salarios representa el 56%, el IPIM el 24%, el IPC el 12% y el tipo de cambio el 8%. La inclusión del dólar en la fórmula, en un contexto de fuerte devaluación de la moneda, como el año 2018 y 2019, contribuyó a incrementar la fórmula de ajuste.
El VAD configura el importe que las empresas destinan para afrontar los costos que significa construir, operar y mantener la infraestructura de la red eléctrica, es decir: obras, insumos, maquinarias, salarios, entre otros.
En su discurso por la apertura de sesiones ordinarias, Kicillof ya había adelantado lo que se avecina: “Hay algo más de fondo porque lo que se resolvió es revisar los cuadros tarifarios. Yo no lo sabía, tienen un componente en dólares. Sube el dólar y sube la tarifa. Lo voy a decir con sinceridad: no tiene una justificación económica”.
Desde el gobierno bonaerense ya dan por hecho que habrá desdolarización, debido a que la decisión está tomada. Sin embargo, dada la suspensión de aumentos, no se aplicará ninguna fórmula de ajuste nueva aún.
Cabe recordar que en el marco de la Ley de Emergencia Económica y Social, el gobierno bonaerense extendió por 180 días la aplicación de aumentos de tarifas para las distribuidoras de energía eléctrica. De esta manera, no habrá aumentos hasta 2021.