Más allá de la quita de subsidios para los usuarios residenciales, el anuncio de la segmentación de las tarifas también afectará al sector productivo. Las pymes advierten que los nuevos esquemas impactarán en su estructura de costos, piden que se les reconozcan tarifas diferenciadas según los sectores para evitar lo que, de otra manera, consideran será un seguro traslado a precios para los próximos meses.
A pesar de lo complejo del sistema, hasta ahora el Gobierno procuró aportar precisiones sobre cómo se implementará la segmentación a la luz, el gas y el agua en los usuarios residenciales. Pero respecto a su aplicación en la industria y los comercios todavía persisten las dudas, ya que solo hubo hasta el momento anuncios informales de parte de los funcionarios del área.
Según adelantaron estos y tal como confirmaron a El Destape fuentes oficiales, comercios y pymes percibirán una quita de subsidios progresiva en la electricidad y el agua, pero seguirán manteniéndolos en el gas. "En esta primera etapa se les va a retirar un 20% (del subsidio). Por ejemplo, para un consumo de 1000 kWh por mes, como puede ser el de un kiosco o un almacén, el ajuste va a ser de aproximadamente unos 2.000 o 3.000 pesos en esta primera etapa", aclaró durante la semana la secretaria de Energía, Flavia Royón, respecto a la luz.
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En cuanto al agua, las pymes y comercios correrán la misma suerte que los usuarios residenciales, aclararon a este sitio fuentes de Aysa. Es decir, quedarán afectadas por la misma zonificación que divide a los residenciales en zonas de alto, medio y bajo poder adquisitivo y determina si perciben una quita total, parcial o nula de subsidios, respectivamente. También tendrán el mismo cronograma de quita progresiva.
En cambio, respecto al gas, el subsecretario de Hidrocarburos, Federico Bernal, declaró en la semana que "no se va tocar el tema comercios. Para las pequeñas y medianas empresas no hay segmentación. En el gas, por ahora, la segmentación es solo para los usuarios residenciales”.
Los planteos de las pymes
En este escenario, uno de los reclamos que se reiteran de parte de las pymes es el de implementar la quita de subsidios mediante una segmentación paralela, pero que en este caso distinga entre usuarios grandes y pequeños, así como entre sectores que consumen más y menos electricidad.
El impacto de la quita de subsidios "depende de cada pyme, porque algunas utilizan mucha electricidad y otras no tanto. Como siempre, decimos que hay que segmentar, pero eso implica tener una política industrial con objetivos, actores idenfiticados, etc.", afirmó al respecto Sergio Echebarrena, titular de COPYME.
En la misma línea, Julián Moreno, titular de APYME, pide que "se establezca una segmentación inteligente que no grave seriamente a las empresas electrointensivas", según dijo a El Destape. Algunos de los sectores que más sufrirían el impacto de la quita de subsidios a la luz son el siderúrgico, el metalmecánico, el textil, el químico y el maderero.
Aun así, la falta de precisiones formales de parte del Gobierno lleva a algunas entidades a reclamar que la segmentación directamente no se implemente. "No tenemos todavía el dato de cuál va a ser el incremento y si lo va a haber. Pedimos que no haya aumento porque la industria pyme no está en condiciones de recibirlo. La variable económica hizo que los aumentos representaran más del 50% de los costos de producción del último mes. No es el momento", señala Daniel Rosato, titular de Industriales Pymes Argentinps (IPA).
Fuentes oficiales dijeron a El Destape que la reglamentación de la quita de subsidios para el sector productivo estará incluida en la reglamentación para residenciales y que eso debería despejar las dudas de las pymes. Aunque evitaron precisar fechas, la publicación oficial de los detalles de la medida debería darse en los próximos días, ya que la evidente fecha límite es el 1 de septiembre, cuando la segmentación comenzará a implementarse.
De cualquier modo, el tono de las organizaciones pyme dista de ser dramático: parecen asumir que cierta quita de subsidios es inevitable y en general no hablan de un potencial cierre de empresas como consecuencia. Algunas, incluso, diferencian la medida actual de los tarifazos de Macri: "No creo que la situación sea como en la época de Macri porque en ese momento había aumentos desmedidos en dólares, que eran exorbitantes y desestabilizantes", señala un referente del sector.
El impacto en los precios
Eso sí. El otro consenso entre las organizaciones pyme es que a empresas y comercios les será imposible absorber los costos de la quita de subsidios, por lo que dan por sentado que habrá un traslado a precios como medida necesaria para no quedar fuera de competencia.
"En el sector comercios no tenemos posibilidad de seguir absorbiendo costos. Con lo que pasó en los últimos meses se va restando utilidad porque se fueron achicando márgenes durante mucho tiempo para poder continuar en el mercado", advierte Salvador Femenía, vocero de la CAME. En mismo tono se repite en COPYME, APYME e IPA.
Los economistas coinciden con esta visión, aunque hacen algunas salvedades sobre el impacto final que tendrá la segmentación, ya sea de empresas o residenciales, en el índice inflacionario. "Permite corregir los precios relativos", destacó Sebastián Menescaldi de Eco Go y agregó que el impacto de la medida "no va a ser tan grande ni en resultado fiscal ni en precios".
Para Sergio Chouza, economista de la consultora Sarandí, las quita de subsidios tendrá una incidencia directa de entre un 0,5% y un 0,7%, una cifra que considera "limitada" debido a que el 70% de la población mantendrá algún tipo de subvención al consumo. Sin embargo, consideró que la afectación secundaria, generada por los traslados de costos a precios por parte de las industrias y comercios, "puede ser mayor porque las empresas no tienen posibilidad de estructurar los costos" y se seguirá viendo durante el resto del año.
Por su parte, para Martín Kalos, director de la consultora EPyCA, el impacto directo puede ser de hasta un 1% mensual para cada mes en el que haya quita de subsidios, es decir, septiembre, noviembre y enero, a lo que todavía se le deben agregar los "efectos de segunda ronda, como su traslado a paritarias o precios de los comercios".