La primera semana de julio la cosecha 2021/22 evidenció la menor concertación de ventas con precio fijado en la historia. A la retención en silo-bolsas, que se estima en torno a los 24 millones de toneladas, se suma una práctica muy difundida entre productores agropecuarios, que es vender el grano sin fijar el precio, lo que representa actualmente el 25 por ciento de la cosecha actual, equivalente a unos 11 millones de toneladas. “Además, la proporción de la cosecha que ya ha sido comprometida a exportaciones mediante Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior también es la menor de la serie”, señalaron a El Destape fuentes oficiales que siguen la operatoria.
Tal como anticipó este medio, en el primer semestre del año los productores vendieron apenas un 45,3 por ciento de la cosecha de soja la campaña actual. Se estima que quedan aún sin comercializar 24 millones de toneladas, cuyo valor de mercado al precio internacional actual (de 590 dólares los mil kilos) ascendería a unos 14.160 millones de dólares de ingreso de divisas.
Frente a estas cifras, se dispararon las culpas cruzadas entre productores y exportadores. Para acercar una respuesta a la encrucijada respecto de si quienes están reteniendo sin liquidar la cosecha son los exportadores o los productores, se analiza el nivel de compras que ya ha sido comprometida para exportaciones a través de Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior, por parte de los exportadores y se lo compara con lo ya liquidado.
Productores versus exportadores
En el período entre enero y mayo, el porcentaje de declaraciones juradas de soja comprada por exportadores se mantiene en su menor valores para el promedio de las últimas seis campañas. Los guarismos evidencian que los exportadores declararon compras en la primera parte de este año por el 42 por ciento de la cosecha, frente a un promedio histórico de 62 por ciento. El año pasado ese porcentaje había sido de 71 por ciento.
Por otra parte, según datos del Ministerio de Agricultura, la agroindustria tiene un stock de 20 millones de toneladas de la oleaginosa para procesar. “Este valor es similar al 2020, pero 1,5 millones de toneladas superior al año pasado”, explicaron a El Destape.
De tal manera, los exportadores están acumulando 640.000 toneladas de soja adicionales, una cifra que surge de comparar las declaraciones juradas con la compra efectiva para exportaciones. “La industria tiene 750.000 toneladas adicionales de stock (en comparación con el promedio de años previos), pero la mayor parte de la acumulación adicional es explicada por los productores”, sostienen.
Por su parte, los productores vendieron hasta el 6 de julio 20 millones de toneladas de soja 2021/22, el 45 por ciento de la cosecha estimada. Esto implica entre 8 y 10 puntos porcentuales menos que las últimas dos campañas para la misma fecha. “Este retraso se explica por menores ventas a exportadores directos de porotos, con una caída de 55 por ciento interanual, unas 3,5 millones de toneladas menos que en el mismo período de 2021). En tanto, la industria evidencia un retraso de 6 por ciento interanual, cerca de un millón de toneladas menos que 2021.
Si las ventas de soja hubieran sido similares al promedio de los dos últimos años, se habrían vendido por parte de los productores, a la fecha, 24 millones de toneladas, es decir, que la diferencia es de 4 millones de toneladas adicionales, que están en manos de los productores. A esto se suman las compras “sin precio definido en la operación”, cuyas transacciones con exportadores representan el 13 por ciento (menor que en años previos), pero que en el caso de la industria alcanzan al 62 por ciento del volumen operado.
Especular sin precio fijo
Cuando un productor entrega granos al acopio lo puede hacer en varias como venta al contado, en cumplimiento de un contrato previo de venta a precio prefijado (forward) o entregar sin precio (“a fijar”). Estas últimas dos modalidades, permiten que el acopio funcione como una caja de ahorro de la que se retira dinero que se va compensando contra pequeñas ventas.
La modalidad forward implica que está prefijado el precio, pero no el momento de pago, lo que implica que el productor le otorga un crédito al comercializador. La modalidad ¨a fijar¨ presupone la posibilidad de definir la venta en cualquier momento con condiciones similares al punto anterior para liquidar la operación. Recién al momento de que se fija el precio, el exportador registra la venta ante la autoridad competente y deposita el impuesto de derechos de exportación.
Este mecanismo incluso es potenciado por instrumentos financieros que se gestaron durante el 2020. El mercado a término de futuros (Matba-Rofex) lanzó el 5 de noviembre de ese año el denominado PAF, un valor negociable que se crea a partir de una operación a fijar precio por futuros y da derecho a su titular a recibir los pagos de las fijaciones de los granos. Esto aceita todavía más el mecanismo de acopio y de retaceo de liquidación de granos. El instrumento busca de que los vendedores tengan una garantía para entregar mercadería con precio "a fijar", sobre todo al consumo interno.
Las cifras oficiales dan cuenta que los productores estarían reteniendo 4 millones de toneladas de soja (1500 millones de dólares) adicionales a la tendencia de los últimos años. Además, cabe destacar que el 55 por ciento de las operaciones concretadas a la fecha (10,98 millones de toneladas sobre 20 millones toneladas totales) se realizaron bajo la modalidad sin precio, fundamentalmente a la industria.