El ministro de Economía, Luis Caputo, sabe que el reloj le juega en contra. Promesas son promesas, le recuerdan los representantes del Poder Económico con los que se cruza de manera permanente, en Washington o Buenos Aires. A los sojeros solo les prometió la unificación cambiaria para “incentivarlos comercialmente” antes del inicio de la cosecha gruesa, tal como señaló Gustavo Idígoras, titular de la Cámara que reúne a las agroexportadoras (CIARA - CEC).
“Este Gobierno no abre consultas, siempre indican que irán por la unificación del tipo de cambio y que no habrá ningún dólar especial. Esa es la línea que tenemos para seguir exportando”, especificó el presidente de la CIARA - CEC en diálogo con El Destape. Los grandes grupos sojeros lucen pacientes; consideran que el reloj les juega a su favor. A pesar de que este año la producción de soja será el doble que la registrada en 2023 (50 millones contra 25), la liquidación de divisas durante abril se redujo un 21% en la comparación interanual. ¿Presión devaluatoria?
A las circunstancias domésticas se le agregó un componente internacional. Si bien los precios de las materias primas registraron significativas bajas desde el inicio del año, durante la última semana ocurrió todo lo contrario. ¿El motivo? Las fuertes lluvias en Brasil redujeron la estimación de su cosecha, situación que impactó en las pizarras internacionales y en Rosario. Al mismo tiempo, en el mercado de Chicago entraron a jugar los grandes Fondos de inversión para impulsar al alza los precios.
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¿Alcanzarán los rezos de Caputo para que el clima acompañe una mayor liquidación de divisas en la plaza local?
Más granos, menos liquidación
De acuerdo a los informado a través del sistema oficial SIO Granos, durante abril se comercializaron 5,9 millones de toneladas de soja, cuando el año pasado habían sido 2,7 millones. La mejora en las ventas fue del 55%. Así y todo, varios analistas del mercado granario, consultados por El Destape, coincidieron en señalar que el ritmo de comercialización es menor al de otros períodos.
“Venimos arrastrando meses de compras por debajo de lo habitual, en el total estamos en menos del 8% de la proyección de producción contra 18% promedio histórico para esta época del año”, explicó Dante Romano, integrante del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.
El menor ritmo de ventas de soja, a pesar de la mejora en la cosecha comparado con un 2023 marcado por la sequía, también se percibió en la liquidación de divisas.
“En abril, las ventas (en el Mercado Unico y Libre de Cambios) del complejo de cereales y oleaginosa alcanzó los 1909 millones de dólares, un valor menor al registrado para el mismo mes del año pasado (una caída del 21%). Entre 2012-2015, el promedio de ventas para un mes abril rondó los 2751 millones de dólares. ¿Efecto precios?”, se preguntó Ernesto Mattos, director del Instituto de Estudios para el Desarrollo Productivo y la Innovación de la Universidad Nacional de José C. Paz.
Para Matías Strasorier, director del Centro de Estudios Agrarios (CEA), “se percibe una doble tensión” hacia el interior del sector. “Los productores exigen la quita de retenciones, que fue una promesa incumplida de la campaña de Milei, a lo que se le sumó la baja en el precio internacional. Y después están los exportadores que desde 2017 vienen operando al 50% de su capacidad porque dicen que carecen de granos para procesar. Esa es su manera de presionar.
A las tensiones resumidas, se le agregó un nuevo factor: un cambio de tendencia en los precios ocurrido en la última semana, con un alza repentina en el valor de la soja a raíz de las inundaciones en Brasil. Por lo tanto, ahora especulan con mayores alzas en el valor internacional antes de vender.
En el fondo, quieren que les mejoren sus condiciones de venta. Esto corre para todos los actores de la cadena sojera, también fuertemente concentrada. Solo diez empresas manejan el 80% de las ventas de las ventas al exterior; mientras que de los 57.780 productores de soja inscriptos, el 10 por ciento concentra el 56 por ciento de la producción.
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Brasil, lluvia y especulación.
Las fuertes lluvias en el Sur de Brasil provocaron las inundaciones en varios campos del estado de Rio Grande do Sul. Esta situación impactó en el precio internacional de la oleaginosa. En la última semana, el alza en Chicago rondó los 12 dólares de alza. “Por eso ahora los productores están a la expectativa de que siga subiendo y algunos están 'cuidando' los granos”, sostuvo Strasirier.
En los silobolsas distribuidos por todo el país podría almacenarse hasta el 40% de los granos de la actual cosecha, de acuerdo a lo informado por el portal InfoCampo, propiedad de la agencia Digital Media.
“El que avisa no traiciona”, reza el dicho popular. Sin embargo, para el director de RIA Consultoras, Javier Preciado Patiño, los productores se verán obligados a vender sus granos para “saldar deudas y gastos corrientes al menos durante dos meses”. “Después sí podrían especular con la macroeconomía”, aclaró en diálogo con El Destape.
La disparada del precio a partir de las inundaciones en Brasil les sacó una sonrisa a los sojeros, teniendo en cuenta que en la última semana el valor de la oleaginosa aumentó hasta 12 dólares en la plaza de Chicago. Pero también hubo una suba de precios en la pizarra de Rosario.
Suba de precios y freno en el ritmo de ventas.
Este 7 de mayo se comercializaron en el país 45.746 toneladas de soja, según lo informado a través del sistema SIO Granos. El valor de la tonelada se ubicó en los 275.000 pesos; una semana atrás (30 de abril), el volumen comercializado llegó a las 81.694 toneladas, con un valor cercano a los 253.000 pesos. El freno es evidente.
“Un factor relevante sobre la oferta de dólares del agro es el alto volumen de prefinanciamiento de exportaciones, dada la expectativa por las mejores condiciones para la Producción primaria. Lejos de este escenario. Milei no focalizó políticas de alivio para el sector, como la pretendida rebaja impositiva. Tras cartón, la apreciación cambiaria reduce los incentivos a la venta de granos, por parte de quienes evalúan una probabilidad de nuevo salto cambiario”, concluyó el último informe de la Consultora Sarandí.
Mientras Caputo busca divisas por doquier (con el objetivo de la dolarización), los agroexportadores atizan el complejo escenario con sus dilemas internos, sumado a las presiones devaluatorias.
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