A casi tres semanas de las elecciones y a 15 días hábiles de que finalice uno de los principales programas de estímulo a la exportación de soja para acelerar la liquidación de divisas, los productores agropecuarios mantienen todavía –descontando variaciones de stock y para uso interno—unas 2,7 millones de toneladas sin vender, lo que representa cerca de 1250 millones de dólares (a un promedio de 465 dólares los mil kilos en Chicago) sin ingresar a las arcas del Banco Central, de acuerdo con las estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Según señalaron fuentes de Agricultura a El Destape, se esperan mejores resultados con el plan 70/30 de liquidación para el agro que se mantendrá abierto hasta la segunda vuelta presidencial.
Desde la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, informaron que en el marco del Programa de Incremento Exportador en la Comercialización de Soja se realizaron operaciones de soja 5,86 millones de toneladas, de las cuales 5,19 millones negociadas se hicieron con precios fijados.
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Luego de que venciera el miércoles 25 de octubre el plazo de la quinta edición del Programa de Incremento Exportador (PIE V), el ministro de Economía, Sergio Massa, lanzó el “dólar exportador”. La iniciativa no excluye a la agroindustria pero emula al beneficio que se otorgó a otros sectores, como al petrolero y minero. A diferencia del PIE V, el dólar exportador –que se mantendrá hasta el viernes 17 de octubre, último antes del balotaje—no excluye a la agroindustria.
El dólar exportador permite que el 30 por ciento de la venta externa se liquide al tipo de cambio implícito del contado con liquidación, mientras que el 70 por ciento continuaría ingresando por el oficial. Este incentivo les asegura a valor actual un tipo de cambio equivalente y levemente por encima (de acuerdo a lo amplia que sea la brecha cambiaria) de un dólar sin retenciones.
El dólar exportador
La medida busca mantener cierta regularidad en la liquidación de divisas por parte de los sectores exportadores, en particular del agro, donde todavía se espera algún ingreso clave de cara al balotaje, aunque en el sector se estima que queda poca soja disponible y estiman que podría rondar entre los 1000 y 1250 millones de dólares, dependiendo al valor que se realicen las operaciones. En la última semana del programa de incentivos, los precios de la soja aumentaron en 98 dólares la tonelada, pasando de 417 a 515 dólares. En agosto habían tocado su piso de 350 dólares.
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A tan días de concluir la prórroga del PIE provista por el Decreto 492/2023, se concretaron negociaciones por un total de 5.867.400 toneladas de soja. El 89 por ciento de las operaciones cerraron precio, con 5.193.838 toneladas mediante nuevos contratos a precio hecho y fijaciones. Por otro lado, un 11 por ciento quedó sin fijar precio, acumulando un total de 673.563 toneladas. “La comercialización experimentó un menor dinamismo durante la semana pasada, negociándose en total un volumen de 200.000 toneladas, marcando así la cifra semanal más baja desde el inicio del programa”, señala la Bolsa rosarina.
“La falta de agua que aun genera efectos negativos en los cultivos de la Argentina dejó una producción de soja estimada en 20 millones de toneladas para la campaña 2022/23, según la por Guía Estratégica Agropecuaria de la Bolsa de Comercio de Rosario (GEA-BCR), lo que expresa una caída interanual del 53 por ciento en volumen, el más bajo en lo que va del siglo”, detalla el informe de la entidad santafesina. El informe destaca que “la baja disponibilidad de la oleaginosa y el nuevo régimen de liquidaciones impactaron en el mercado de futuros agrícolas local”.
La brutal sequía que atravesó Argentina dejó una producción de soja estimada por GEA-BCR de 20 millones de tonelada para la campaña 2022/23, volumen que no sólo advierte un descenso interanual del 53 por ciento, sino que se muestra como el más bajo en lo que va del siglo. En el marco de esta magra cosecha, los datos oficiales muestran que al 18 de octubre las ventas de la oleaginosa tanto a la industria como a la exportación totalizaban 15,7 millones de toneladas de la producción de soja de la campaña en curso, lo que implica que el 78 por ciento de la cosecha 2022/23 se encuentra comercializada.
“Este guarismo supera al de igual período del año anterior, cuando se había comercializado el 73 por ciento de la cosecha, y al promedio de las últimos cinco campañas, que alcanza al 74 por ciento de la producción para la misma fecha. Además, se muestra como el porcentaje más alto desde la campaña 2017/18.
Alivio en zona núcleo
Durante el último fin de semana y la semana en curso, se registraron las tan esperadas y necesarias lluvias sobre buena parte de la Región Pampeana. Según destaca el último informe semanal de GEA, las áreas más beneficiadas fueron el extremo sudoeste de Santa Fe, el sur de Córdoba, el noroeste de Buenos Aires, con registros de 40 a 100 milímetros, y Entre Ríos con registros superiores a los 60 milímetros. La Pampa y el sur de Buenos Aires tuvieron registros menores y de distribución más heterogénea.
El informe de la BCR también menciona que, aunque no se normalizó el nivel de las reservas de agua en suelo, excepto en la Mesopotamia, es notorio el cambio de tendencia. De esta manera, el 90 por ciento de la región núcleo acumuló lluvias por encima de los 30 milímetros, con un promedio de 45,5 milímetros para toda la zona, lo cual no sólo ayudará a impulsar las actividades de siembra de soja de primera en la región sino también a mejorar el crecimiento de los lotes implantados de maíz.
En cuanto al avance de siembra del cereal, los datos oficiales muestran que durante la última semana la implantación del cultivo progresó 2 puntos porcentuales, lo que advierte un avance promedio total de 20 por ciento en el país, un punto por delante de los registros de igual fecha del año anterior. No obstante, la siembra continúa retrasada en relación con los promedios históricos, considerando que en los últimos cinco años el avance promedio de la siembra de maíz era del 35 por ciento para el mismo período.
Salir a comprar
El sector oleaginosas y cereales liquidó durante septiembre, a través del mercado de cambios, unos 1000 millones de dólares en cobros de exportaciones en el marco del programa de estímulo. “En este contexto el sector totalizó en el mes ventas de moneda extranjera por cobros de exportaciones de bienes a través del mercado de cambios por 2097 millones de dólares (-76 por ciento interanual). Además, se estima que el sector ingresó unos 310 millones en concepto de cobros de exportaciones a través del mercado de valores bajo el mencionado programa, lo que daría como resultado final ingresos por cobros de exportaciones por unos 2410 millones”, detalla el informe cambiario del BCRA.
Las exportaciones de bienes FOB de este sector fueron de 1992 millones de dólares para septiembre, lo que estaría indicando que el sector elevó su stock de deuda comercial durante el mes. El 68 por ciento de los cobros del mes del sector en el mercado de cambios se realizaron en forma anticipada, ya sea mediante anticipos o prefinanciaciones locales y con el exterior, valor por encima del promedio histórico de la serie (46 por ciento para el periodo 2016-2022), de acuerdo con cifras de la autoridad monetaria.
Los ingresos de cobros de exportaciones de bienes del resto de los sectores totalizaron 3315 millones en septiembre, mostrando una caída interanual del 23 por ciento, mientras que en el acumulado anual exhibieron una reducción interanual del 8 por ciento. Los pagos de importaciones de bienes en septiembre totalizaron 4006 millones de dólares, un 33 por ciento por debajo del mismo mes del año previo.
Del total de los pagos de importaciones de bienes observados en septiembre, un 94 por ciento se realizó de forma diferida, un 3 por ciento como pagos a la vista y el 3 por ciento restante en forma anticipada. El sector con mayor dinamismo en el mes fue el de “Oleaginosas y Cereales”, con un aumento interanual del 29 por ciento, consecuencia principalmente de la sequía que imposibilitó el abastecimiento de las necesidades de porotos de soja de la industria procesadora, la cual necesita de esta materia prima para mantener un nivel mínimo de operación y para cumplir con sus compromisos comerciales previamente pactados.