Tensión cambiaria: cómo impactaría en los salarios una nueva devaluación

Los medios de comunicación se hacen eco de una supuesta demanda del FMI que pide un aumento del ritmo devaluatorio. ¿Cuál sería el impacto de esta medida en los salarios de las clases populares? 

23 de junio, 2022 | 00.05

En el último tiempo, diversos medios de comunicación opositores vienen reforzando la idea, como si fueran voceros del FMI, de que dicho organismo está demandando un aumento en el ritmo devaluatorio para que la brecha entre inflación y tipo de cambio disminuya. La excusa singular y parcial es que un aumento en el ritmo devaluatorio que disminuya la brecha redundaría, o debería redundar, en un aumento en las reservas del Banco Central lo que ahuyentaría tanto las expectativas devaluatorias como así también “ciertas incertidumbres” que impulsan la inflación.

Lo que nunca se explicita es cuál es el impacto en otras variables de la economía como puede ser por ejemplo los ingresos populares. En consecuencia, nos permitiremos profundizar sobre ello:

El tipo de cambio el último día hábil de mayo del 2020 fue de 70,76 $/U$S y el de último día hábil de abril del 2021 fue de 98,90$/U$S, el incremento del tipo de cambio fue entonces de 39,76%; mientras tanto, el IPC entre mayo del 2020 y abril del 2021 acumuló una suba de 38,6%.

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Si nos remitimos al periodo siguiente, el tipo de cambio el último día hábil de mayo del 2021 fue de 100,09$/U$S y el del último día hábil de abril del 2022 fue de 115,31 $/U$S por lo que el incremento fue de 15,2%; mientras tanto, el IPC entre mayo del 2021 y abril del 2022 acumuló una suba de 46,6%.

El tipo de cambio subió levemente en el primer período consignado (may-20 hasta Abr-21) por encima del IPC (1,16%), en cambio, el IPC subió mucho más que el tipo de cambio en el segundo periodo analizado (may-21 hasta abr-22) acumulando una diferencia de 31,4%.

El mundo de la academia y la comunicación liberal construye sentido a partir de decir que el tipo de cambio “está atrasado”, lo que a fuerza de repetición se vuelve una verdad irrefutable en la cabeza de muchos compatriotas que se resignan a aceptar esa devaluación como inevitable. No obstante, si una sociedad es un organismo complejo, podríamos decir que el análisis de lo que dentro de ella ocurre también lo es.

La pregunta retórica que nos haremos en el presente es, ¿qué impacto tuvo en ciertos ingresos en el mismo periodo ese “retraso cambiario”? y tomaremos para el análisis, el cargo de maestra de grado sin antigüedad de la Provincia de Buenos Aires.

En mayo del 2020 el cargo de maestra de grado sin antigüedad según las grillas que circulan de uno de los sindicatos más importantes fue de $29.000, que, a un tipo de cambio del ultimo día hábil de mes de 70,76$/U$S da un ingreso en dólares por ese cargo de U$S409,83. En abril del 2021 el mismo cargo docente fue de $41.081,71, mientras que el tipo de cambio del último día hábil de ese mes fue de 98,90$/U$S, por lo tanto, el ingreso en dólares por el cargo de maestra de grado sin antigüedad fue de U$S415,38.

Si analizamos el periodo siguiente nos encontramos que:

En mayo del 2021 el cargo de maestra de grado sin antigüedad según las mismas grillas fue también de $41.081,71 que a un tipo de cambio del último día hábil de mes de 100,09$/U$S da un ingreso en dólares por dicho cargo de U$S410,40. En cambio, en abril del 2022, el cargo docente fue de $65.006,07 mientras que el tipo de cambio del último día hábil de ese mes fue de 115,31$/U$S, por lo tanto, el ingreso en dólares por el cargo de maestra de grado sin antigüedad fue de U$S 563,75.

En el siguiente grafico se puede ver la evolución del cargo de maestra de grado sin antigüedad para todos los meses de la serie medido en dólares para el periodo de dos años que va entre mayo del 2020 y abril del 2021.

Claramente lo que operó en los últimos dos años, es un aumento considerable del poder adquisitivo del cargo de maestra de grado medido en dólares que coincide con el periodo de “atraso cambiario”. Un aumento del ritmo devaluatorio entre otros tantos efectos secundarios congelaría o bien, revertiría la mejora del poder adquisitivo en dólares del ingreso bajo análisis.

En consecuencia, acelerar la devaluación del peso se traduciría en una pérdida del poder adquisitivo en dólares del salario de las maestras de grado de la provincia de Buenos Aires. Y, esto es, menos capacidad de compra de productos con insumos importados como ser toda la gama de productos tecnológicos y, además, en un contexto de inflación en dólares interna pero también externa tanto de alimentos como de energía, una pérdida del poder adquisitivo en bienes de la canasta básica tanto como de tarifas y combustibles.

No podemos negar que una disminución en el consumo de productos importados o con componentes importados, así como una disminución en el consumo de los productos exportables, redundará en un ahorro de divisas que podrían, no necesariamente lo harán, acumularse en el BCRA. Pero como siempre, en el discurso mediático liberal con aires de académico, la gran cuestión ausente es quien cargará sobre sus hombros el peso de honrar los compromisos externos de la Nación. Y como siempre, aunque no se lo mencione explicitamente, son las clases populares.