Una mujer debió trabajar un año y tres meses para obtener los mismos ingresos que un varón alcanza a tener en un año, por lo cual el 9 de abril es identificado como el día del pago igualitario en la Argentina, según la asociación Ecofeminita.
La asociación multidisciplinaria, creada y conducida por mujeres, difundió hoy que "en la segunda parte del 2021 la brecha salarial - la diferencia entre lo que reciben, en promedio, varones y mujeres en el mercado laboral - se ubicó en un 26%, lo que significa que la brecha disminuyó sólo 1 punto porcentual desde la medición de 2019".
Aclararon que la brecha salarial, "si bien es un indicador volátil ante factores contextuales, nunca rompió el piso del 20%".
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A esta situación se agrega que aún hoy siete de cada 10 personas que se ocupan de las tareas del hogar son mujeres: el tiempo dedicado a las tareas domésticas y de cuidados no remunerados.
"Parecen fenómenos separados pero esta jornada de trabajo gratuita dentro de los hogares se convierte en la diferencia fundamental que sostiene y reproduce las disparidades en el mercado laboral", remarcaron.
Según Ecofeminita, el año pasado el ingreso medio mensual de las mujeres fue de $39.400 y el de los varones $53.200; por lo cual concluyen que "en promedio las mujeres ganaron $165.600 menos que ellos, el equivalente a más de cinco salarios mínimos, vitales y móviles".
En un escenario hipotético, esto implicaría que los varones podrían no trabajar durante tres meses y cuatro días y recién ahí igualarían lo que ganan respecto de las mujeres, según se indicó.
Planteada la desigualdad, la asociación identificó las políticas públicas que "ayudan a reducir esta disparidad", y mencionaron entre ellas la reglamentación del artículo 179 de la Ley de Contrato de Trabajo, que garantiza los espacios de cuidados o el reintegro por el gasto de los mismos para la primera infancia (entre 45 días y los tres años) en los espacios de trabajo con más de 100 trabajadores.
"Es un buen ejemplo de política pública que, disminuyendo la carga de cuidados que recae hoy en las familias, y dentro de ellas, principalmente en las mujeres, tiene impactos positivos en la reducción de la brecha salarial", consignaron en una publicación realizada hoy.
Sin embargo, indicaron que la medida no alcanza al universo de trabajadores por lo que quienes "están por fuera" de la ley de contrato de trabajo privado, y quienes "trabajan en espacio que no alcanzan ese número de trabajadores/as hacen falta políticas de cuidado integrales".
Al respecto, indicaron que en la Argentina un 36% de mujeres asalariadas no posee descuento jubilatorio, porcentaje que entre los varones se ubica en un 30%.
Señalaron que en los casos de informalidad laboral la brecha salarial asciende al 38,5%; por lo cual "las mujeres pertenecientes a este fragmento tienen que trabajar cinco meses y medio más para equiparar el salario de sus pares".
Consignaron también que entre las trabajadoras informales, que representan más de un tercio del total, las trabajadoras de casas particulares tienen las tasas más altas de precarización y los salarios más bajos de la economía, pues aproximadamente el 70% de ellas no cuenta con vacaciones pagas, no percibe aguinaldos ni pago en caso de enfermedad, y no cuentan con cobertura de salud mediante obra social.
El informe que realizó EcoFemiData sobre dicho sector, reveló que el 85,9% de quienes trabajan de forma remunerada en casas particulares, realizan trabajo doméstico y de cuidados también en su hogar, de forma no paga.
La mitad de ellas, según el informe, es el principal sostén económico del hogar.
Respecto de las jubilaciones para este grupo, valoraron positivamente las "moratorias previsionales", aunque indicaron que en el "universo de jubilados/as" se observa una "brecha del 17%: un reflejo de las desigualdades en la edad activa".
Con información de Télam