El gobierno alemán dará su apoyo al establecimiento de un embargo petrolero hacia Rusia por su invasión a Ucrania, según indicó hoy su ministra de Exteriores, Annalena Baerbock.
Alemania, inicialmente una de las principales opositoras a cualquier tipo de sanción sobre la energía rusa por su gran dependencia de la misma, fue modificando su postura en las últimas semanas y ahora apoyará las nuevas sanciones, de acuerdo con las agencias Bloomberg y DPA.
Hasta el momento, la Unión Europea (UE) únicamente prohibió las importaciones de carbón a principios de abril, aunque las mismas solo restaron 4.000 millones de euros anuales de las arcas de Rusia, que sigue recibiendo 800 millones diarios por la venta de gas y petróleo.
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Según afirmó Baerbock, en declaraciones a la cadena televisiva alemana ARD, Berlín ahora está "preparada" para hacer frente a un escenario sin petróleo de Rusia.
Asimismo, la funcionaria explicó que los nuevos contratos de suministro de petróleo han reducido de forma significativa la dependencia de Rusia.
En la misma sintonía, el ministro de Economía alemán, Robert Habeck, advirtió previamente que si bien un freno a la importación de barriles desde Rusia causará una escasez de suministro y "enormes aumentos de precio", el país "ya no experimentará una catástrofe nacional".
"Hicimos mucho progreso en el asunto y podríamos unirnos a un embargo si se realiza. Alemania no se interpondrá en el camino", agregó Habeck.
Sin embargo, el titular de la cartera económica se mostró escéptico ya que un embargo podría resultar "contraproductivo" al permitir a Rusia proveer a otros países con, incluso, un mayor precio de venta.
En Alemania, las compras de petróleo ruso, que representaban un 35% del total de las importaciones alemanas antes del comienzo de la guerra, se han reducido a un 12% del total, según indicó ayer un informe del Ministerio de Economía difundido por la agencia AFP.
"Un embargo al petróleo con un periodo de transición suficiente es manejable", subrayó el reporte.
De esta forma, Berlín se acerca a su objetivo de prescindir completamente del petróleo y el carbón rusos para fines de este año, aunque por la gran dependencia, el gobierno reconoció que no podrá realizar lo mismo con el gas antes de mediados de 2024, pese a que aumentó sus importaciones de sustitutos como Noruega y los Países Bajos y ya planificó la construcción de nuevas terminales de Gas Natural Licuado (GNL).
En tanto, los ministros de Energía de los 27 países de la UE se reúnen hoy de forma extraordinaria para abordar la situación energética en el bloque, luego de que la compañía estatal de gas rusa, Gazprom, decidiera cortar el suministro a Polonia y Bulgaria la semana pasada tras la negativa de ambos pauses de pagar el gas en rublos como exige el Kremlin.
Los funcionarios abordan posibles medidas a aplicar para gestionar el uso del gas y las compras del insumo en forma conjunta, de cara a la posibilidad de nuevas disrupciones en el suministro.
Si bien la Comisión Europea (el brazo ejecutivo de la UE) avanzaría con un embargo que reducirá gradualmente las importaciones de petróleo ruso hasta prohibirlas a fines de este año, el bloque se enfrentará con un posible veto de Hungría, uno de los países más dependientes de la energía rusa y que no se abstuvo de pagar las compras de gas en rublos.
La posición de Hungría respecto a imponer sanciones en el petróleo y gas ruso "no cambió y no las apoyaremos", señaló hoy en una publicación, Zoltan Kovacs, vocero del gobierno del recientemente reelegido, Viktor Obrán.
Con información de Télam