Con una crisis hídrica que podría comenzar a estabilizarse recién hacia fin de año, la bajante del Río Paraná se mantendrá durante los próximos tres meses en una situación crítica, con niveles de agua que obligarán a pensar medidas en torno del abastecimiento y calidad del agua potable, la navegación y operaciones de puerto, el ecosistema y la generación de energía hidroeléctrica. A mediano plazo, preocupan las consecuencias para el complejo agroexportador y la actividad económica alrededor del río.
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El Instituto Nacional del Agua (INA) indicó que prevalece una tendencia descendente de aguas, que durará tres meses, en todas las secciones del río Paraná. El pico inferior de la bajante se espera para noviembre de este año. En las últimas semanas llovió más de lo previsto en Brasil, por lo que se estima que a principios del año que viene la situación podría comenzar a revertirse, siempre y cuando se mantenga esa tendencia. Mientras tanto, la crisis no se irá.
El instituto reportó que la situación está afectando a toda la Cuenca, la cual abarca un total de tres millones de kilómetros cuadrados, donde se registran lluvias muy por debajo de lo normal desde hace por lo menos dos años. Según el INA, la situación se agravó este año, cuando el río marcó una profundidad de -0,45 metro frente a la ciudad de Paraná, con registros similares en Diamante (-0,20 m), Victoria (-1,00 m) y La Paz (-0,24 m), lo cual lo mantiene muy lejos de su “Nivel de Aguas Bajas” (2,30 metros) y de su altura promedio en julio (3,10 metros) en Paraná.
Por su parte, el Servicio Meteorológico Nacional estimó que los niveles de precipitaciones en la cuenca del río Paraná se mantendrán con niveles inferiores a los normales en el sur y norte del Litoral al tiempo que se incrementan las probabilidades de precipitaciones superiores a lo normal en las nacientes del río Paraná. Se trata de la bajante hídrica más importante de los últimos 77 años, la cual se dio en el marco de discusiones de alto nivel político en nuestro país, como el debate sobre la Hidrovía y la discusión por el cuidado del medio ambiente.
Con denuncias de organizaciones ambientalistas, el Ministerio de Ambiente resolvió ordenar a Hidrovía S.A. -la empresa a cargo del dragado y balizamiento de la vía fluvial más importante para las exportaciones del país- no continuar el sobre dragado que realizaba buscando sostener la navegabilidad.
Las consecuencias por la bajante del río
De acuerdo con la Bolsa de Comercio de Rosario, “la bajante del río Paraná representaría un costo cercano a los US$ 315 millones en seis meses para el complejo agroindustrial exportador y los productores agropecuarios argentinos”. Desde el inicio de la bajante extraordinaria, además, se incrementó de manera sustancial la cantidad de varaduras registradas, debido a las dificultades para navegar con seguridad y poder llegar a los puertos de las provincias afectadas.
La crisis impactó fuertemente en acopiadores, fileteadores, transportistas y más de 3.000 familias de pescadores que viven del circuito, registrando el cupo de exportación más bajo de los últimos 15 años. Además, el bajo cauda de agua también comenzó a afectar a las represas hidroeléctricas que necesitan del agua para generar energías. Por ejemplo, la empresa Yaciretá trabaja actualmente al 50% de sus capacidad.
"El sistema de alerta hidrológico de la cuenca del Plata, en los 38 años que tiene, nunca ha tenido una bajante medianamente significativa o medianamente persistente, por eso es que es un desafío en esta oportunidad", aseguró días atrás el subgerente de Sistemas de Información y Alerta Hidrológico del Instituto Nacional del Agua (INA), Juan Borús.
Cabe recordar que el Gobierno declaró el Estado de Emergencia Hídrica, con una vigencia de 180 días, a través del cual autoriza a diversos Ministerios y Organismos Nacionales a adoptar las medidas correspondientes, dentro del ámbito de sus respectivas competencias, con el objeto de afrontar la antes referida emergencia en las áreas afectadas.
En un comunicado, el gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet, detalló que “se está extrayendo el 25% de lo que se pescaba hace dos años atrás” y habló del trabajo con Nación en relación a la situación del “recurso ictícola, obras de captación de agua potable, consolidación de barrancas y combate contra el fuego en las islas”.
El mandatario provincial afirmó que “se han secado humedales y lagunas donde están los peces, principal eslabón de la cadena ictícola”, y que “es algo histórico, que cuando uno lo ve desde el aire es aún más preocupante”. Frente a ello, aplicarán “medidas integralmente para la provisión de aguas en las ciudades, para el resguardo de la biodiversidad del río y para proteger las especies y la fauna”.