El domingo 4 de septiembre, Sergio Massa, ministro de Economía de la Nación, anunció la nueva medida para promocionar el ingreso de dólares mediante la liquidación de soja. Lo hizo junto a su secretario de Agricultura, José Bahilo, y acompañado por gran parte del sector privado, nucleado en el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) y en la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina - Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC).
Práctico, simple y concreto, Sergio Massa declaró: "Es una medida simple para el productor, ya que puede mirar el precio de pizarra en la Bolsa de Rosario, cobra en su cuenta y puede elegir usar los recursos para comprar insumos o usar la cuenta chacarero o cuenta link en todos los bancos". Esta medida se hizo efectiva en el boletín oficial con el Decreto 576/2022, PROGRAMA DE INCREMENTO EXPORTADOR. De este modo, se despejaron las dudas que el 70/30 de la anterior medida presentaba, anulando además el reclamo de desburocratización que sostenía la Mesa de Enlace.
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“Según los exportadores y el Gobierno, este lunes hubo operaciones por un millón de toneladas del poroto por un valor de U$S 360 millones” informó Clarín (CLARIN RURAL 6/9/2022). Lo que supone un excelente comienzo del pacto en el primer día de aplicación de la medida que durará hasta el 30 de septiembre. Según Massa, el sector privado se comprometió a liquidar USD 5000 millones durante este mes. Esto también demuestra es quiénes tienen la capacidad de generar impacto con la comercialización de soja.
El decreto especifica que “El PROGRAMA DE INCREMENTO EXPORTADOR está destinado a los sujetos que hayan exportado en los últimos DIECIOCHO (18) meses inmediatos anteriores a la vigencia de este decreto”, es decir, no puede aparecer un nuevo o reciente empresario exportador.
El artículo 11, INCENTIVOS PARA EL PRODUCTOR, aclara que los productores podrán “acceder a los beneficios y programas que establezca la SECRETARÍA DE AGRICULTURA, GANADERÍA Y PESCA para la cosecha 2022-2023”, siempre y cuando efectúen ventas de soja para exportación “a corredores, acopiadores, cooperativas, exportadores e industriales de soja” por un porcentaje no inferior al 85% “de su producción referida a la cosecha 2021-2022”.
Los artículos 4, 5, 6 y 7 regulan el ingreso al país de la liquidación de divisas, lo cual deberá realizarse “no debiendo superar dicho plazo el 30 de septiembre de 2022”. Lo cual corre también para el pago de obligaciones, “derechos, tributos y demás conceptos”, todo al tipo de cambio “dólar soja”, es decir $200, sin que afecte esta condición extraordinaria la metodología por la cual se calcula el tipo de cambio de referencia del Banco Central.
El gobierno argentino tiene necesidad urgente de dólares, en un contexto atravesado, desde 2016, por la “Macrisis” con el regreso del FMI, la pandemia COVID-19 y la guerra de la OTAN con Rusia.
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A ello debemos sumar las decisiones de un equipo económico encabezado por Martín Guzmán y Matías Kulfas que, durante 2 años y medio de gestión, acordó con el FMI, mal distribuyó las riquezas producidas por quienes trabajan y producen en la Argentina, aumentó la concentración de un grupo de empresarios (“3 o 4 vivos”) que deciden el precio de los alimentos, no logró controlar la inflación golpeando sobre el salario de las y los trabajadores, disminuyó la reservas del BCRA debido al festival de importaciones, a pesar de liquidación récord de agro-dólares durante el primer semestre del 2022; solo para enumerar algunas de las causas que generan esta necesidad urgente de dólares.
De la cosecha actual solo queda soja para exportar, después de haber exportado la totalidad de maíz y trigo destinado al comercio exterior, de una cosecha de más de 22 millones de toneladas (Mtn) de trigo y de más de 51 Mtn de Maíz. Al 27 de julio, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires informó que “la liquidación de divisas sólo por exportaciones de granos y subproductos este año alcanzó el récord histórico de 19.145 millones de USD, un 15% por encima del récord anterior en 2021, y un 109% por encima de 2020”. Esto a pesar de que las ventas poroto de soja estaban retrasadas con un 47% al 13 de julio, un 9% respecto al promedio histórico para el período de 56%.
Ante esto, el sector sojero comenzó a presionar al gobierno nacional para conseguir mejorar el tipo de cambio, es decir, devaluar el peso. Desde la renuncia vía Twitter de Guzmán al Ministerio de Economía se disparó la brecha entre el tipo de cambio oficial y las variantes de dólar Blue, MEP, CCL, lo que hemos llamado “dólar influencer”.
Mientras el dólar oficial rondaba los $130-135, el “dólar influencer” superó los $330, llegando a los $350. Mientras tanto, el sector sojero observaba cómo en las pizarras locales cotizaba entre $50.000 y $55.000 la tonelada de soja, correspondiente al precio internacional, descontados los derechos de exportación y transformada al tipo de cambio oficial. Calculaban que a precio “dólar influencer”, cada tonelada debía rondar los $140.000-$150.000, por lo que guardaban los porotos de soja esperando una devaluación que les permita mejorar la ganancia de la soja ya cosechada.
Sergio Massa, que asumió como ministro de economía el 3 de agosto, logró bajar el “dólar influencer” a menos de $300. Achicó la brecha de más del 100%, haciendo que las condiciones ofrecidas al campo de un dólar soja a $200, resulte aceptada por una parte importante del sector.
La medida, impulsada por Massa y acompañada por Bahilo, es necesaria y le permitirá conseguir los dólares que necesita el país, y a tiempo. La misma se realiza en el marco de un acuerdo con CIARA-CEC, quienes además se nuclean en el Consejo Agroindustrial Argentino junto a otras cámaras y representantes del sector agropecuario argentino. Un pacto que le garantiza al gobierno los dólares que necesita, ya que son las empresas nucleadas en CIARA-CEC las que tienen la capacidad de comercializar más de un millón de toneladas en un día.
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Como lo planteamos en el artículo “Liquidación de granos: uno de los desafíos que enfrenta Massa”, del 9 de agosto, son 20 actores los que: siembran las mayores extensiones (más de 80 mil hectáreas); tienen la mayor capacidad de acopio; y controlan más del 90% de la exportaciones agrícolas, por lo tanto la mayor capacidad de dar respuesta. Hablamos de CARGILL; ADM; LDC (Dreyfus); Bunge; Oleaginosas Moreno (Viterra-Glencore); Aceitera General Dehesa (AGD); COFCO; LIAG Argentina; ACA (Asociación de Cooperativas Argentinas Coop. Ltda.); CHS Inc. (Cooperativa de EEUU); Molinos Agro; AFA (Agricultores Federados Argentina); ADECOAGRO; Lartirigoyen y Cía. (asociados al grupo Glencore); Grupo MSU; CRESUD; Grupo Duhau; Grupo Andreoli; Los Grobo; y Grupo Boehler.
¿Había otra salida? Creemos que sí, como ya lo hemos expresado, proponiendo como salida coyuntural el establecimiento de un acuerdo para que ACA, AFA e YPF Agro compren a los productores los porotos de soja, sin trasladarle los derechos de exportación o parte de los mismos a los productores.
A los efectos de conseguir dólares de manera urgente, el pacto de Massa con CIARA-CEC probablemente resulte exitoso. Sin embargo, a mediano y largo plazo urge planificar una intervención inteligente del estado en el sector agroalimentario, que garantice el ingreso de dólares, la distribución de las riquezas y el alimento en cada mesa de las y los argentinos. En Argentina TODAS y TODOS, necesitamos un pacto para vivir, para vivir con dignidad.