Con exportaciones récord, escasean los dólares: por qué las reservas no suben desde 2019

Pese a la recuperación del saldo positivo en el balance comercial, los pagos de deudas con organismos y de empresas privadas se "comen" las divisas ingresas al país.

11 de mayo, 2022 | 00.05

En su primera revisión trimestral del acuerdo firmado a principio de año para refinanciar la deuda que dejó la administración anterior, el Fondo Monetario avaló la disponibilidad de divisas para que los privados enfrenten sus deudas en dólares o los requerimientos de divisas para saldar pasivos, a pesar de ser uno de los principales canales de la sangría de reservas. Es el mismo organismo que, además, planteó una pauta de crecimiento de las reservas de más de 5000 millones de dólares para este año y que hizo la vista gorda en cada desembolso durante el macrismo respecto a la situación de fuga constante y endeudamiento insostenible que exhibía entonces la economía. Ahora sostiene que "técnicamente" son cumplibles ambas cosas. 

Las cifras actualizadas del balance cambiario y deuda externa privada actualizada al 2 de mayo último dan cuenta del destino de saldo positivo comercial de los últimos dos años y medios

La salida de divisas para el pago de capital e intereses de la deuda externa privada y con organismos internacionales (Fondo incluido) fue uno de los principales destinos del superávit comercial, el cual arroja un saldo equivalente al de ingreso de divisas por el comercio de bienes y servicios. A esto se suma el impacto de mayores importaciones de insumos para la industria, la venta de divisas para el turismo y el incremento en los costos de los fletes, que aumentaron (medido en dólares) en un 135 por ciento solo en el último año. 

Pese a que el complejo agroexportador, superavitario, evidenció buenos números de ingreso de dólares a las arcas del Banco Central, desde diciembre, sin contar los movimientos netos de saldos con el Fondo Monetario (la ampliación de derechos especiales de giro), se evidencia una caída de 7500 millones de dólares en las reservas.

El saldo de la cuenta de comercio de bienes y servicios arrojó en los últimos casi dos años y medio un superavit de 20.880 millones de dólares. La cifra se compone de un saldo neto por intercambio de bienes de 29.627 millones de dólares, a los que se restan un déficit comercial por servicios de 8.747 millones.  

A dónde fue el superávit comercial

Sólo la deuda externa privada desde diciembre de 2019 insumió 22.292 millones de dólares, compuesto por 14.769 millones en capital y 7522 millones en intereses. La deuda externa financiera del sector privado es la que surge de la emisión de bonos, obligaciones negociables de las empresas o de la contratación de un préstamo en dólares. La deuda comercial es que del giro habitual por operaciones de importación, la cual no exhibe grandes cambios. 


En el caso de las deudas financieras, se trata de 850 empresas que fugaron divisas durante el macrismo por 40.000 millones de dólares, mientras que incrementaron su deuda externa en 20.000 millones que ahora pujan para repagarla por el mercado oficial, mediante la venta de divisas por parte del Banco Central.

De acuerdo con el último informe del BCRA, la deuda externa del sector privado totalizó los 76.206 millones de dólares, de los cuales el 42 por ciento (31.920 millones de dólares) son con deuda intrafirmas. Desde septiembre del 2020 se impulsó una reestructuración compulsiva para las empresas sobre los saldos de deuda, aunque las firmas encontraron otras formas de cumplir con esas obligaciones financieras. De todos modos, frenó en parte ese canal de sangría. 

También impactó negativamente el pago de intereses al Fondo por 3036 millones de dólares, y otros organismos bilaterales, 5127 millones que no llegaron a compensar el ingreso de fondos de esas mismas entidades. Así, por ejemplo, el ingreso de de capital del FMI fue de 6749 millones y el saldo neto con otros organismos de apenas 499 millones. Se suman 2072 millones en inversión extranjera directa. Por su parte, la formación de activos externos (fuga) demandó 4200 millones de dólares.

La estanqueidad de las reservas

Con las reservas ya jaqueadas, el Central ahora enfrenta un escenario de fuerte demanda de divisas para la importación de insumos y bienes de capital para la producción. Tras la salida de la pandemia y la guerra en Ucrania, los precios de internacionales de los insumos difundidos se disparó, lo que hace que se requieran más dólares para su compra. 


A esto se suma el mayor costo de los fletes por el incremento de la energía (básicamente el petróleo). Se adiciona el mayor peso, por precio y cantidades importadas, de la energía. También, de la mano de una leve recuperación del consumo interno, se aceleró el ingreso de bienes de consumo importados, según las cifras que siguen de cerca diputados del bloque de Frente de Todos. 

El resultado de todos estos movimientos explica que las reservas en el Banco Central no solo no aumento, sino que, incluso evidencien una caída desde 2019 a marzo de este año. El resultado de todas las transacciones, incluido el crédito del FMI en marzo, fue una caída de las reservas de 3900 millones de dólares entre diciembre de 2019 y marzo de 2022. Si se excluye el crédito del Fondo, la caída asciende a 10.700 millones de dólares. Por su parte, si se toma en cuenta la valorización positiva del precio oro y de las divisas en tenencia del BCRA que aumentaron su cotización, el balance contable implica una caída de 635 millones de dólares. 

En resumen, si no se contabilizara el crédito del FMI de marzo último, las reservas hoy se ubicarían en los mismos niveles de diciembre de 2019. 

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