Las cuentas públicas cerraron agosto, mes previo a las PASO, con un déficit primario de apenas el 0,5 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI), a partir de un fuerte incremento de ingresos tributarios y un gasto que se mantuvo moderado y a la baja durante todo el ejercicio de este año. En los primeros ocho meses el déficit se ubicó en un 2 por ciento del Producto, menos de la mitad del estimado para todo el año (estaba proyectado un 4,5 por ciento primario), lo que deja una cúmulo de recursos "ahorrados" que podrían volcarse en inversión social.
MÁS INFO
La partida sobre la que más se ajustó en términos reales fueron los gastos corrientes destinados prestaciones sociales, que se contrajeron 19,1 por ciento en agosto y acumula una caída de 16,8 por ciento en ocho meses. Paradójicamente, en el mes previo a las elecciones, el ajuste presupuestario se enfocó en esta partida, además de la reducción del peso de los intereses de la deuda.
El Ministerio de Economía envió anoche al Congreso la ley de leyes económicas para el año que viene, en la que no se incluyeron los recursos que eventualmente deberías pagarse al Fondo Monetario en caso de no llegarse a un acuerdo --se descarta algún tipo de solución-- ni del paquete de incentivos que irá anunciando el Gobierno en las próximas semanas. "Son condiciones fiscales, que son obligaciones pero que también benefician al Estado, al no renunciar a buscar recursos de donde necesita", aseguró el presidente Alberto Fernández durante el anuncio del proyecto de Ley de Hidrocarburos.
MÁS INFO
El equipo económico, luego del resultado de las primarias del domingo, reformuló las partidas presupuestarias a partir de una ampliación de la inversión social, un reclamo que quedó evidenciado en las urnas. El presupuesto para el año próximo estaba pensado originalmente para continuar con la senda hacia un equilibrio fiscal, una meta necesaria para el mediano plazo pero carente de sentido en el actual contexto de crisis sanitaria y económica, por lo que recibió algunos cambios de último momento.
Un ajuste innecesario
Si bien el gabinete económico había adelantado que el proyecto de ley de Presupuesto para el año próximo iba a estar "orientado a la reactivación", el foco lo tendrán ahora las familias que están por debajo o cerca de la línea de pobreza después de un año y medio de pandemia. En los primeros ocho meses del año, las cuentas públicas mantuvieron un ahorro inesperado incluso para el Gobierno, mientras que se dieron de baja planes de auxilio para las familias desde diciembre, como el caso del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE).
A partir de la recuperación económica en varios sectores de la primera parte de este año, el Producto cerraría este año con una mejora en torno al 8 por ciento respecto del 2020. Sobre la base de un PIB en pesos corrientes de 38 billones de pesos del año pasado, que sirvió de base para el diseño del presupuesto de este año (equivalente a 383.037 millones de dólares, sin contar la mejora en lo que va de este año, de acuerdo con las cifras actualizadas del Banco Mundial), las cuentas públicas arrojan un situación bastante equilibrada en referencia al tamaño de la economía.
Según el informe permanente que realiza la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), la dinámica entre ingresos y gastos arrojó una mejora en términos reales de los resultados económico, financiero y primario. El déficit primario se redujo en términos reales (descontando la inflación) en un 13,3 por ciento interanual en agosto y se extiende a una baja de 35,4 por ciento en los primeros ocho meses del año. De esta manera, el rojo primario se ubicó en agosto en 203.174 millones de pesos, un 0,53 por ciento del PIB, y en ocho meses sumó 776.086 millones, 2,04 puntos del Producto. Si se calcula sobre el actual nivel de Producto, los guarismos son aún menores.
La reducción del rojo presupuestario responde a un mix de aumento de los ingresos fiscales y gasto contenido. Los ingresos crecieron en agosto 12,3 por ciento en términos reales, impulsados por la fuerte suba de los Derechos de Exportación, IVA e Impuesto a las Ganancias, en ese orden. Del lado de la erogaciones, por el incremento en gastos de capital y subsidios energéticos, los gastos primarios volvieron a crecer por encima de la inflación por segunda vez en el año, quebrando la tendencia contraria que manifestaron en los cinco últimos meses.
Entre los ingresos se destacan los aportes a la Seguridad Social, que crecieron 4,2 por ciento año contra año. La cantidad de aportantes al sistema se incrementó pero la remuneración imponible creció por debajo de la inflación. Desde mayo ingresaron 179.285 millones de pesos por el Aporte Solidario y Extraordinario y se gastaron 65.938 millones. Por el lado del gasto, sobresalieron las partidas en subsidios al mercado mayorista eléctrico, que ascendieron a 102.935 millones de pesos y aumentaron 126,6 por ciento interanual, tanto por la brecha entre el costo de generación y las tarifas como por la mora en el pago de las distribuidoras eléctricas.
En términos reales, las prestaciones sociales se redujeron en 19,1 por ciento, mientras que el pago de intereses disminuyó en 41,4 por ciento. El resto de las partidas tuvieron incrementos por encima de la inflación: Subsidios Económicos (78,2 por ciento real interanual), Transferencias a Provincias (19,9 por ciento) y Transferencias a Universidades (15,3 por ciento). Cabe recordar que en el presupuesto inicial del ejercicio se incrementaron partidas con ejecución prioritaria en programas sociales, subsidios energéticos y adquisición y distribución de las vacunas. A fin de agosto se había ejecutado el 61,5 por ciento del crédito destinado en el Presupuesto para atender los gastos ligados al combate del COVID-19.