Este viernes terminará la segunda extensión de dos semanas que hizo el Gobierno del acuerdo de “precios populares” para cortes de carne en supermercados de todo el país. Sin embargo, mientras negocia con el sector para ampliar la gama de cortes y las bocas de expendio, el convenio seguirá vigente hasta lograr un nuevo entendimiento, sin importar cuánto duren las reuniones.
El Ministerio de Desarrollo Productivo espera pactar en los próximos días una ampliación del programa con los frigoríficos. Mientras tanto, el acuerdo preexistente seguirá vigente con las condiciones actuales. Según pudo saber El Destape, el Gobierno pretende sumar nuevos cortes y más bocas de expendio.
El esquema de venta de cortes de carne seleccionados terminó a fines de marzo. Algunos trascendidos indicaban que los próximos tres meses del programa de “precios populares” podría incluir 11 cortes, tres más que los alcanzados en la actualidad.
El acuerdo de la carne comenzó a aplicarse en las góndolas a principios de febrero. El convenio apuntaba a la rebaja de hasta un 30% en el precio de ocho cortes de carne para ser vendidos en los supermercados de todo el país durante los primeros tres miércoles de cada mes y los fines de semana.
De esa manera, se establecieron precios de referencia:
-Tira de asado a $ 399 el kilo.
-Vacío a $ 499.
-Matambre a $ 549.
-Tapa de asado a $ 429.
-Cuadrada/bola de lomo a $ 489.
-Carnaza a $ 359.
-Falda a $ 229 .
-Roast beef a $ 399.
Estos cortes se suman a los dos incluidos en Precios Cuidados (carne picada $ 265 y espinazo $ 110), con lo que totalizaron diez cortes.
Frenar la especulación
El mercado cárnico es uno de los protagonistas que explican los altos niveles de inflación registrados en los últimos meses. Por esa razón, desde el Gobierno tomaron medidas para frenar la especulación.
El Ministerio de Agricultura descubrió a organizaciones que compraban carne por encima del precio de mercado para exportarla al dólar paralelo. Encontraron 15 compañías que intentaban vender 40 toneladas por fuera de los controles del Estado. De esta forma, impulsaban subas significativas en las góndolas y las carnicerías, que generaron consecuencias en los bolsillos de las familias. Por esta razón, aunque el precio promedio internacional de la carne vacuna descendió significativamente en febrero, aumentó la facturación de ventas al exterior.
Las empresas bajo la lupa se hacían del ganado en el mercado de Liniers a precios por arriba de los competidores para garantizarse el abastecimiento. Esto lo podían fondear dado que exportaban a un tipo de cambio superior al oficial no regulado por el Banco Central. Así, subían el precio de los animales como también para el resto de las operaciones que luego llegaban al mostrador. El proceso se volvió altamente rentable al momento en que se amplió la brecha del dólar.
¿Cómo funcionaba esta dinámica? A fines de febrero, el tipo de cambio oficial, por el que debían vender, se ubicaba en los $ 97, mientras que el contado con liquidación se posicionaba en los $ 147. Los exportadores conseguían una ganancia extraordinaria del 52% por la brecha cambiaria con esta operación ilegal denunciada por Agricultura.
La cartera que conduce Luis Basterra detectó operaciones de empresas no inscriptas en el Registro Único de Operadores de la Cadena Agroindustrial (RUCA) que exportaban carne. De las primeras acciones de control se ampliaron las investigaciones en curso a más de una docena de operadores. En total, Agricultura suspendió las actividades de 15 empresas exportadoras y se encuentran interdictas más de 40 toneladas de carne congelada que preveían transportar fuera del país.
Por otra parte, en una decisión que marca una ruptura en la historia del mercado argentino, se estableció que la media res de carne ya no podrá ser comercializada a partir del año que viene. Así lo estableció una resolución de los ministerios de Agricultura, Trabajo y Desarrollo Productivo.
La normativa estableció que las salidas de carnes de los establecimientos de todo el país, destinadas a comercio minorista, sólo podrán hacerse en unidades resultantes del fraccionamiento de las medias reses en trozos, cuyos pesos individuales no superarán los 32 kilogramos. La medida deja en el pasado un modelo de comercialización centenario.
Los cambios entrarán en vigencia a partir del 1° de enero de 2022, según el artículo quinto de la resolución, aunque en el mismo punto queda abierta la posibilidad a posibles prórrogas.
Para promover el cambio, el Gobierno otorgará créditos blandos para el equipamiento de frío. La Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa y los Emprendedores, dispondrá con ese fin programas de asistencia financiera de hasta U$S 100.000 por frigorífico. Es que la implementación del nuevo sistema de comercialización requiere entre otras transformaciones adecuar la infraestructura de varios de los establecimientos existentes en todo el territorio, agregar espacios de oreo, aumentar las instalaciones, incorporar algunas maquinarias y equipamientos de frío.