“La violencia de mercado en el trabajo se caracterizará por el descarte del empleado, la de generar competencia salvaje entre pares, también la obsecuencia depredadora, sumisión, amenazas, intimidación, relaciones deshumanizantes y de suyo, como ya podemos saber, la pérdida fáctica de conquistas laborales históricas., fueron las palabras de Liliana Bucci, Magister en Salud Mental, y Aníbal Faccendini. Doctor en Ciencias Jurídicas y Sociales, para el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).
Algo de esta reflexión se vio reflejado durante el jueves en el Hipódromo de Palermo. “Yo hace tres meses que no salgo a la calle, duermo en el piso y tenemos que pedir por favor a otros compañeros para que nos vayan a comprar lo que necesitamos", dijo uno de los 500 trabajadores de turf que denunció estar encerrados en el Hipódromo de Palermo desde que empezó la cuarentena por decisión de las autoridades del predio. Las voces de los empleados, quienes mencionaron a BAE negocios que trabajan once horas por 9.000 pesos, emiten desde las entrañas un grito ensordecedor contra la cantidad de casos de abuso laboral que se denuncian desde que comenzó la pandemia. En el AMBA, atravesando el pico del Covid-19, la cantidad de casos de coronavirus no es lo único que estalla. Los trabajadores también lo hacen.
“El COVID-19 ha revelado la fragilidad de nuestras economías”, tituló el el Director General de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Guy Ryder en un artículo de opinión de su autoría publicado en la página de la entidad. Es que los efectos económicos de la pandemia pone en jaque el desarrollo de todas las empresas. La diferencia es que en muchas quedó expuesta la lógica de precarización que llevan adelante. Son bastantes los empleados que lamentablemente se han acostumbrado a sufrir recortes salariales, exceso de trabajo e incluso despidos, pero coinciden en que la salud es el límite.
En este sentido, un trabajador de Burger King, que prefiere mantener el anonimato para resguardar su trabajo, dijo: “Los trabajadores de comida rápida mantenemos dinámicas muy aceleradas de producción que superan cualquier tipo de trabajo y nos afectan fisica y mentalmente. Hasta los propios líderes en la cocina entran en ese estrés cotidiano”. Según el joven, la empresa este año planea cambiar el tradicional Stacker Day, día en que se venderá el combo homónimo al 50%, por la Stacker Week, es decir que la misma promoción duraría una semana. “Esto nos da mucha preocupación porque la producción de hamburguesas se va a triplicar y muchas veces reemplazamos procedimientos sanitarios básicos como lavarnos las manos por atender al público”, se quejó el trabajador y denunció que en Burguer King “hay casos de compañeros enfermos y los ocultan para no cerrar locales”
Sobre los salarios de los trabajadores de comida rápida no es nueva la indignación, pero aumenta cuando se los compara con el valor de la Canasta Básica Total (CBT), proporcionada por el INDEC. Mientras que un adulto requiere 13.942 pesos para no ser pobre, el trabajador afirmó que gana 16.000 pesos. Solo algo más de 2000 pesos por encima. Cabe recordar que la empresa, junto con Starbucks y Mc Donald’s, recibieron denuncias por pagar menos del 50% del haber de marzo, hecho que el empleado de multinacional afirmó, y que Burguer King se acogió al programa Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), aunque tenga una robusta espalda financiera. A su vez, el joven recalcó que literalmente lo apercibieron por “tomar un vaso de soda” porque “siempre están buscando algún tipo de motivo para abrir causas y despedir compañeros”. “En esta etapa de la crisis de pandemia, el trabajo tiene que ser fuente de vida y no de dolor, persecución y patologización, donde se generan 1 millón de suicidios anuales de personas depresivas”, enfatizaron los profesionales de CLACSO.
Una vez comenzado el aislamiento, otro ejemplo de una empresa que ha dado de que hablar es Farmacity. Una empleada de la entidad, quién también prefiere el anonimato por miedo a su futuro laboral, denunció que se está trabajando “una línea de acoso diario” donde se mide el rendimiento del personal a raíz de la evaluación que realiza el público en líneas telefónicas de consultas y encuestas. Amigas de la trabajadora han llamado al local donde ella se encuentra para poder mejorar su impresión frente a las autoridades. Además, ya la empresa definió que el aguinaldo se cobrará en cuotas, pese a que “nunca dejó de estar activa”.
Farmacity es una de las corporaciones del rubro de la perfumería y farmacia que se impone en CABA y una de las pocas que mantiene sus puertas abiertas sin importar la fase de la pandemia. Conlleva a pensar que la salud de los trabajadores y el cuidado higiénico es prioridad, dado que constantemente recibe clientes. Sin embargo, la denunciante se quejó de que no hay personal de limpieza y se higieniza el local sin cerrarlo al público. “Limpiamos nosotros tres veces por semana y nos anularon el derecho de descanso a que esto ocurría en un espacio común para todos los trabajadores”, contó.
Los callcenter tampoco se han quedado atrás en la pulseada. Como empleada de una empresa tercerizada de Edesur, una mujer de 23 años dijo cobrar 20 mil pesos por 6 horas de trabajo, donde el ritmo laboral es insalubre, pero no puede quejarse porque “hay despidos, aunque esté el DNU que lo prohíbe”. “Los CEOS de las grandes empresas reciben subsidios del gobierno para cobrar su sueldo y a nosotros nos lo rebajan o nos despiden, muchas veces por no tener materiales de trabajo para hacer home office”, denunció la empleada. Lo mismo en el área de sistemas. Es el caso de una empresa que se dedica al data entry, la cual les había prometido a sus empleados abonarles internet a quienes no tenían, para lograr hacer teletrabajo. Al no ver una devolución del dinero, varios trabajadores reclamaron una respuesta. “Si no te gusta, renunciá”, fue lo que recibieron, según comentó un empleado de la entidad, y lamentó que los obligan a trabajar hasta 15 horas diarias. Otra mujer de 22 años reclamó que no cobrará el aguinaldo ni tampoco gozará de días libres que le corresponden por su trabajo, beneficio que no solo le quitaron, sino que las autoridades amenazaron que rebajarán su sueldo si incumplen la nueva norma.
Varios de los denunciantes pertenecen a la “Red de Precarizadxs”, organización autogestionada que nuclea a trabajadores de comida rápida, callcenters y trabajadoras domésticas, entre otros, que sufren malas condiciones de trabajo, en pandemia y siempre. Su objetivo es poner en común sus experiencias, para organizarse y dar pelea a las injusticias cotidianas que les toca. De hecho, este sábado realizarán un encuentro para definir un plan de acción de aquí en adelante. “Peor que la esclavitud. La violencia del mercado laboral cosificará aún más al empleado/a en una alienación absoluta. Y también lo que es grave, es que el miedo o el terror a la miseria de la desocupación harán que las/los trabajadores repliquen la violencia percibida entre compañeros”, concluyeron los profesionales de CLACSO. Tal vez, en esto último estén equivocados.