Durante el primer semestre del año se produjo un fuerte incremento de la desigualdad social en el país, dato que corrobora el avance de la pobreza e indigencia. Según el último informe del Indec sobre la distribución del ingreso, el Coeficiente de Gini del ingreso per cápita familiar de las personas fue de 0,436 para el segundo trimestre de 2024, mientras que en el mismo período de 2023 había sido de 0,417, “lo que muestra un importante aumento de la desigualdad en la comparación interanual”.
El Coeficiente de Gini da cuenta de los niveles de desigualdad social; cuando su indicador se encuentra más cerca de 1, se habla de una sociedad extremadamente desigualdad. En el primer semestre de este año, aumentó la desigualdad entre las 25 millones de personas que viven en la pobreza y las 8 millones que forman parte de la indigencia.
“El 62,4% de la población total (18.494.986 personas) percibió algún ingreso, cuyo promedio es igual a $458.474. Analizado según la escala de ingreso individual, el ingreso promedio del estrato bajo (deciles 1 a 4) fue de $156.476; el del estrato medio (deciles 5 a 8), de $422.891 y el del estrato alto (deciles 9 y 10), de $1.133.786”, puede leerse en el reciente informe del Indec.
El ajuste de shock del primer semestre de gobierno de Javier Milei deja como saldo promedio más de 5 millones de nuevos pobres, que incluyen casi 3 millones de nuevos indigentes. Los datos duros revelan que más de la mitad del país, un 52,9%, es pobre, mientras que una de cada cinco personas, el 18,1%, es indigente.
Luego de extrapolar los datos del Indec tomados sobre 29 aglomerados urbanos hacia el total del territorio nacional, las cifras finales indican que, en verdad, en el país hay hoy 24,8 millones de pobres, de los cuales 8,5 millones son indigentes. La comparación con la misma cuenta hecha para el segundo semestre de 2023 da como resultado que, en los primeros seis meses de 2024, se generaron 5,2 millones de nuevos pobres, de los cuales 2,9 millones son nuevos indigentes.
El Observatorio de la Deuda Social de la UCA había calculado, en base a la metodología del propio Indec, que en el promedio del primer trimestre la pobreza alcanzó un pico del 54,9% y la indigencia un tope de 20,3%.